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Nací en una pequeña comunidad de licántropos del norte de Alaska. Desde pequeña, supe que mi vida sería diferente, pero jamás imaginé hasta qué punto.
"¡Qué débil eres!" me escupió uno de los niños mientras me retorcía en el suelo, saboreando el hierro en mi boca. Otra patada en el estómago me dejó sin aliento. El dolor se mezclaba con la humillación mientras todos los demás niños reían. "No puedo creer que una Kalev sea tan débil", añadió, intensificando las risas.
Justo cuando pensé que no podía empeorar, una voz se elevó sobre el bullicio. "¡¿Qué sucede?!". Mi hermano había llegado, su presencia imponente hizo que los otros niños intentaran huir, pero él y sus amigos les bloquearon el paso. "Oh no, pésima idea", dijo mi hermano con sorna. "Molestando a una niña de 6 años, chicos... Eso es lo más bajo que pudieron hacer. Pero se equivocaron al hacerlo con mi hermana pequeña".
"Hey pequeña, vámonos", me dijo la mejor amiga de mi hermano, ayudándome a levantarme. "Llévala a la enfermería", sentenció él antes de despedirse con una sonrisa.
Ese es uno de los pocos recuerdos felices que tengo de mi infancia.
En mi octavo cumpleaños, todo se fue al infierno. Lo que una vez fue mi mundo se desmoronó, y con él, me arrebató todo. Todo excepto mi vida y esta piel que a veces deseo arrancar, maldiciendo un destino que jamás pedí.
"¿Papi, estás nervioso?", le pregunté mientras mirábamos juntos el atardecer."Ni un poco, pequeña pup", respondió, tocando mi nariz. Pero yo podía oler su miedo, como un aroma amargo que se instalaba en mi nariz.
"Ese señor me da miedo", admití, recordando al hombre que venía a buscar a mi padre."No tienes por qué tener miedo, yo te protegeré", me dijo, abrazándome con fuerza. "Vamos con mamá".
Ese día no lo sabía, pero sería la última vez que vería a mi padre, la última vez que compartiríamos una vida que ya no volvería.
Horas después, estábamos viendo la televisión. Mi hermano y yo en el sofá, con mamá tejiendo detrás de nosotros. De repente, la puerta se abrió de golpe.
"¡Cynthia, ¿dónde estás?!", gritó mi tío Alejandro, entrando precipitadamente.
"¿Qué sucede, Alejandro?", preguntó mamá al ver la sangre en su ropa. "¿Qué pasa, tío?", añadió mi hermano, levantándose.
"Lleva a tu hermana arriba y empaca ropa y dinero rápido", ordenó, mirando a mi madre con una seriedad que nunca había visto antes. "Haz lo mismo", añadió.
"¿Qué está pasando?", preguntó mamá, visiblemente angustiada.
"Las cosas no están saliendo como deberían, y no les conviene quedarse aquí si esto empeora", respondió mi tío.
"¡No me digas que...!", intentó replicar mamá, pero mi tío la interrumpió asintiendo con gravedad. "Hijos, vayan adelantándose".
"Regresaré en 30 minutos con un auto", prometió.
Mi hermano me llevó a mi habitación y comenzó a empacar mi ropa apresuradamente. "¿Qué sucede, hermanito?", le pregunté.
"Sucede que... Recuerdas la historia de los grandes lobos que devoraban a otros lobos...", comenzó, quitándome mi conejito de peluche.
"¡Hey!", protesté.
"Shh", me chistó. "Pues un gran lobo quiere devorar nuestra comunidad, pero un lobo más grande nos protegerá".
Me lanzó mi muñeco y añadió: "Solo tienes derecho a llevar un juguete". Asentí, comprendiendo la gravedad de la situación.
Esa noche, los licántropos de mi comunidad perdieron la compostura. Los gritos, los aullidos y los estruendos de puertas siendo forzadas inundaron la casa. "¡Tenemos que huir!", exclamó mi hermano, pero mamá insistió en que debíamos esperar a papá.
Finalmente, mi madre cedió al darse cuenta de que ya no podía sentir la presencia de papá. Mi tío Alejandro apareció para llevarnos, pero fue atacado por un lobo en cuanto salió del auto. Mi hermano intentó ayudarlo, pero mi tío nos ordenó huir por el bosque.
Corriendo, llegamos a una cascada. Allí, mi hermano me dijo que debía continuar sola, mientras él intentaba protegerme. "No permitas que el legado de los Kalev desaparezca", fueron sus últimas palabras antes de lanzarme por la cascada.
Actualmente...
—¡Levántate! —Mark estaba en la entrada de mi habitación—. Este es tu segundo día, así que espero que todo salga bien esta vez. —Me lanzó una almohada—. Te espero abajo con el desayuno, no tardes.
Supongo que es un nuevo día, pensé mientras miraba a mi pequeño conejito desgastado en la silla. —Nos veremos en un rato, Anohana—. Sonreí y bajé a la sala, donde un olor familiar me invadió.
—Hola, Samuel —dije, reconociendo el desagradable aroma a vampiro.
Samuel me sonrió con una mueca maliciosa. —Kalev Veronica, espero que el plan vaya bien—.Días después, la famosa Lex no había aparecido tras la pelea que tuve con su prima. Salí a practicar en mi forma de lobo, pero de repente sentí una presencia. Antes de darme cuenta, un lobo blanco como la nieve me atacó. Apenas logré escapar con vida, regresando a casa malherida.
—¿Qué te pasó? —gritó Mark al verme.
—Un lobo más grande que yo me atacó, por suerte pude escapar —respondí.
—¿De qué color era ese lobo? —preguntó, su expresión cambiando al escuchar mi respuesta.
—Negro, tan oscuro que no lo verías en completa oscuridad —dije, notando su preocupación.
—Alexandra te encontró... —murmuró, el peso de esa revelación cayendo sobre nosotros.
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Si leen Estío Efímero les doy una papita:))Sinopsis
Eirene es la representación de la paz y el miedo a la confrontación. Ares la representación de la guerra y el odio. Gemelas que lo único que comparten son rasgos físicos y una casa en un estío que será efímero a comparación del tiempo que han desperdiciado alejadas una de la otra, sangre que comparten y tristezas. Ambas tienen problemas que arreglar antes del fin del estío.

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Mi Mate
WerwolfQue ¿por que estoy escribiendo esto? Ay no se, estaba viendo una peli y pum me dieron ganas de escribir y eso salio. Perdón aquí va la sinopsis no mis problemas mentales, comenzemooos. Asies, otra historia medio omegaverse y de mates medio Cliché p...