Capítulo 8.

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- ¿Qué opinas?- preguntó Gardienne mostrando la nueva pieza de la moda confeccionada por Purriry, contemplando su propia figura en el espejo.

- ¡Estás hermosa!- expresó entusiasmada Koori, arreglando las telas del vestido - ya son las seis, hay que reunirnos en la sala del Cristal.

La humana asintió y palpó la caída de la falda.

Ingresaron a la inmensa y sacra sala del Cristal, rebosante de personas, apenas se podía ver la punta de la piedra. A cuestas traspasaron la multitud hasta llegar al frente, donde se encontraban de pie solemnemente los miembros de la guardia brillante, todas y cada una de sus caras traían un semblante de paz y leve tristeza, exceptuando la del vampiro, quien destacaba por su particular oscuridad.
Tanto Lance como Leiftan brillaban por su ausencia.
Al divisarla, Huang Hua le indicó que se parara junto a ella, pero se negó ¡qué vergüenza! Sin embargo no pudo rechazar su fulminante mirada, por lo que terminó a su lado.
Era extraño presenciar su propia conmemoración, bastante incómodo ¿así se sentiría un caído de la guerra si presenciara un acto escolar en su honor?

Finalmente la líder carraspeó para llamar la atención de todos, quienes atendieron de inmediato, ya que en la sala se respetaba el silencio.

- Les agradezco a todos por venir- comenzó a hablar Huang Hua - hoy, como todos los años, se cumple un año más del sacrifico blanco, y recordamos a los que partieron al más allá durante la guerra.

Enseguida la mirada de Gardienne se cristalizó mierda aquí no, no frente a todos pensó.

- Por ello, nos reunimos a rezar por sus almas, para que logren encontrar la paz- concluyó, y acto seguido juntó sus manos cerrando los ojos. Los presentes la imitaron en ola.

¿A quién debería rezarle? ¿al oráculo? ¿a ella misma? ¿a Leiftan? Llena de dudas se limitó a orar en nombre del "cristal" sea cual fuere el ente que esté dentro de él.

Pidió con todas sus fuerzas que los kappas hayan partido con paz. También rezó por las almas de sus enemigos, que vayan a mejor o peor vida, pero bien lejos de Eldarya. Recordó a su familiar con profunda y desoladora tristeza, rememoraba sus ojitos antes de morir en sus brazos, tan noble... oró por él también, que estuviera en un paraíso de familiares y que explore entre las nubes.
Y Valkyon... antes que sus lágrimas quisieran escapar de vuelta, se reconfortó a ella misma con sus últimas palabras, que vivió feliz y estaba agradecido... que no fuera dura con el estúpido de su hermano y que siempre estaría a su lado.
Luego de hallar su propia calma rezó por él, aunque ya no esté a su lado, aunque nunca más lo vuelva a ver, que esté bien, ojalá descansando entre los suyos.

Entonces encontró una desgarrante desesperación en su pecho, finalmente entendió que nunca más lo volvería a ver, nunca. Hasta ese momento no cayó en la idea de que él se había ido para siempre.

Aturdida por sus propias emociones no se percató que las personas se acercaban al cristal a depositarle un beso con la mano. Le resultó extraño y tierno.
Hasta que una señora caminó hacia ella.

- ¿Puedo agradecerte?- le preguntó.

- ¿Eh?- se sonrojó la humana - emm... yo sólo hice lo que cualquiera hubiese hecho en mi lugar...- se excusó.

- Igual fuiste tú la que dejó su vida por tanto tiempo por Eldarya- insistió - muchas gracias- tomó sus manos y le depositó un beso en sus dedos.

Los tomates se inspiraron en el rostro de la humana para tener ese color. Miró inquisitivamente a Huang Hua pidiendo ayuda, no se sentía merecedora de tal gesto. La líder sin embargo la dejó a su merced y rió al ver las caras que ponía cuando las personas se abalanzaban hacia ella.

Rodeada de besos y agradecimiento se quedó allí hasta que todos se fueron al cerezo, sería descortés huir.

- ¿Le puedo agradecer a la señorita aengel?- bromeó la líder antes de darle un jugoso beso en la mejilla.

- ¡Qué cruel! Dejaste que todo el mundo me besara, fue muy vergonzoso...

- Sí fuiste cruel- la defendió la elfa - pero también me reí- se burló.

- Tengo las manos empapadas en bálsamo labial- quejó mirando el brillo que resplandecían.

- Muak, muak- imitó estruendosamente el sonido de un beso Mathieu - ven que te agradezco- se encimó rápidamente.

- Creo que tuvo suficiente- dijo Nevra interponiendose, colocando su brazo en medio de ambos humanos.

- Me voy a lavar las manos- sentenció Gardienne ignorando ese comportamiento - adelantense.

Se dirigió al comedor para lavarse en la cocina, pero al llegar vio a Feng Zifu y Karuto tener una acalorada... "conversación"
Retrocedió fingiendo no haber visto nada y se limitó a robar un repasador para limpiarse e ir al cerezo.
Estaba muy contenta por ellos, aún así, deseaba no haberse enterado de esa forma.

Ahí se encontraba él, observando absorto su vino caliente. El día de la conmemoración no lo emocionaba en lo absoluto, sólo lo deprimía.
Los cristales colgantes y los tintineos celestinos del tul que cubría la fiesta no le resultaban ni hermosos ni encantadores, todo era gris para él.

Oyó los pasos de su humana, digo, la humana, había estado tan perdido en su melancolía, que hasta ahora no había tenido oportunidad de apreciar su atuendo. La mujer se asomó por los arbustos, sonrosada y aturdida, desde allí oía los latidos de su corazón ¿qué le habría pasado?
Contempló su liviano vestido traslúcido, el cual sin embargo, había sido de tal manera confeccionado, que no dejaba ver ni una sugerencia de sus pezones. Los largos tajos relucían sus piernas pálidas y sus brazos, ya ligeramente bronceados, también iban al descubierto.
Se sorprendió de verla caminar hacia él con determinación, y ya frente a él, robó su vaso y le dio un gran trago al vino.
Ella solo deseaba olvidar lo que acababa de ver.

- ¡Oye!- quejó al recibir su bebida vacía. Gardienne se limpió la gota violeta que resbalaba por su comisura.

- Disculpa, lo necesitaba- se colocó a su lado, mientras él se volvía a servir mirando su espalda descubierta y reconociendo varias cicatrices de sus propios colmillos.

Buscó a sus amigos, todos en la pista de baile, Huang Hua y Eweleïn meneandose sugerentes entre sí, Koori y Mathieu tirando unos pasos descordinados y finalmente Karenn bailando avergonzada junto a su lobo que no pegaba ni un ritmo.
Quedó excluida y sin poder mover el bote, y ella amaba hacer eso. Miró de reojo a Nevra, él solo bebía con temple frío ¡por supuesto que no bailaría! Ya no era ese Nevra... además no iba a rogarle después de que la mandó de paseo.
Intentó tener contacto visual con varias personas para poder invitar a alguien, pero cualquiera que chocara con su mirada lila terminaba volteando la cabeza asustado ¿tan imponente era?
Chayanne también lo es y no lo rechazaría.

Cuando ya estaba perdiendo la esperanza, un joven desbordado en confianza se acercó, le ofreció su mano y una sonrisa coqueta. Era pálido, caminaba ligero y peinaba su cabello azabache.
Le pareció sumamente atractivo y le dio vergüenza pensar que, si fuera tuerto, encajaría completamente en su "tipo".

- ¿Me haría el honor?

- Por supuesto- rió Gardienne tomando su mano.














¿Una vez más? (Nevra - New Era)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora