Capitulo doce.
No sabía que era lo que debía esperar, ¿alguna cosa que explicara eso que tanta posibilidad tenía de ser? Fuera lo que fuera, tal vez si era lo que mi cerebro esperaba.
—Solo necesitaba saberlo, Lory, relájate.
¿Me estaba diciendo que debía calmarme? Ese chico tenía más problemas de los que creía; cuando supo la fecha bajó un poco la guardia, como si ese número explicase muchas cosas, pero de igual manera, y a pesar de las risas, no estaba tranquilo; sus músculos seguían tensos y aun veía como apretaba los dientes haciendo que las venas de su frente se marcaran un poco.
—¿Por qué no dices la maldita razón real? No por nada presionabas como lo hiciste — insistí haciendo mucho esfuerzo para mantenerme en mi posición y no lanzarle a la cara el contenido de la lata en mi mano.
—Era solo una chorada, ya olvídalo mujer.
Estaba empezando a molestarme de nuevo, empezaba a sentir como el enojo se abría paso entre la sangre que corría por mis venas intentando llenarme por completo.
¿Por qué no solo lo decía?
En un último intento por obtener información tomé otro largo sorbo de la cerveza que sostenía entre mis manos, solté un suspiro y me enderecé en mi posición.
—Zero — le dije con tanta calma como pude. Sus ojos encontraron los míos y se vio un poco sorprendido —. Lo qué me está pasando, los recuerdos y desmayarme, está volviéndome loca. Me asusta. Tengo miedo de no controlar lo que hago y lastimar a alguien o lastimarme a mí misma, hay muchas cosas que pueden pasar, cada vez que sucede siento que moriré y solo entonces siento miedo... — parpadeé varias veces en un intento por detener las lágrimas que amenazaban con salir a causa de tanta sinceridad, porque sí, tenía miedo —. Si sabes algo, lo que sea, quiero saberlo...necesito saberlo.
La manera en que me observaba hizo que mi corazón diera un vuelco, de nuevo se veía preocupado, aunque más intranquilo y con más nerviosismo del que le había visto en cualquier otra ocasión.
Abrirme de esa manera era casi absurdo, podía contar con los dedos de una sola mano la cantidad de veces que me había sincerado con alguien y esta era una de esas. ¿Por qué lo hacía? No tenía ni puta idea, pero de alguna manera todo estaba saliendo de mi boca como algún tipo de vomito verbal.
En un movimiento rápido y casi imperceptible dejó ambas cervezas en la mini mesita a un lado de nosotros, se giró hacia mí de nuevo y puso sus manos en mis mejillas.
—No tienes que tener miedo, Lory — me dijo en un susurro suave, intentando convencerme de eso. Sus dedos empezaron a trazar diminutos círculos sobre mi piel y me estremecí bajo tu contacto —. Seré tu salvavidas cada vez que sientas miedo, seré tu escudo cuando quieran lastimarte, seré lo que necesites que sea, Lory, siempre.
No había notado que estaba llorando hasta que uno de sus dedos atrapo una de las gotitas que rodaba por mi mejilla, la acerco a sus labios y chupó su dedo sin apartar sus ojos de los míos.
—No quiero eso, Andrews — suspiré algo aturdida por su acción —. Puedo cuidarme sola, pero si no me dices lo que piensas no sé de qué demonios debo cuidarme.
—Sé mejor que nadie que puedes hacerlo, pero hay cosas que te sobrepasan y es entonces cuando entro yo.
—No quiero un héroe, Zero, no quiero depender de nadie para estar bien. Necesito respuestas, es todo lo que te pido.
Dejó salir un largo suspiro y su cabeza cayo hacia delante rendida, una pequeña luz de esperanza pareció encenderse en ese momento frente a nosotros; sentía que esta vez sí tendría respuestas, la respuesta que quería.
ESTÁS LEYENDO
Los Cero [Secretos y mentiras #1]©
Mistério / SuspenseCaos. Problemas. Explosiones inexplicables. Robos. Incendios provocados. ¿Todo esto tiene alguna razón? ¿Es lógico que suceda justo en un pueblo repleto de familias prestigiosas y adineradas? ¿Qué es lo que sucede en realidad? Son preguntas que tod...