Entre Tiempos

Diecisiete

La biblioteca de la Facultad de Medicina era una de las más grandes de la universidad, tenía varios niveles y largas filas de estantes repletos de gruesos tomos, enciclopedias y libros. Derek se encontraba en un estrecho pasillo y sostenía los tres libros que Ben le había entregado mientras su amigo buscaba más títulos con el ceño fruncido. Tenían las indicaciones que les había dado el bibliotecario, pero aún así era un poco difícil ubicarse, especialmente porque a Ben se le iba la atención a otros libros que le parecían interesantes cada cinco segundos.

-No es justo que tu biblioteca sea así.- comentó, quizás por enésima vez desde que se conocían.

-Te diría que lo superaras.- comenzó Ben.-Pero mejor te lo explico, mi facultad es reconocida a nivel nacional y eso significa que tenemos muchos recursos; los suficientes para que nos construyeran este lugar.- indicó.

Derek rodó los ojos, a pesar de que sabía que Ben tenía razón. La UCB era una universidad privada muy bien posicionada dentro de los rankings de instituciones superiores, pero siempre había destacado por su Facultad de Medicina, por lo que siempre llegaban estudiantes extremadamente calificados y de familias importantes. Ben estaba dentro de los extremadamente calificados, su familia no era realmente importante en el mundo de la medicina y no era como que buscara afianzar ningún legado.

-Deberían compartir sus recursos...- murmuró.

-No es como que las otras facultades estén cortas de dinero.- rió él.

-Lo sé.- masculló.-En fin, ¿cómo vamos?-

Ben le echó un vistazo a la pantalla de su móvil, donde tenía anotados los nombres de los libros que necesitaba, y asintió complacido. Antes le había dicho a Derek que no estaba buscando sólo los que él necesitaba, sino que también buscaba los de una compañera que estaba enferma y se había perdido algunos turnos en el hospital.

-Sólo faltan dos, y creo que están por aquí...- dijo apuntando hacia un estante más allá.

Se encaminaron hacia el lugar y Derek lo ayudó a revisar los libros hasta que encontraron el que necesitaban, Ben lo depositó en la pila que él acarreaba y luego se puso en busca del último. Mientras continuaban, Ben comenzó a contarle acerca de algunas de las historias que había acumulado las últimas semanas en el hospital, historias de casos sorprendentes o confusos, de pacientes descuidados y familiares demandantes; pero las que más disfrutaba de narrar su amigo eran aquellas que involucraban directamente a los doctores, enfermeras y los otros trabajadores del hospital, y según había entendido Derek habían varias discusiones y tensiones relacionadas a quién tenía la última palabra en muchos de los procedimientos.

Ben decía que había al menos una discusión fuerte al día e incluso él se había visto en algunas desde que comenzó el año, especialmente porque le gustaba decir algo cuando no estaba de acuerdo con las decisiones de los residentes. No era que quisiera discutir, pero creía que si estaba muy equivocado al menos terminaría aprendiendo algo.

-Entonces... no es como Grey's Anatomy.- dijo Derek, recordando otra de sus charlas con Dana y Ben.

-Para nada.- bufó su amigo con una suave risa.-No hay tiempo para que sea así, la vida social perece.- suspiró.

-Esto es vida social.- lo contradijo.

-Es un esfuerzo por vida social, pero está bien.- le sonrió.

Derek sabía que así era, después de todo la razón por la que estaba siendo el estante de libros personal de Ben era porque sino no lo vería hasta dentro de unos días, esta era una forma de charlar mientras su amigo tenía un rato libre; aunque técnicamente ni siquiera era un rato libre, pues se suponía que debía estar estudiando luego de recoger los libros. Ben les había advertido a él y a Dana que sería así este año, y también los próximos, pero ninguno se lo había tomado muy en serio hasta que descubrieron que efectivamente apenas lo veían.