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Capitulo veintiséis.

ZERO.

Lya no despertaba y ha habían pasado más de seis horas desde que había perdido el conocimiento.

Yo estaba preocupado, Luke estaba pasando los nervios con cantidades incontrolables de comida y Tony repetía una y mil veces que ella no despertaba a causa de la medicación.

Mi cerebro había buscado la manera de conectar los puntos que aún me faltaban, debía descubrir de donde conocía Lory a Emily y, como si fuera poco, de donde la conocía yo.

—Retiraré toda la medicina — suspiró nuestro remedo de doctor acercándose al cuerpo de la chica —. Espero que con eso despierte en las próximas horas, si no lo hace debemos buscar ayuda o... no lo sé, darle una descarga eléctrica y revivirla.

—No estoy para chistes, Tony — gruñí yo, a unos pasos de él.

—No era uno.

—Tenemos que reanimarla, imbécil, no terminar de enviarla al infierno.

Puse los ojos en blanco y centré mi atención en su cuerpo, en el movimiento casi imperceptible de su pecho al compás de su respiración, en el color que había decidido volver a su piel, en las manchas de maquillaje corrido por sus pómulos y las raíces rojas que asomaban por debajo del tinte de cabello.

Observé como el moreno arrancaba las agujas de sus brazos, terminando por completo con eso de la medicación.

Vamos, bonita, tienes que despertar. Hay muchas cosas que aún debes decirme... y yo a ti.

***

Pasaron otras tres horas hasta que Lory dio señales de vida. Abrió un poco los ojos, balbuceo algunas cosas que nadie logró entender y trató de levantarse, pero la palabra fuerza y su significado habían abandonado del todo su cuerpo, así que tuvo que resignarse y volver a dormir hasta que su cuerpo reviviera como su mente lo había intentado hacer.

—El que despertara es buena señal — dijo Tony —, aún esta débil y somnolienta, debemos esperar un rato más.

—¿Cuánto es un rato? — preguntó Luke antes que yo pudiera hacerlo.

Estábamos perdiendo mucho tiempo. Y el tiempo era un recurso con el que no contábamos.

—No lo sé con exactitud, tal vez una o dos horas más. Su cerebro debe reaccionar por completo y cuando lo haga, su cuerpo también lo hará.

Una hora más, como mínimo.

Maldición, no teníamos tiempo, necesitábamos que Lory reaccionara ahora. Que nos hablara y poder entender qué demonios era lo que estaba pasando.

Si era o no una...

—Tony — lo llamé justo antes que desapareciera por la puerta. Giró unos centímetros sobre su eje, lo suficiente para verme — ¿Puedes hacerle la prueba? Ya sabes... debemos saber si es o no una Eterna.

Él solo asintió y cruzó el umbral. Nos quedamos Luke y yo en la sala con el silencio reinando a nuestro alrededor y nuestros ojos fijos en la chica. En el fondo sabíamos que la prueba no era necesaria, al menos yo sabía que ella era lo que creíamos y me negaba a aceptar.

Alguien tenía que romper ese silencio, y fue el pelinegro quien lo hizo.

—Z... ¿Qué haremos si lo es? Debemos reportarlo, ella no es como nosotros... bueno, sí lo es, pero no igual, yo... mierda, sabes a lo que me refiero.

En otro momento me habría reído de su balbuceo, pero justo en ese momento reír era lo último que figuraba en mi lista de prioridades. Debía saber lo que ella era o lo que esperaba que no. Luke tenía razón, si las pruebas eran positivas teníamos que entregarla... tenía que olvidarme de ella por un largo tiempo.

Los Cero [Secretos y mentiras #1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora