Miriam
Tenía muchas ganas de ver a Mimi. Ahora que habíamos aclarado algunas de las cosas que nos hicieron separarnos, solo pensaba en poder seguir quedando con ella y poco a poco poder volver a reconstruir nuestra relación.
Ya había ido al gimnasio y estaba sola en casa cuando me dio por ojear el móvil, vi que eran casi las ocho. Raoul se había ido con todos a tomar algo y pensé que quizás era buena idea ir a buscar a Mimi a la escuela y unirnos a ellos. Le pregunté a Raoul si iban a estar en el mismo sitio y tras confirmarme que sí, salí de casa camino a la academia de la granadina.
Cuando Mimi salió de la sala se quedó bloqueada al verme allí esperándola, Mónica y Dama, que estaban hablando conmigo, se fueron al verla llegar.
- Uy, hola, bombón. No me acerco que estoy sudá.
- ¿Desde cuándo me importa a mi eso?
- ¿Qué haces aquí? - Me dio un beso.
- Venir a buscarte, pero si quieres me voy ¿eh? - Contesté para hacerla de rabiar.
- Ni se te ocurra. Me ducho rápido y bajo. - Dejó un beso en mi mejilla y subió corriendo las escaleras. - Espérame.
- Que sí, tranquila.
En quince minutos bajó las escaleras de su vestuario con la bolsa al hombro.
- ¿A dónde me llevas?
- Están esperándonos todos para tomar algo, ¿te apetece?
- Si vas tú sí. - Rodé los ojos y puso su brazo sobre mi hombro. - ¿Trajiste el coche? Porque hoy vine andando.
- No, están aquí al lado.
Llegamos a la esquina que daba al bar y vi cómo Roi nos señalaba con sorna al vernos venir agarradas y Ana le hacía algún comentario que le hacía reírse a carcajadas a las que Ricky y Julia se sumaron.
Mimi y yo nos sentamos al lado bajo la mirada de todos, viendo como alguno era incapaz de contener la risa ante la situación de vernos así a pesar de todo.
- Hombre, las que no se hablaban, ¿tuvisteis tiempo de hablar o lo empleáis en otras cosas? - Roi habló el primero.
- Raoul y yo no las vimos hablar precisamente. - Contestó Julia.
- No me lo recuerdes que me costó dinero. - Respondió el rubio.
- Eso te pasa por hacer lo que no debes. - Apostillé.
- ¿La boda cuándo? - Preguntó Mireya. - Que tengo que ir pensando modelito, amigas.
- Y buscar una pamela a juego. - Añadió Ana haciéndonos reír a todos.
- Raoul y yo ya hemos hablado que queremos ser damas de honor. - Dijo Ricky.
- Qué pesaos sois, illo. - Intervino Mimi. - ¿Podéis dejarnos tranquilas?
- Y acordaos de que la madrina del niño soy yo, que no se me adelante nadie. - Dijo Ana haciendo que Mimi y yo rodáramos los ojos a la vez.
El camarero llegó con lo que habíamos pedido y entre conversación y conversación cuando nos quisimos dar cuenta todos llevábamos bebidas mínimo tres cervezas, salvo Julia y Roi, que cuando se juntaban eran capaces de acabar con las existencias de los bares. Pedimos algo rápido para picar y lo que iba a ser "una rápida y a casa" acabó siendo una cena, también rápida, pero improvisada.
En cierto momento, vi como Mimi dejaba de prestar atención a la conversación en la que el resto estaba enfrascado y comenzaba a mirarme mordiéndose el labio, supe que traía algo entre menos, sospechas que confirme cuando posó su mano en mi muslo, haciendo que me estremeciese al momento. Estuvo un buen rato en esa posición hasta que se cansó y pensó que era buena idea comenzar a subir la mano llegando a la cara interna de mi muslo, centrando su mano cada vez más y tocando dónde no debía. Comenzó a acariciarme y pegué un salto de la silla.
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Dos Extrañas En La Ciudad
FanfictionMimi y Miriam han estado juntas durante tres años. Un día, en un momento delicado para las dos, una discusión acaba con todo. Dos años después, el destino parece que las vuelve a reencontrar. ¿Es el momento de darse una segunda oportunidad?