5.

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Alex

Canalice mis sentimientos y el lo noto.

—Cuando lleguemos al centro comercial yo iré a buscar algo a la paquetería, tú —saco de su chamarra su billetera y me entregó una tarjeta—. Cada semana te depositare 500 dólares para tus gastos, y como es la primera vez hay 1000 dólares cómprate ropa nueva como unos jeans porque ya te quedan muy cortos, botas, lo que quieras pero que sea unas cuantas tallas mas grande para que no haya problema con tu futuro crecimiento que ya empezó—. Sonrió—. Tu madre ya no podrá frenarte con la ropa que quieras, aprovéchalo—. Me tocó la cabeza—. Nos vemos en una hora aquí —sacó unas llaves y me las entrego—. Otras llaves para que subas tus cosas por si llegas antes.

Salimos al mismo tiempo, cada uno fue por su lado. Yo llegué a la misma barber shop donde me raparon hace más de un mes

—¡Hola! —me saludo el chico con cierto entusiasmo—. Alex ¿no?

—Me gusta mas Lex por favor —dije cortésmente.

—Oh si perdón ¿Qué necesitas? —me dio el paso.

—Quiero que me acomodes el cabello —respondí.

—Vaya, creció muy rápido en casi dos meses eso suena bien —Me senté en la primera silla—. El color del que lo teñiste te queda bien, ehm... ¿Qué tal si lo rapamos solo de alrededor y dejamos largo de arriba?

—Me parece bien —accedí.

—Ok.

La rasuradora terminó con mis cabellos irregulares de alrededor. Unos minutos pasaron después de que arreglara la parte de arriba 

—¡Listo!

—Genial, gracias —me sacudió mientras me levantaba.

Le di mi tarjeta para que cobrará.

—Oh no, no tenemos tarjeta.

—Puedo ir a un cajero a sacar dinero solo dame unos minutos.

—Tranquis esta bien, es por parte de la casa —aseguro.

—Gracias, solo dime como podría pagarte este favor.

—No es nada sabes... Cuando llegaste hace casi dos meses creí que eras una estirada pero después de ver lo que hiciste por esa chica a lo lejos, me di cuenta que eres muy buena persona —tomo mis manos—. No cambies y sigue así pequeña lobo.

—¡¿Que?! —dije un poco alarmada.

—Ya sabes jaja. Siempre estás acompañada por un grupo de chicos y vas en medio por eso lo digo.

—Ah ya jaja —repuse intentando dejar de lado mi nerviosismo.

Nos despedimos.

—¡Oye me llamo Zack! —grito cuando iba lejos

—¡Adiós Zack!

—¡Adiós Lex!

Después de un rato de vagar por el centro me encontré con la tienda a la que siempre quise entrar pero mi mamá nunca me dejó. Ropa grande que es "masculina", pans, sudaderas y gorros. Entre y comenze a ver los aparadores.

—¿Que haces aquí?

Suspiré volteando para encontrarme con mi beta Sofía, su olor y voz eran imposibles de ignorar y menos cuando estaba tan cerca.

—Existe el espacio personal Sofia —declaré dando un paso atrás.

—¿Dónde estuviste? —preguntó ignorando lo que le dije.

Mi MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora