¿Una vez más? (Nevra - New Era)

Capítulo 26.

- ¡¿Te lo robaste?!- se sorprendió Gardienne al ver a la vampireza blandir la libreta cual bandera.

- No cambies el punto ¡nunca me contaste de este descubrimiento! ¡¿por qué?! ¡esto cuenta como infidelidad!- la acusó claramente ofendida.

- ¡Será porque era confidencial!

- ¡Con más razón aún debías contarme!

Mantuvieron una tensa guerra de miradas.

- Bueno ¿quieres que estudiemos la libreta juntas?

Karenn se encogió de hombros.

○○○

El cielo se apagó anunciando la llegada del atardecer, los miembros de la guardia se enfilaban escondidos entre los frondosos árboles del sendero de los arcos. Leiftan permanecía en el medio del camino, con una paz que perturbaba a Gardienne.
Contemplando los destellos de las piedras reflejantes escondidas por el sendero, rememoraba estos últimos días con Karenn.

- ¿Qué es lo que tiene de misterioso?- preguntó la vampireza mirando de todo ángulo la intrínseca parte del sello de saña.

- Es el único que no entendemos, y parece ser importante.

- ¿Listos?- preguntó Huang Chu dirigiendo la operación, captando la atención de los presentes. Le dieron un visto bueno.

Posó sus labios en la hendidura de la flauta que portaba entre sus manos y comenzó a soplar una melodía rechinante. A los tonos de la canción, los cristales reflejantes vibraron poseídos. Y a unos varios metros de Leiftan, apareció otro Lefitan.

Las sonrisas inundaron sus rostros al ver que funcionaba. El aengel probó moverse un poco, todo lo que hacía era repetido por su reflejo largos metros hacia delante. Practicó una caminata a la par de los cambios melódicos de Huang Chu.
Al cortar la música, el aengel se salió del camino, ocultandose junto al resto.
La fenghuang tocó un par de notas, y al instante se vio de vuelta el holograma del rubio.

- Funcionó, quedó grabado- se regocijó la intérprete, contemplando como el doble de Leiftan se movía a sus compases.

- Pasemos a la siguiente fase- ordenó Huang Hua en voz alta.

- En esta esquina tiene triple signo de exclamación, es lo único que se entiende en este manojo de líneas- le explicó brevemente. Karenn tomó la libreta y la giró lentamente buscando alguna forma, enfocada en reconocer alguna letra, se dio cuenta.

- ¿No parece un poco la forma humana?

Esta vez Koori tomó el protagonismo, empuñó una esfera vacía, la cual arrojó al suelo y de ahí en más, fue silencio.

Literalmente, silencio.

No se oía ni la brisa del viento, ni sus propias respiraciones, solo las vibraciones sordas recorrían el lugar.

Inmersa en la afonía buscó la mirada del vampiro, él estaba concentrado vigilando el pórtico, a medida que la figura holográfica de Leiftan se movía hacia el exterior.

Finalmente el aengel falso desapareció tras las puertas semi abiertas del C.G.

- ¡Tienes razón!- le dijo descifrando el dibujo con claridad - y trae un círculo en el pecho- aportó al poder ver con otros ojos.

- ¿Debe ser el sello de saña, no?

Gardienne se encogió de hombros, y posó sus orbes lilas en una de las tantas anotaciones de caligrafía de médico ruso con Parkinson.

- ¿"alolle filo"?- meditó intentando descifrar las letras.

Tras la señal de un guardia, Huang Chu controló el espejismo de vuelta hacia el cuartel. Y unos cuantos pasos más tarde, la figura verdesina se asomó.

Todos guardaron el aliento, tocando inconcientemente sus respectivos visores.

El ente se serpenteaba por suelo, sigiloso, persiguiendo al falso Leiftan, sin exasperarse por tener a la presa frente a sus ojos. La tensión que se palpaba era insufrible, Gardienne se comía las uñas y Eweleïn tenía con fuerza la caja trampa.

Solo un poco más...

- Doble filo- la corrigió la vampireza- fíjate, es una d.

La humana se sorprendió de su capacidad para leer esa letra tan desastrosa.

- Pero mira, esta es la palabra más importante...

La serpentina figura se detuvo en seco, tensando los hombros de todos y lanzó un ataque a unos arbustos a sus costados, derribando las piedras reflejantes y a Leiftan, lo estampó contra el muro de forma estruendosa, provocando que se desvaneciera instantáneamente.

Y por su lado Gardienne también desmayó.

Verla tumbarse lo sacó de sus cabales y utilizando su velocidad de vampiro corrió a su lado a intentar devolverle la conciencia.

- ¡Gardienne!- la llamaba tomando su rostro. La elevó desde su nuca y espalda para tenerla junto a él, resguardando cada pedacito de ella y luego de darle una última dulce mirada, contempló con odio al atacante.

El ente observó la escena.

- Que interesante...- musitó para si, rompiendo el hechizo del silencio con facilidad.

De inmediato todos empuñaron sus armas, en busca del momento correcto para contraatacar.

- ¿Realmente pensaron que caería en una trampa tan mediocre?- rió la figura con una voz distorsionada, y se abalanzó sobre Leiftan.

- No ¡pero en esta sí!- gritó Eweleïn arrojándole un cuadrado.

El artilugio a pocos metros se expandió como las alas de un ave envolviendolo en una jaula.

La figura se arremolinó contra cada reja de forma violenta, sin embargo, no tuvo éxito. Se mantuvo estático flameando con furia.

Al instante socorrieron a los aengels, mientras el resto rodeaba al prisionero.

Huang Hua se apresuró frente al ser, invocó un dibujo mágico bajo la jaula que practicó durante días: transmutación. Le arrojó el codiciado polvo de estrellas a la vez que recitaba un encantamiento.

El plasma verde que rodeaba su cuerpo se agitó fieramente como un volcán a punto de erupcionar, y aún revolviendose burbujeante se desprendía lentamente, acrecentando la ansiedad y la intriga de conocer la cara del asesino de almas.

Finalmente la última sustancia se soltó, a medida que desaparecía en el viento, el impacto orquestó un coro de suspiros.

Bajo el manto esmeralda se ocultaba el espantapájaros más escalofriante. Moldeado con ramas incrustadas, pelaje, carne expuesta y otros materiales de dudosa procedencia, se formaba un rostro particular.

- ¿... Naytili?

.... la palabra más importante es resurrección.