Pase una tarde agradable con mis mellizos ya que estuvimos jugando en la piscina y en el patio como cuando éramos niños. Por unas horas olvide el hecho de que tengo que casarme y tal vez irme lejos de casa. Tengo que ser valiente para afrontar todo esto, no voy a demostrar debilidad frente a los Assad.
—Él primero que llegue a la sala principal se queda con todas las galletas que haga nuestra nana en lo que va de la semana—dice Sebastián alegre saliendo de la piscina.
—Prepárense para perder, mugrosos—responde Oliver riendo mientras yo salgo de la piscina.
—A la cuenta de tres. Uno...—iba a decir dos pero mis hermanos salen corriendo con dirección a la sala.
Observo como ambos se caen de sentón en la entrada y no puedo evitar carcajearme ya que no pueden ponerse de pie.
Camino tranquilamente hasta la entrada, me detengo a su lado. Ellos están empujándose en el suelo así que les doy una patada a cada uno. Los dos me miran enojados por lo que corro hasta el segundo piso riéndome.
Junto algo de valor para invitar a Mohammed a la pequeña reunión que tendemos esta noche por el cumpleaños de mi primo David.
Camino hasta la puerta de la habitación que se encuentra al lado del mío ya que anoche estaba en esta recámara. Toco la puerta esperando encontrarme con Mohammed en cambio quien abre la puerta fue el Señor Omar.
—Hola preciosa, ¿sucede algo?.
Vaya, creo que este señor está mal de la cabeza. No entiendo porque me trata como si fuéramos cercanos, pero bueno creo que aprovechare la amabilidad que me brinda para hacer más fácil todo este asunto.
Debo tener la misma amabilidad con él para que siempre este de mi lado.
—Discúlpeme, Señor Omar. Estoy buscando a Mohammed para hablar sobre un asunto. Pensé que esta era su habitación—respondo sonriendo y poniendo mi cara especial.
La carita especial es algo que nos caracteriza a los Saavedra. Cada uno tiene una característica especial en su rostro para convencer a los demás.
Omar no tarda en mirarme con ternura y sonrío triunfante. Ya mordió el anzuelo.
Todos tienen algo con lo cual pueden ganarse la confianza de los demás, en mi caso solo hago mi cara especial y todos caen.
—No te preocupes, cariño. Esta mañana pidió otra habitación—dice amable—. Es la habitación de enfrente.
—Muchas gracias, señor—digo sonriendo y él asiente cerrando la puerta de la habitación.
No puedo estar más satisfecha, ahora tengo de mi lado a Omar Assad, el multimillonario árabe que a simple vista parece un hombre muy serio y poderoso.
Cruzo el pasillo y abro la puerta de su habitación con toda la confianza del mundo. Después de todo estoy en mi casa.
Mohammed está hablando por teléfono en árabe, al parecer no se a dado cuenta de mi presencia ya que cuando gira se asusta de verme sentada en la cama.
—Mis hermanos y yo iremos a un club está noche por el cumpleaños de un primo. Nos vamos a las 10:00 pm por si gustas acompañarnos. Mientras más pronto lo sepa la prensa menos sospecha habrá de todo este acuerdo—digo acostándome en la cama y él me mira confundido.
—Esta bien. Gracias por la invitación—dice y asiento aun acostada en la cama—. Charlotte, estas mojando mi cama.
—¿Qué?—pregunto confundida, solo espero que no sea lo que yo pienso.
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Charlotte
RomanceCharlotte Saavedra es una nadadora profesional mexicana que toda su vida ha perseguido sus sueños al lado de sus mellizos. Mohamed Asad es un árabe millonario y el hijo mayor de los Assad. Desde pequeños sus familias los unieron para que al cumplir...