Capítulo Treinta y Cinco

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Capítulo dedicado geovanela_morgan07 gracias por tus comentarios, tus cadenas y todo el amor que le has brindado a la historia ❤👀

(Canción: Are You With Me de nilu)

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Muevo las perchas de un lado a otro sin encontrar nada que me entusiasme demasiado. Vuelvo a suspirar, aburrida. Me duelen los pies por culpa de estar tanto tiempo de pie y, por si fuera poco, al pasar por delante de una cafetería se me ha antojado una tarta de chocolate que había en el expositor. Todavía sigo con el antojo, pero Ali me ha hecho esperarme porque tengo que empezar a comprar más cosas para el bebé, según ella. Yo había pensado reutilizar la ropa de Evelyn y la ropa que Malva ya había dejado pequeña, pero aun así no me he librado del «día de compras». Vuelvo a suspirar, un poco más fuerte para hacérselo notar.

—Si no eligieses cosas tan feas o pasases de mí, ya estaríamos en la cafetería —refunfuña ella, moviendo perchas y sacando ropa para volverla a dejar en su sitio.

Suspiro. Otra vez.

—¿Este? —Me enseña un body blanco con dibujos de distintos animales.

—Todos me parecen igual, Ali.

—Vale, pues este. ¡Ay! Mira esto, ¿no es monísimo?

Resulta ser una especie de traje con pajarita en versión bebé. Arrugo la nariz en respuesta, consiguiendo que ella ponga los ojos en blanco y lo deje en su lugar.

—Es imposible ir de compras contigo.

—Te lo he dicho.

—Vale, vamos a hacer esto: Tú te vas a comer tu dichosa tartita y yo me encargo de que mi sobrino o sobrina tenga lo mejor de lo mejor —me propone, sonriendo.

La perspectiva de poder comerme la tarta de chocolate me hace salivar. «Joder, por fin». Incluso noto como me ruge el estómago por el hambre. Ali se ríe al escucharlo y yo enrojezco por ello, aunque tampoco estoy demasiado arrepentida.

—Mi pobre bebé va a tener mil tíos, al parecer —me quejo en voz alta para hacerla rabiar.

Deja de remover perchas y clava su mirada azabache en mí antes de negar con la cabeza.

—Pensaba que nadie podía ser más soso que Eloy, pero estás empezando a superarlo. Pasar tanto tiempo con él te está pegando su sosería.

Es escuchar el nombre de Eloy y que el beso de haces dos semanas invada mi cabeza. Eso y todas las emociones que experimenté. Era un cúmulo de sentimientos tan extraños como familiares. No sé. Nunca pensé que volvería a sentir nada por otra persona, no después de Enzo. Él, que fue mi novio en la adolescencia y que me enseñó lo que era querer a otra persona de esa forma por primera vez. Él, que me enseñó lo jodido que puede ser el amor si no es correspondido, si no sale bien... Él, que apareció cinco años después poniendo mi vida patas arribas solo para estar a mi lado dos años más y luego volviéndose a marchar. Esta vez sin billete de vuelta. Para siempre.

Y, ahora, tras casi ocho meses vuelvo a notar las mariposas en mi estómago aparte de las patadas del bebé. Vuelvo a notar la boca reseca con el recuerdo del beso. Aunque lo más inesperado de todo es descubrir que me gustaría hacerlo otra vez. Me gustaría volver a besar a Eloy.

«¿Y sí para él solo fue eso? ¿Un beso?»

Porque ahora mismo lo último que me conviene es comenzar una historia de amor no correspondida. Suficientes quebraderos de cabeza tengo ya. Pero a la misma vez, necesito saber si no fue así para él, si significaba algo más.

Tres amores y medio | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora