Capítulo Veintidós

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Capítulo dedicado a LadyPerversion69 gracias por darle una a oportunidad a taym. Me encantan tus comentarios jeje. 🧐🔥

(Canción: Por si apareces  de Alice Wonder)

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Parpadeo un par de veces sin ser capaz creérmelo a pesar de que lo he nombrado. Lleva la camisa arrugada y el intenso olor a alcohol inunda la estancia al estar él. Edu se restriega una mano por su rostro y escucho un gruñido frustrado por su parte. Yo, por otro lado, sigo sin moverme de mi sitio, todavía con mi vasito de agua en la mano, aunque este tiembla ligeramente por los nervios que comienzan a hacerse hueco dentro de mí.

No despego mi mirada de él, por miedo a que será lo siguiente que hará. Edu recorre mi cuerpo de abajo a arriba con una lentitud que si se hubiera tratado de Enzo me hubiera desarmado, pero que, sin embargo, al tratarse de él me resulta incómodo. No es hasta ese momento que me doy cuenta de que únicamente visto la camiseta de mi novio. Estiro el dobladillo de la misma cómo si así pudiera ser capaz de alargarla y cubrir mis muslos desnudos.

El silencio tenso que hay a nuestro alrededor parece que va adquiriendo más tensión cuando Edu empieza a hilar ciertas cosas. Sus cejas pobladas comienzan a juntarse hasta casi parecer una sola y se acaricia el mentón con aire pensativo.

—¿Mikel está?

Me sorprende que lo primero que pregunte sea eso. Tardo un par de segundo antes de responder.

—Eh... no.

—Entonces, ¿estás con él? —cuestiona sin disimular la molestia en su voz.

Trago saliva. «Se está refiriendo a Enzo, ¿verdad?». Sé que debería decir directamente que «sí» pero opto por quedarme en silencio. Observo cómo un músculo de su mandíbula destaca por estar apretándola con más fuerza de la normal.

—¿Tan desesperada estabas que te has tenido que acostar con uno de mis compañeros de piso?

La sonrisa de suficiencia, esa que también me mostró el día que todo entre nosotros se fue a la mierda aparece en su rostro. Abro mucho los ojos por la sorpresa y dejo con un poco más de fuerza de la necesaria el vaso en la encimera.

—¡¿Perdona?!

Edu abre la boca para decir algo, pero la cierra abruptamente ante el sonido de pasos pesados acercándose y el crujir de una puerta al abrirse.

—¿Inma? —me llama la voz enronquecida de mi novio.

«¡Ay qué desastre!»

Me giro en dirección a la voz. Gracias al universo, lleva puesto un pantalón del pijama, «porque lo último que faltaba es que saliese en calzoncillo», pienso para mí misma Aunque su torso está al desnudo, dejando a la vista su piel tintada. Contengo un suspiro. Aunque por la sonrisa lobuna que se hace paso en su cara sé que él es consciente de lo que me está provocando.

—¿Es en serio?

Mi atención vuelve a desviarse a mi ex que cada vez parece estar más enfado. Una vena de su cuello destaca sobre el resto porque está más hinchada y no me gusta nada. No ahora que las cosas entre Enzo y yo estaban yendo bien.

Los ojos grises de mi novio bailan entre mi persona y el rubio que tengo a mis espaldas. Al principio está ligeramente confundido. Yo hago una mueca de disculpa y aquello parece confundirlo un poco más si es posible.

Tres amores y medio | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora