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Zoey


Lex no llegó el primer día de clases después de las vacaciones, ni a los siguientes. Su desaparición trajo a alguien nuevo a la escuela, y las cosas cambiaron rápidamente.


—Hola, soy Jessica Robbins.


Recuerdo su llegada después de vacaciones de diciembre. ¿Qué sucedió después de las vacaciones de diciembre? Lex desapareció, y una nueva Robbins ascendió a una supremacía que ya existía, aunque no era muy fuerte debido a que los hermanos Robbins ya se habían graduado. Pero esa supremacía permanecía entre nosotros.


Ese día, Sam estaba a mi lado.


—¿Soy yo, o esa chica se bañó en loción? —Sam se removió incómoda ante la presencia de la nueva, que se sentó cerca del grupo de Lex, que estaba claramente incómodo con ella cerca.Yo no percibí ningún olor fuerte proveniente de Jessica, o al menos era demasiado débil y molesto para mi nariz.


—No lo sé —respondí, aún observando a la chica que se cernía a unos metros detrás de nosotras.


La chica ciertamente se parecía a los Robbins, y todos ellos tenían algo distintivo que los diferenciaba incluso de sus amigos que pertenecían a su misma comunidad. No sé cómo explicarlo, pero esa diferencia sería aún más notoria si Lex estuviera presente.


—¿Tú no la hueles? —volvió a preguntar Sam. La miré, y su nariz estaba un poco arrugada, como si oliera algo que no le gustaba. Pero, ¿a quién engaña? Ella ni siquiera sabe qué le gusta.


Negué con la cabeza.


Así comenzó la era del terror que no terminó con nuestra graduación de último año; continuó hasta el bachillerato. Poco después, me enteré gracias a Tania, la hermana mayor de Lex, que Jessica era su prima, pero que no la aceptaban.


El bachillerato fue interesante; Jessica no era tan popular como en la secundaria. Los Robbins seguían siendo la cima de la cadena, como siempre. Los tres chicos más importantes se apellidaban así: Demian Robbins, el hermano mayor; Tania Robbins, la hermana de en medio; y, no olvidemos a la prima no deseada, Jessica Robbins, que se coronaban como lo mejor de lo mejor.


—No puedo creer que ella —Sam miró molesta a Jessica— y los raritos estén con la élite —dijo con enfado—. Somos de primer año, ¿cómo llegó ahí? Y —empezó a oler— su loción es muy barata, igual que ella.


Jessica, como si la hubiera escuchado, se acercó a nuestra mesa y miró de arriba a abajo a Sam, como si la estuviera devorando.


—¿Señorita, te quieres unir a nosotras? —preguntó Jessica con una sonrisa ladina.


Jessica siempre revoloteaba cerca de Sam, lo cual era extraño. Esa chica era guapa, un poco más alta, de buena figura, y parte de una de las mejores familias del condado. ¿Por qué seguía detrás de Sam si podía tener a cualquier hombre o mujer que quisiera? Sí, mujer o hombre. Desde las primeras fiestas de nuestro último semestre, se le vio con mujeres y hasta hombres al mismo tiempo. Otra cosa que llamó mi atención fue ver a mi mejor amiga siendo devorada por los celos debido a una mujer que le coqueteaba 24/7, y a quien siempre rechazaba.

Mi MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora