Mimi
No podía parar de dar vueltas en la cama. Ese día Miriam había llegado a mi casa y me había contado que la orientadora le había dado el visto bueno a mi charla y le pareció tan buena propuesta que decidió programarla in extremis para el día siguiente. Así que en cuestión de horas iba a tener que enfrentarme durante toda la mañana a tres cursos de primaria y a algunos padres que asistirían, ya que la orientadora le comentó a Miriam que sería más eficaz su presencia en la charla.
Vi como a mi lado, Miriam dormía sin inmutarse y descansaba ajena a todo lo que estaba pasando por mi mente. Me incorporé en mi lado de la cama y me senté en el colchón con la cabeza entre las piernas, dejé escapar un suspiro y noté como Miriam se giraba, la miré y observé como aún dormida, palpaba el colchón, seguramente buscándome. Fue ahí cuando abrió los ojos y al verme sentada encendió la luz que se encontraba en su mesita.
- ¿Te he despertao, mi amor? - Alargué el brazo para acariciarle la mejilla.
- Iba a abrazarte pero no estabas. - Dijo medio dormida, no pude evitar sonreír.
- Es que no puedo dormir.
- ¿Estás nerviosa?
- Un poco... - Miriam se movió por la cama hasta colocarse a mi lado.
- Tranquila, Mimita. Va a salir todo bien. - Besó mi hombro.
- No me gusta hablar en público, Miriam, no se pá que me meto en estos fregaos.
- Mira, yo mañana voy a estar allí, al menos cuando le toque a mi curso, así que cuando me veas, piensa que solo estoy yo, o que nos lo estás contando a nuestros amigos y a mí.
- No sé si voy a ser capaz...
- Claro que lo vas a ser, yo confío en ti.
- Verás la hostia que te llevas cuando empiece a trabarme y me quede callá. - La miré con inseguridad.
- Anda, cállate y échate que a este paso vas a dormir menos de cinco horas. - Tocó mi lado del colchón y se apartó un poco para que pudiera echarme.
- Pero abrázame. - Hice un puchero.
- Ven. - Me posicioné con medio cuerpo sobre ella y apoyé la cabeza en el hueco de su cuello.
- Buenas noches, pulpiña. - Dejé un beso en su cuello.
- Buenas noches, cariño. - Besó mi frente.
🔮🔮🔮
Desperté media hora antes de que la alarma de Miriam sonase. Salí a la cocina y mientras ella apuraba los pocos minutos de sueño que le quedaban,yo preparé el desayuno. La gallega apareció por la cocina cuando ya había terminado y antes de sentarse a desayunar rodeó mi cuello con sus brazos y dejó un beso en mis labios.
- Buenos días, Mimita. -Dijo juntando nuestras frentes.
- Dios, Miriam. Qué guapa estás recién levantada. - La besé.
- Eres una exagerada. - Me respondió mientras se sentaba. - ¿Has podido dormir algo?
- Si, ahora me doy una ducha rápida y preparo unas cosas de última hora antes de irme.
- ¿Vas a llevar el coche?
- Era la intención, ¿por?
- Porque luego salimos de allí a la misma hora, si lo llevas tú, yo voy dando un paseo, desde aquí tampoco tardo tanto.
Tras desayunar, dejé que Miriam se duchara primero, yo llegaría al colegio a las 11:30 y ella entraba a las 09:00.
Cuando se fue, me quedé revisando los documentos y la presentación que iba a utilizar para la charla y me di cuenta de que me había dejado lo más importante en la academia. Llamé a la única que a esas horas de la mañana podría ayudarme.
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Dos Extrañas En La Ciudad
FanfictionMimi y Miriam han estado juntas durante tres años. Un día, en un momento delicado para las dos, una discusión acaba con todo. Dos años después, el destino parece que las vuelve a reencontrar. ¿Es el momento de darse una segunda oportunidad?