Capítulo 5.

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- ¿Por? ¿a dónde iremos?- preguntó Gardienne.

- No hablo por ti, mañana Chrome y Karenn deben capturar un familiar infectado.

- ¿Eh? ¿y por qué yo no?- quejó al ver que sería apartada de la acción.

- Después de lo de ayer ¿qué te hace pensar que te mandaremos a una misión tan arriesgada?- no lo sé ¿tal vez porque soy la protagonista? - también irá Lance.

- Sí, igual ya estaba ocupada- aclaró mirandose las uñas, no estaba lista para compartir el mismo aire con el dragón.

- Entonces volvamos- sugirió Math.

Retornaron al C.G. y se despidieron en el pasillo.

Antes de marcharse a su cuarto, notó como los pliegues de la camisa de Nevra se deslizaban con gracia por su torso, dando un poco más de lugar a la imaginación. Claro, debía devolverle su prenda, enseguida comenzó a batallar buscando un botón o un nudo, pero realmente no tenía idea como lo había amarrado.

- Siempre odié lo complicado de su ropa- quejó ella tanteando por todos lados.

- Es todo un acertijo- bromeó pasando los brazos por su cintura, acercándose peligrosamente.
Ella miró fijamente la piedra que decoraba su cuello, dado que el sonrojo que invadía su rostro la avergonzaba. Dejó que sus manos gélidas acariciaran de aquí a allí su espalda, deshaciendo los doblajes del chaleco. Deseó que la cercanía de sus pechos no delatara lo fuerte que latía su corazón.

Al terminar de desamarrar la prenda, abrió los delanteros del chaleco, descubriendo el pecho pálido de Gardienne. Contorneó con su pupila las curvas de sus senos, subió hacia las clavículas; el cuello, el cual aún tenía dos puntos de cicatriz; su mentón; los labios que besó miles de veces, y sus ojos color lila.
Esa nostálgica sensación volvió a hacer cosquillas en su frío pecho.

Nunca tuvo oportunidad de contemplar con cercanía su ojo herido, blanco, atravesado por la cicatriz, oculto por su cabello. Y a su vez su nueva mirada, de témpano. Movió un par de mechones con su dedo, y contorneó con dulzura su pómulo.

Él, por reflejo besó la palma de su mano, tomandola firme contra sus labios. Ahogado en un mar de sensaciones que aceleraban su pulso.

Durante unos segundos pareció que los siete años nunca transcurrieron.

Alejó su mano sin soltarla y la presionó suavemente antes de dejarla.

- Que descanses.

- Tú también.

Y se fue.

Al llegar a su cuarto, contempló el chaleco prestado con cien preguntas en la cabeza. Lo acercó a su rostro dubidativo e inspiró el aroma que desprendía: mar y Gardienne.

○○○

Por la madrugada despidió a Karenn y a Chrome, quienes estaban listos para ingresar el bosque en busca de un familiar infectado. Lance los esperaba en la puerta, pero esta vez, Gardienne pudo controlarse y exitosamente lo ignoró sin reclamarle porqué asesinó media población de eldarya o algo así.

Transcurrió su día ayudando a los Purrekos en el mercado, con ayudar, es decir, atraer a los clientes, ya que las personas se acercaban a ofrecerserle un saludo, básicamente un cebo. Purriry alardeaba de los atuendos que había confeccionado para la salvadora, la última aengel, atrayendo la atención de los transeúntes, eso no le molestaba a Gardienne, quien recibiría luego cupones de descuento.
Pero, claro, saludando a las personas y respondiendo algunas preguntas elocuentes, ella solo pensaba en lo que sucedió con Nevra durante la noche ¿había sido una señal? ¿él volvía a sentir algo por ella?
La humana se encontraba convencida que había removido algo dentro del pecho estoico del vampiro.

¿Una vez más? (Nevra - New Era)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora