Capítulo 20

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Mimi

No podía entender qué estaba haciendo Miriam pero ella parecía tenerlo todo muy calculado, sabía exactamente qué hacer para llevarme donde quiera.

Igual que ella hizo con Raoul, me di la vuelta, quedando mi espalda pegada a su pecho y puse sus manos en mi cintura mientras las dos bailábamos llevándonos al límite una a otra.

- ¿Eso es lo único que sabes hacer? - Me dijo Miriam al oído. Me mordió la oreja al separarse de mi.

- Si te hago ahora todo lo que sé, flipas Miriam.

Quiero que lo hagas.

Giré mi cuerpo para quedar frente a ella e ir acercándola para empotrarla contra una de las paredes del salón, quedando su cuerpo completamente apresado entre la pared y yo. Pasó sus manos por mis hombros acercándome más a ella.

Seguimos moviéndonos al ritmo de la música hasta que Miriam dio vuelta a nuestros cuerpos. Se acercó a mi cuello y respiró, erizándome la piel al instante.

Fue pasando su boca peligrosamente por mi cuello y mi mandíbula hasta llegar a la comisura de mis labios. Levantó la cabeza y la agarré por la barbilla casi a la vez que ella me agarró del cuello.

Quedamos unos segundos mirándonos fijamente y acercó sus labios a los míos. Cuando apenas se habían rozado, rió y se separó un poco de mi.

- Gánatelo y te beso.

Tras decirme eso se fue hacia donde estaba Julia. Todos estaban mirándonos. Ana y Ricky tenían los ojos muy abiertos, Roi y Mireya nos miraban intermitentemente y Julia y Raoul negaban con la cabeza incrédulos.

Salí al jardín a tomar al aire tras servirme una copa y beberme un chupito y Ricky y Ana no tardaron en venir.

- ¿Qué cojones fue eso, Mimi? - Preguntó Ricky.

- Yo que sé. - Suspiré.

- Menudo bailecito, amiga. - Dijo Ana tendiéndome un cigarro.

- Ya no sé qué pensar.

- Pensamos que os ibais a poner a follar ahí mismo.

 - No seas exagerao. - Le dije a Ricky.

- Mimi... tendrías que haberos visto. -Apuntó la canaria.

- ¿Y yo ahora qué cojones hago? -Pregunté.

- Ahora nada, porque estás borracha y luego la lías, maricona.

- Mimi habla con ella. Soluciónalo todo de una vez.

- Mañana hablo con ella, porque yo otra noche así no la paso.

Volvimos al salón cuando Ana y yo acabamos de fumar y pasé el resto de la noche lo más alejada posible de Miriam. De vez en cuando nos mirábamos pero yo era incapaz de aguantarle la mirada, ella, en cambio, parecía una leona a punto de devorar a su presa.

Cuando decidimos que ya era hora de irnos a dormir, algunos como Roi, Julia, Raoul y Ricky se quedaron en el sofá porque no eran capaces de subir las escaleras. Mireya, Ana, Miriam y yo dejamos un poco recogido el espacio y subimos a las habitaciones.

Antes de que Miriam se metiera en su habitación me acerqué a ella y la agarre suavemente del brazo.

- Eres una badbitch, gallega. Mañana hablamos. -Le susurré.

Miriam se fue riendo a su cuarto y yo esa noche no fui capaz de dormir más de una hora, no podía esperar a hablar con ella.

🔮🔮🔮

Dos Extrañas En La CiudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora