¿Una vez más? (Nevra - New Era)

Capítulo 22.

El rostro de Eweleïn ensombreció.

Con tan solo ver ese gesto, Gardienne lo entendió todo. Ahogó un sollozo en el momento que se percataba de lo peor.

Gimió asustada, desamparada.

¿Por qué ahora que ya lo tenía de vuelta? ¿por qué?

Si no fuera suficiente, lo único que hizo estos últimos días, fue evadirlo.

En vez de gozarlo, besarlo, amarlo.

Las lágrimas cayeron como una lluvia de estrellas. Intentaba balbucear palabras que no podían expresar el terror que la devoraba por dentro.

Temblorosa hiperventiló asimilando la noticia, presa del pánico.

- Ya volví- avisó Nevra entrando, le dedicó una de sus serenas miradas - ya despertaste.

Impactada por ver a su amado cruzar la puerta tan casual como quién vuelve de comprar pan en la tienda de la esquina, oyó las risitas contenidas de la elfa.

Volteó la cabeza cual exorcista. Su mirada se tornó daemon.

- ¡Qué graciosos!- espetó saltando de la cama y dando un portazo destructor de paredes al salir de la enfermería.

- ¿Qué hiciste?

- Creo que me pasé con la broma- se arrepintió Eweleïn.

Nevra volvió a salir, para ir tras ella.

- Gardienne... abre- pidió del otro lado de la puerta.

- ¿Ya se les pasó su síndrome de Ezarel?- quejó enojada, sin levantarse de la cama donde se tendió a terminar de llorar la desesperación que sintió hace unos minutos.

- Yo sólo volví del baño y te enojaste conmigo- explicó. Escuchó la tranca abrirse.

Tomó el sonido como una invitación y entró al cuarto. Aún a contraluz podía distinguir los faroles lilas de Gardienne, que desprendían cólera. Ella cruzó las piernas sentada en cama, exigiendo, no sabía qué exactamente, pero exigente.

Estaba asustado y excitado al mismo tiempo.

- Ya te dije que no fui parte- insistió - aunque sé que estás enfadada conmigo desde antes- encaró finalmente el tema, se acostó en la cama a su lado.

Gardienne solo le dedicó una mirada desdeñosa.

- Soy todo oídos.

- Pensé que apenas volvieras a tu cuerpo irías a recuperar el tiempo perdido- soltó de un tirón formando un puchero en sus labios.

- ¿A qué te refieres exactamente?- pidió detalles, intentando descifrar cual fue su metedura de pata.

- A tus ligues.

Esas tres palabras le dieron una estocada en el pecho, otra vez se sentía infiel.

- ¿Y por qué me reclamas esto de la nada? ¿no fuiste tú misma la que dijo que "no era de tu incumbencia"?

- Tienes razón, no me incumbe, ve con tus conquistas que las tienes abandonadas- se ofendió.

- No lo haré y lo sabes- sus manos se aventuraron a abrazarla desde la espalda, obligándola a recostarse contra su torso - ya sabes cuales son mis sentimientos- confesó  dando un suspiro para refrescar el calor que comenzaba a treparse por su piel.

- Seguro le dices eso a la otra- insistió de orgullosa, ya que Nevra empezaba a hacer efecto.

En cambio él se resignó incómodo ¿por qué tan pesada con ese tema?