Capítulo 6

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Miriam

- ¿Qué te vas a poner? - Raoul estaba revolviéndome todo el armario.

- ¿Te quieres estar quieto? Me estás poniendo nerviosa. - Suspiré.

- Es que deberías estarlo, vas a cenar con Mimi. - Me miró con obviedad.

- Repítemelo otra vez que aún no me enteré. - Rodé los ojos.

- Miriam, tía, es que no es una cita cualquiera, a otra te diría que fueras en pijama si quieres, pero tienes que dejar a la rubia muda.

- Lleváis diciendo lo mismo desde que le pedí una cita, creo que me ha quedado claro.

- Ay, que cortarollos eres. Déjanos ilusionarnos un poco, que llevamos años esperando. Parece que estamos todos más nerviosos que tú.

- Pero ¿cómo no voy a estar nerviosa, neno? La mente me funciona a mil por hora, no sé qué va a pasar, ni de qué voy a hablar con ella, pero tendré que aparentar tranquilidad, sino estoy perdida.

- Me sacas de quicio. - Negó con la cabeza. -  Yo ya sé lo que va a pasar, ¿quieres un spoiler?

- Quiero que te vayas para poder arreglarme tranquila.

Tras mucho discurrir y discutir, opté por un traje rosa de chaqueta y un bralette negro de encaje. Me hice un maquillaje sencillo y salí al salón para ver qué le parecía a Raoul.

- Increíble, amiga. Pero me acabo de dar cuenta de una cosa.

- Dios, Raoul, me desesperas, ¿qué pasa ahora?

- Que te has puesto demasiado mona para nada, porque en cuanto te vea, la ropa acaba en el suelo. Te la va a querer arrancar.- Me guiñó un ojo.

- Paso de ti. Siempre pensando en lo mismo. - Bufé.

- Si, si. Di lo que quieras, pero los dos sabemos cómo vas a acabar la noche. Ya me lo contarás mañana.

- Mañana no te cuento nada, porque no va a pasar nada. - Resolví.

- No te hagas la dura, Miriam. ¿Ahora me vas a decir que si Mimi se lanza le vas a hacer la cobra?

- Pues igual, listo.

- Si, claro. - La carcajada retumbó en todo el piso. - Pero si te mueres de ganas.

- ¿No te vas a callar, no? - Me crucé de brazos.

- No tiene pinta. - Rió

- Estupendo. - Miré el reloj. - Pues aquí te quedas hablando solo porque yo me voy.

- Pásalo bien. Y si Mimi va a venir a dormir avísame y me voy con Julia o con Ana, no quiero oiros toda la noche, escandalosas.

🔮🔮🔮

Mimi

El taxi me dejó casi al lado del restaurante. Aún quedaban cinco minutos para las 22:00, y supuse que Miriam no había llegado todavía. Saqué un cigarro del bolso y lo encendí mientras la esperaba. Estaba en mi mundo viendo a la gente pasar por la calle e imaginando mil historias sobre ellos cuando una voz me interrumpió y me asustó a mi espalda.

- Tira eso si pretendes cenar conmigo. - El cigarro me cayó al suelo en cuanto escuché su voz en mi oído.

- Hostia, Miriam. Que me has asustao.

- Eso pretendía, Doblas. - Me recorrió un escalofrío al escucharla llamarme así. - ¿Entramos?

- Si, si. Vamos. - Balbuceé.

Dos Extrañas En La CiudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora