Miriam
Despertar abrazada a Mimi era una de las mejores sensaciones del mundo. Nos habíamos despertado en la misma posición en la que nos dormimos. Bueno, me desperté, porque Mimi seguía abrazada a mi cintura como si le fuera la vida en ello y no había oído ni el despertador.
- Mimi... - Acaricié su costado. - Va, despierta.
-Mhm... Déjame un poco más. -Se revolvió y afianzó más su agarre.
- Que me tienes que llevar al cole, venga. - La moví pero ni se inmutó.
- Coge las llaves del coche. Están en la entrada y está aparcado e...
- Ni te atrevas a acabar la frase Miriam Doblas. -La destapé para que espabilase.
- Dios, Miriam. Qué frío coño. - Se levantó casi de un salto. - Va vete a darte una ducha, coge de mi armario lo que necesites. Mientras hago el desayuno.
- Hala, ¿me vas a hacer el desayuno? -La miré sarcástica.
- Porque no me da tiempo a desayunarte a ti, bombón. - Me dió un beso y se perdió por la puerta.
Cuando llegué a la cocina Mimi lo tenía todo listo. Dos zumos, dos cafés, fruta y galletas. Estaba tan concentrada lavando lo que había utilizado para hacer el desayuno que no se dió ni cuenta de que estaba allí.
Me acerqué a ella por detrás y la abracé por detrás pegando mi cabeza en su espalda.
- Si me vas a hacer el desayuno todas las mañanas no me sacas de tu casa en la vida. - Dejé un beso en su hombro.
- ¿ Y si no te quiero sacar? - Se dió la vuelta y rodeó mi cintura.
- Echaba mucho de menos despertar y que estuvieses ahí. - Le confesé.
- Yo también. Por la noche me desperté y al verte a mi lao solo me hizo falta abrazarte y pude volver a dormir.
Se acercó lentamente a mí y me besó. Era un beso tierno que en cuestión de segundos subió de intensidad levemente pero la frené.
- Va, que se me echa el tiempo encima, Mimi. Vamos a desayunar.
- ¿Estás segura de que tienes que ir a trabajar?
- Eres lo peor, neno. - Me separé de ella entre risas.
Tras acabar de desayunar fuimos a por su coche y en apenas veinte minutos estábamos delante de la puerta del cole.
- Pasa un buen día, reina. - Se acercó a darme un beso. - Luego te llamo, ¿vale?
- Vale, Mimita. Gracias por traerme. -Esta vez la besé yo.
- Las que tú tienes, rubia. -Me guiñó un ojo y arrancó el coche.
Mimi
Tras dejar a Miriam en el trabajo decidí pasar por casa de Ricky a por alguna cosa que aún tenía allí. Se sorprendió al oírme llamar al timbre tan temprano.
- Hostia, las nueve y cuarto y tú aquí. ¿Estás mala o algo?
- Calla, maricón. - Le di un golpe. - Hazme un café, anda.
- Buenos días ¿eh? - Ana apareció en el salón.
- ¿Pero tú qué haces aquí, Banana? Reunión y no avisáis, que majos sois, colegas.
- Mimi, nunca hacemos planes contigo antes de las doce de la mañana. No sé de qué te sorprendes. - Me respondió la canaria riéndose.
- Va, ¿nos vas a decir de una vez a qué se debe este madrugón?
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Dos Extrañas En La Ciudad
FanfictionMimi y Miriam han estado juntas durante tres años. Un día, en un momento delicado para las dos, una discusión acaba con todo. Dos años después, el destino parece que las vuelve a reencontrar. ¿Es el momento de darse una segunda oportunidad?