Epílogo

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El masivo regreso de los estudiantes desaparecidos ocasionó un alegre caos en los terrenos del colegio, por lo que las clases se suspendieron

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El masivo regreso de los estudiantes desaparecidos ocasionó un alegre caos en los terrenos del colegio, por lo que las clases se suspendieron. Una delegación de la Asociación de Magos, más rigurosa que la anterior, se presentó en el Goreth para inspeccionar sus instalaciones. La decana enfrentaría cargos por negligencia, por lo que no se le había visto mucho en los últimos días, en los que había tenido innumerables audiencias con el ministro.

La acusación provenía de varios padres que habían notado la ausencia de contacto con sus hijos, y a los se les había ocultado la verdad con excusas. La cifra de estudiantes secuestrados había sido mayor que lo se había aceptado en público, y en algunas ocasiones se murmuraba la posibilidad de que la mujer fuese una cómplice de la secta Rotmond. Por ello, el puesto de Channette pendía de un hilo.

Para el alivio de los padres y de los alumnos afectados, todos los heridos habían sido propiamente tratados en la enfermería de la escuela, aunque debieron pedir refuerzos en dicha área por parte de profesionales. Algunas heridas eran bastante graves, como la de Alyssa. La muchacha echó un vistazo a sus padres, quienes debían irse ese día y estaban sosteniendo una conversación privada con el sanador principal a cargo. Había un detalle sobre la recuperación de la chica que debían discutir y que nadie le había permitido escuchar.

—Vaya aventura —señaló Nate, mientras intentaba sin éxito espiar el intercambio de los mayores.

—Ni lo menciones, me siento como un saco de...

—¿Flores marchitas? —apuntó la enfermera con una sonrisa sarcástica, interrumpiendo la grosería que ella había estado a punto de decir.

Aly y Nathan compartieron una risa mientras la señora retiraba la intravenosa y se marchaba. Allen se disculpó en ese momento, con la excusa de que debía terminar de arreglar su maleta. Al día siguiente partirían en los transportes escolares hasta el aeropuerto, y desde este hacia sus hogares para unas forzadas vacaciones adelantadas de fin de año. Ningún estudiante estaría triste por dejar el Goreth, sobre todo, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Una vez que la Asociación de Magos dictaminara que el lugar era otra vez un sitio seguro, regresarían para retomar el curso.

Casi inmediatamente después de que el muchacho se fuera, Luceenda se marchó con otra excusa tan mala como la de él.

—Amo que estén tan metidos en su romance que ni siquiera noten que nadie les cree sus pésimas justificaciones.

—Ya no sé ni hacia donde mirar para no encontrarme con sus miradas de azúcar —rio Nate.

Alyssa sonrió y volvió a observar a sus padres, comprobando que ninguno de los dos la estuviese mirando. Casi al mismo tiempo, Nathan se acercó a ella y se sentó sobre la cama.

—Con todo este drama no pudimos hablar —dijo él.

—Lo sé —reconoció ella—. Y tú debes estar pensando aún que te traicioné con Maddock.

Resplandor [Hermanos Ceniza I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora