Capítulo 25.

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Aunque aún se sentía humillada por la noche anterior, rememoró la expresión de su rostro al decirle cruelmente.

Entonces continuaremos esto la próxima en mi cama ♡

Reluciendo sus colmillos con ese toque tan... Nevra.

El vampiro ahora era menos relajado y evadía las batallas verbales de doble sentido.
No le desagrada en lo absoluto, un Nevra serio y sexy, que te fulmina con su mirada de témpano y luego te acaricia con susurros.
Sin embargo, en aquel momento donde sonriente abandonó la habitación, vio a su Nevra. Ese Nevra, juguetón, carismático, y transparente.

No lograba quitárselo de la cabeza, mientras, recorría la ciudad de Eel en busca de Leiftan. Ambos aengels no se frecuentaban, ya que de a momentos les resultaba incómodo saber lo que sentía el otro constantemente, por lo que elegían saludarse de lejos.

Finalmente se le ocurrió la obvia idea de revisar su cuarto.

- ¿Leiftan?- lo llamó, aproximándose lo más que podía la puerta, intentando percibir sus pensamientos.

- Buen día Gardienne ¿en qué me requieres?- la saludó al abrir la puerta, emanando alegría de verla.

- Huang Chu y Ewe te necesitan- le avisó, enseguida percibió la incomodidad como la propia.

El aengel todavía no se sentía cómodo con su transformación. Caminaron a la par en dirección a la sala de alquimia.

- No debes sentirte culpable- la consoló al notar el pesar de su corazón, ya que ella no podía reemplazarlo porque no conseguía transformarse en aengel - es lo mínimo que puedo hacer por la guardia.

Sin embargo la ansiedad se acrecentaba a cada paso.

Frente a la puerta tomó su mano y le dedicó una cálida sonrisa, transmisora de bellas emociones. Surtiendo efecto en Leiftan, este consiguió relajarse un poco.

Lo dejó entrar solo a la sala cual madre deja su retoño en la escuela.

Aunque eso no es lo que vio el vampiro al salir de la sala de juntas, justo al lado.

Gardienne volteó a verlo, como este se mantuvo en el marco espiandolos.

Amargado, se acomodó el cabello a medida que desviaba la mirada, bordeó una leve mueca.

La humana no lo podía creer, otra de sus expresiones, de esas expresiones.

- Eres tan lindo- no se contuvo de decir ella al apreciar sus celos reflejados con claridad en su rostro.

Le sonsacó un sonrojo, ya que no vio venir ese comentario.

Amaba tomarlo desprevenido.

- ¿Pasando tiempo de calidad con tu alma gemela?- quejó de igual forma.

- Ya superalo- respondió Gardienne quitándole importancia a algo sucedido hace como... siete años. Retomó el camino hacia el exterior.

- Pensé que no me volverías a hablar, después de lo de anoche- comentó con una risita en los labios, la humana nunca se percató de que él la seguía.

- Aunque todavía estoy molesta al respecto, admito mi derrota, eres demasiado cruel- se resignó.

Sintió el frío de su mano aferrarse a la suya.

Contempló sorprendida sus dedos entrelazados.

- ¿Qué?

- Nada- dio la vuelta para ocultar los tonos rosas en sus mejillas.

Siguieron andando hasta adentrarse en los sonidos del correr del agua en el parque de la fuente. Gardienne apreció la vista que regalaba el lugar verde, los detalles florales llenaban sus pupilas hipnotizandola.

Por su parte el vampiro solo echó un vistazo, antes de posar su único ojo en ella, en la forma que su cabello se mecía con la brisa. Encandilado por sus labios recordó su último beso, deseaba repetirlo.
Un poco inquieto por dentro, utilizó sus dos manos para tomar las mejillas enrojecientes de la humana, que al notarlo hacer sus movimientos temblequeaba. Sin pudor turnó su mirada entre sus orbes lilas y boca, dando a entender su necesidad.

Ella correspondió cerrando sus párpados, acariciando sus mejillas con las pestañas.

Entonces el vampiro se agachó a darle un tierno y suave beso.

No hacía falta un conector de almas para reconocer que ambos se estremecían al sentir la dulzura del otro.
Sensación distinta a la de ayer en la noche, sin embargo mucho más embriagante y quita alientos.

Se separó brevemente para admirar el sueño de tener nuevamente a su humana entre las manos.

Y volvió a besarla. Aferrandola desde la nuca, decidió saborear toda la línea de su mueca tímida, como quien... como quien simplemente besa a la persona que ama.
Comenzó en la comisura, luego, de a poco, subió por su labio superior. A medida que recorría cada detalle se acrecentaba el calor en su rostro y la necesidad de fundir sus labios sin respirar también.

Jadeantes se dejaron de cordialidades y empezaron a arrebatarse besos sin cesar, consumidos por sus emociones que crecían desmedidamente.

Gardienne fue ahora la que los separó, necesitó refrescar su cuerpo del fuego que provocaban los labios sedientos del vampiro.

- Esperaba esto hace mucho- le susurró al oído para después depositarle unos besos jugosos en la línea donde comienza su cabello.

Hundida en su ojo lo dejó continuar, sintiendo como sus brazos la estrechaban fuertemente contra él.

- ¡Nevra!- lo llamaron, hastiado se alejó de la humana, maldiciendo su vida.

- ¿Qué?- preguntó seco.

- Huang Hua te llama.

- Acabo de salir de verla.

El hombresillo solo se encogió de hombros.

Suspiró una vez más, lamentando haber entrado a la guardia brillante.

- Terminamos esto luego- le advirtió robandole un último beso y marchó.

Estática aún en el lugar intentó rememorar las sensaciones que todavía cosquilleaban sus labios.

- Pensé que éramos amigas- espetó Karenn atrás suyo. Gardienne se volteó con una ceja alzada.

- ¿En serio te molesta que esté con Nevra?

- Me da igual lo que haga mi hermano, hablo sobre esto- quejó mostrando la libreta de Naytili.

¿Una vez más? (Nevra - New Era)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora