22

1K 136 47
                                    

— Debimos habernos quedado otro día, como dijo tu madre — murmuró sofocado Argentina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Debimos habernos quedado otro día, como dijo tu madre — murmuró sofocado Argentina. Veía como las ovejas se paseaban a un lado de su ventana, estaba seguro que se burlaban de ellos que sufrían el estar encerrados ahí por casi dos horas.

— It's too late to go back [Ya es muy tarde para volver] — se rió con suavidad, mientras tecleaba en su celular con concentración, causando que Argentina lo viera algo indignado por su risa.

Y para colmo las gotas empezaron a golpear en el parabrisas.

— ¡Ay, lo que faltaba! — Jadeó tapándose el rostro y hundiéndose cada vez en el asiento del automóvil. La verdad no pegaba una.

—It's getting dark soon, and we can't drive at night and in the rain [Va a oscurecer pronto, y no podemos conducir de noche y con lluvia] — comentó al mirar el cielo por el cristal, dónde las nubes oscuras resaltaban del blanquecino cielo.— Let's stay at a motel tonight. What do you think? [Quedemonos en un Motel esta noche ¿Que piensas?]

— Sí, es mejor que nada ¿Pero quién dejó sueltas sus ovejas? — con irritación se pregunto más que nada al aire, haciendo lo posible para reprimir insultos entre sus palabras.

— I don't know, it's quite common to get stuck in a car here, most of them ride horses because of that.  I suppose whoever left the sheep loose will come looking for them at any moment because of the rain. [No se, es bastante común quedarse atrapado en auto aquí, la mayoría se mueve a caballo por eso. Supongo que quien dejó sueltas las ovejas, vendrá a buscarlas en cualquier momento por la lluvia.] — sonrió agradablemente y acarició el lacio cabello celestino de su pareja.

— Estás bastante acostumbrado ¿no? — preguntó para hacer tiempo, mientras disfrutaba de los mimos impartidos en su cabeza.

— Mhm ... I grew up here, after all. [Mhm... Crecí aquí, después de todo.] — confirmó. Bajando su mano hacía la mejilla dónde pellizco con suavidad, sacándole una sonrisa a Argentina.

El tiempo pareció detenerse, cuando Canadá bordeo los labios con su pulgar, abriendo inconscientemente la boca de Argentina y haciéndolo remojar sus labios ante la vista. Había pasado días desde la noticia y semanas desde que lo hicieron.

Tenía abstinencia de Argentina.

Tanto Canadá como Argentina se acercaron tan lento que casi parecía que realmente no se movían, dándose impaciencia el uno al otro.

Hasta que finalmente sus respiraciones estaban casi mezclándose, a tan solo centímetros de distancia.

De pronto el fuerte balido de las ovejas los hizo separarse sorprendidos. Argentina pudo ver por el retrovisor a un hombre sobre un caballo que corría a la ovejas del camino, quien al bajar, se acercó al automóvil.

— Maen nhw'n iawn? [¿Están bien?] — un carismático hombre se asomó por la ventana, preocupado, pero al ver correctamente quienes estaban dentro, sonrió con alegría —Canada!  Pa mor hir heb eich gweld chi.  O edrych arnoch chi, mor fawr, mae'n ymddangos fel ddoe pan wnaethoch chi redeg trwy fy stabl gyda chleddyf pren.  [¡Canadá! Cuanto tiempo sin verte. Mírate, tan grande, pareciera que fuese ayer cuando corrías por mí establo con una espada de madera.] — agregó nostálgico, ajeno a la lluvia que golpeaba contra él y lo empapaba.

Collegato [ CanArg ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora