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Lex


—¿Daniel encontró a su mate? —preguntó mi padre.


—Sí, él ha estado a su lado siempre —respondí con una pasividad increíble.


—¿Él?


—Su mate es un hombre —intenté calmar mi nerviosismo.


—¿Qué dijo tu tío sobre eso?


—Al principio se resistía, pero lo aceptó.


Mi papá meditó unos segundos.


—Que tu mate sea una mujer es lo que menos me importa —se quitó las gafas—. Cumpliste con encontrar a tu mate, así que tu matrimonio con el hijo de los Miller se cancela —parecía complacido—. ¿Y ahora qué piensas hacer?


Miré al jardín.


—No sé cómo decírselo...


—Si ella es tu mate, no tienes por qué hacerlo —dijo, frunciendo el ceño.


—Lo dices tan fácil.


—Tal vez en la manada ya no hacemos ese ritual, pero yo sé que tu mamá es mi mate —lo miré desconcertada—. Hay algo que te lo dice, un sentimiento de tranquilidad al estar cerca. Eso es lo que sientes, y ella se dará cuenta.


—Ella tiene novio —le recordé.


—Ella se dará cuenta de que él no es lo que la hace feliz, solo déjala que tome su tiempo.


—Siento que es difícil hacerlo —carcajeé mientras tamborileaba en la mesa—. No sé qué hacer para que se dé cuenta.


—Te quejas de la lejanía, pero no tratas de acercarte —se levantó y me dio la espalda—. Se supone que eres alfa, y no te atreves a decirle lo que sientes —abrió la puerta del jardín—. Eres libre para elegir tu pareja ahora —dijo antes de irse y cerrar la puerta.


No quiero que mi casta me defina como persona, y no quiero que ella pase por problemas a causa de mí. No haré nada para acercarme porque no quiero que tenga que lidiar con mi posesividad, que ya de por sí es incontrolable. No quiero que pase por nada que pueda lastimarla.


¿Qué mierda estás haciendo?


No lo sé, alfa.


Supongo que una ducha con agua fría me tranquilizaría.


—Te he notado muy extraña desde que regresaste, ¿sucede algo? —Tania se me acercó mientras buscaba algún snack, pues no tenía mucha hambre.


—No pasa nada, hermanita —agarré una bolsa de papas y la abrí—. Supongo que todo el tiempo que pasé convertida ya está pasando factura —mentí.

Mi MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora