La brisa marina inundó todos los poros de su ser.
En el acantilado varios miembros se encontraban a la retaguardia, armados con amuletos y voluntad para resguardar el ritual en lo que pudieran. El tiempo ya había transcurrido, de modo que Eweleïn le explicó a la ex pareja durante el trayecto lo que ocurriría en las siguientes horas.
Gardienne le dedicó una última sonrisa a Math y Chrome, quienes alzaron los pulgares, deseandoles la mejor de las suertes. Mientras Eweleïn oraba un último rezo.
Los protagonistas se quitaron los zapatos y la ropa pesada. Suspiraron una última vez contemplando el horizonte infinito.
La marea baja los invitaba a nadar, y el primero en lanzarse fue Nevra. La inmensa caída no movió un cabello de su determinación e hizo relucir el cuerpo de la humana con la gracia de una sirena. Rompió la superficie limpiamente, como una gota más del mar.
Sin embargo, la vista del acantilado trepó por los ojos de Gardienne de forma vertiginosa, golpeando su pánico. Con su vista de halcón divisó a Nevra entre las olas, esperandola pacientemente, incluso percibió el atisbo de una sonrisa.
Tomó carrera lentamente, y trotó en el lugar buscando despabilar el pavor de sus miembros. Respiró profundamente, inhalaba oxígeno, exhalaba miedo.
Se preparó mentalmente tres veces, y echó correr hacia el precipicio.La sensación de saltar a la nada era inaudita.
Por un microsegundo era una partícula más en el aire, en el mundo.
La gravedad no la dejó disfrutar de ese silencio temporal y la arrastró hacia una acelerada caída. Retorciendose como un pez fuera del agua buscó la forma de enderezar su cuerpo o moriría sin dignidad por caer de panza.
Tomó la última bocanada de aire y cerró los ojos, dejándole el resto al Oráculo.
Rompió el mar y pronto oyó el característico idioma de los peces: burbujas deseosas de escapar al exterior.
Abrió la rasgada mirada de Nevra para saludar a la inmensa y oscura profundidad del océano. Suspendida en el manto azul, contempló la luz que se colaba entre las olas con una promesa de oxígeno y nadó en su dirección con la gracia de un renacuajo.
Al asomar la cabeza en la superficie dio un respiro de terror.
- ¿Nevra?- lo llamó, estando flotando sola.
- Aquí- avisó alzando un brazo y emprendiendo camino hacia la cueva.
Deslizándose sobre los oleajes, rememoró lo que la enfermera indicó...
... a partir de aquí nos separamos, ustedes solos deben estar en la cueva. Allí dentro encontrarán un poco de tierra firme donde preparamos el ritual.
Se adentraron el hueco, esperando penumbra, musgo y algas. Las expectativas bajas de Gardienne fueron deslumbradas por el firmamento de piedras preciosas que engalardaban el sendero. Nadaron en los reflejos parpadeantes hasta finalmente poder tocar el fondo. El lugar del rito estaba frente a ellos, con ligeros tintes majestuosos. Se tendía una gran sábana de forma vertical, tras ella pintaron símbolos que se extendían por el suelo, formando un círculo.
En el piso rocoso yacía una caja fuertemente adherida, la abrieron y tomaron los prendedores dentro de ella.
... las piedras para concentrar la energía las recolectamos de la cueva marina. Cuando la marea sube, trayendo consigo las corrientes de Maaná acuáticas, el lugar actúa como un gran embudo de magia. Esa será la fuerza externa para mover sus almas.
Colocaron los artilugios en sus respectivos corazones. La primera sensación compartida fue la ansiedad, en la soledad de la colosal cueva. El agua que abarrotaba contra la orilla se componía de sal e incertidumbre.
Luego ella sintió la angustia que tenía absorto al vampiro, pero antes de que saliera una palabra de su boca, la marea comenzó a subir a galardones.
- ¡Woah!- exclamó Gardienne haciéndose atrás. El agua arremetía contra una pared invisible, pinceladas blancas contorneaban el campo que protegía a la ex pareja del agresivo mar.
... plantamos unos inversores energéticos, potenciados por el desequilibrio que provoca sus almas intercambiadas. La corriente de Maaná va a interrumpirse sin poder continuar su recorrido, y batallará con la resistencia del campo de energía. La corriente será tan potente que va a acomodar sus almas como corresponde para poder pasar, como si girara la llave de una puerta...
Ambos contemplaron maravillados el correr del agua intensamente celeste, rebosante de Maaná, contra su escudo. La sensación de estar bajo unas inmensas cataratas los llenaba de un sabroso vértigo, tal como observar el paisaje desde una alta montaña.
Embelasados por el espectáculo no se percataron que sus almas se movían lentamente.
... pero una vez que consiga abrir la puerta...
Aquel relámpago bien conocido electrizó sus cuerpos.
... la corriente los arrastrará.
Cayeron inconscientes y las monstruosas olas que rugían fieras finalmente los alcanzaron.
De un palmazo el mar mandó a volar sus cuerpos inertes contra la sábana, regresando su conciencia con una gran inspiración y regalandoles una última vista de pesadilla: una masa de agua amenazandolos con la muerte.
El choque arremetió sus cabezas dejándolos aturdidos y rendidos, al merced de la desmedida intensidad del océano.
Con los corazones todavía unidos Nevra percibió que Gardienne había pagado peor la furia del torrente, porque sé mecía en un desmayo. A contracorriente nadó hacia ella, intentando mantener el balance entre las ráfagas frías. No tuvo tiempo de aliviarse al tenerla en sus brazos, se centró en hallar al forma de pasar por los huecos sin golpearse con todas las rocas.
Sin embargo su aire no era eterno y vio escaparse su última bocanada de oxígeno.
... las sirenas nadarán a buscarlos.
○○○
Abrió los ojos, y halló el techo de la enfermería, otra vez. Despertaba demasiadas veces allí para su gusto.
- ¡Despertaste!- exclamó Leïn acercándose a ella risueña. Tomó los instrumentos a su lado y comenzó a auscultarla.
- ¿Dormí mucho?- preguntó ante el fuerte dolor de cabeza que tenía. Intentaba rememorar de a poco lo que había ocurrido.
- Un poco más de lo normal.
Observó como posaba el metal frío sobre uno de sus pechos. Suspiró con gran alegría.
- ¡Soy yo de nuevo!- dijo apretando sus propios senos, manoseando cada esquina de su cuerpo.
- En efecto- rió la elfa.
Miró hacia todos lados.
- ¿Y Nevra?
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¿Una vez más? (Nevra - New Era)
FanfictionNevra había vuelto a sus viejos hábitos, devastado por la "muerte" de su humana. Está convencido de que lo había superado... Al volver ella ¿está seguro de ello? -------Atención: historia basada a partir del episodio 3 de Eldarya a New Era! si no si...