Estar amarrado a un desconocido, nada puede ser peor.
o eso pensaba Canadá.
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Descubrí la adicción de empezar historias br0
-mpreg
-boys' love
-escenas sexuales.
-pongan el fondo negro, si gustan, se ve bonito.
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#1 Canarg 16...
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[Recuerdos]
— ¡Bien! ¡bebés, vamos! — exclamó con una voz chillona en un aliento a sus pequeños hermanos que intentaban correr en el patio, una carrera dónde el ganador se llevaría de premió un chupetín que se había comprado con unas monedas que encontró en la calle.
Colombia que era el mayor de los tres competidores, tomó lo delantera al saber caminar mejor que los otros dos y después de una gran batalla de gateos, caídas y corridas, logró llevarse el premió.
Causando que sus dos hermanos menores lloraran de frustración.
Al ver esto, Paraguay quien era el más grande de los cinco, Se acercó para consolar a Perú mientras Argentina se ocupaba de México.
— ya ya bebé, vo' también ganate, llegaste ehh en número tres — tomó a la pequeña con dificultad y la cargó, tratando de lucir espectacular para su hermanita. Sin embargo apenas se acorda correctamente los números, por lo que se quedó unos segundos viendo al pasto analizando si estaba bien el número que dijo.
México que aún no sabía hablar correctamente, aún entendía el concepto de ganar o perder, sino no hubiera llorado al llegar última. De igual manera, a Perú le dieron unas gomitas para que no llorase ¿Por qué su hermano no le estaba dando nada? Indignada no ¡Indignadisima! Volvió a lloriquear.
Cómo si entendiera, Argentina palpó sus bolsillos y busco con la mirada algo para dárselo como premio, pero lastimosamente no halló nada que entregarle. Al ver las lágrimas en los adorables ojos de su hermanita, se entristeció.
— Tengo algo mucho mejor que unos calamelos — orgulloso limpió las lágrimas que empapaban las mejillas de México y presumió como solo el podía hacerlo.
— ¿Mejol? — curiosa, Mexico se calmó y vio la gran sonrisa de su hermano mayor.
— ¡Obvio! Vos te ganate' todo mí amor — con grandes aire anunció hasta que escuchó la risita burlona de tras suyo que le dió vergüenza, era su hermano mayor Paraguay. — ¿¡Que te reís!? ¡Mí amor vale más que gomitas! Cuando sea grande voy a tene' mucha plata y te voy a dar todo lo que vos quieras bebé — volvió su vista a México, luego de agitar su puño con ira hacía Paraguay, y sonrió abiertamente.
— ¿gua gua? — ilusionada se aferró a los pantalones de Argentina.
— ¡Si un guau guau también! ¡Y lo vamos a llamar Paty! — se rió alegremente tomando la pequeñas manos de México.
Desde tras se oyó la puerta abriéndose, dando paso a Italia que venía con una jarra de chocolatada y cinco vasos de plástico para los niños.
—Beviamo il latte ai bambini! [¡Vamos a tomar la leche niños!] — llamó desde el porche, sirviendo en las tasas que tenían diferentes dibujos y colores.
Los cinco fueron contentos a sentarse para merendar, obviamente los más grandes ayudaron a los más pequeños a llegar mas rápido y así no tener que esperar a nadie.
— Mami ¿Y papi? — pregunto Argentina luego de beber un sorbo de su chocolatada, dejando un bigote de está que rápidamente lamió.
— ha un lavoro e la mia vita non può venire oggi [tiene trabajo y no puede venir hoy mí vida] — acarició con cariño los suaves cabellos de Argentina, de sus cinco hijos, era el más parecido a él.
— oww, quería mostrarle cómo aprendí a leer el libro que me leía de noche — desilusionado continuo tomando su leche, ahora más lentamente. Siendo observado por Italia con pena.
—Non me lo vuoi leggere? [¿No me lo quieres leer a mí?] — con una gran sonrisa llamó la atención del pequeño albiceleste que volvió la vista con alegría.
— ¡Si! ¡Te voy a leer el de Cenicienta! — contentó salto en su asiento, mientras su hermano mayor lo veía con burla.
— Mama Mama.. baño — aún lado México llamo medio lloriqueando, con las pocas palabras que sabía pronunciar y aún con dificultad. Italia al entender su llamado, se apresuró a tomarla e ir al baño, dónde aún le enseñaba a hacer sus necesidades.
— Nene de mamá — susurro Paraguay a Argentina para pelear, y no faltó la mala mirada de el albiceleste hacia su hermano.
— Envidioso, a mí me quiere más que vos — le sacó la lengua y se pavoneo tomando lo poco que le quedaba de chocolatada de un trago, ignorando que le iba a dar dolor de panza después.
— No te quiere más, le das lástima.
— ¡Yo no lastimo a nadie no se que decís! — enfadado señalo a su hermano que parecía golpearse la frente lo que lo confundió.
— ahg no lastimar, lástima, como lo que sentiste al ver al perrito de la calle cuando fuimos a comprar — al entender la falta de conocimiento de las palabras de su hermano menor intento explicarle con palabras que el entienda.
— mhm... Pero igual me quiere — contesto pensativo, porque el también quería al perrito de la esquina, por eso le daba comida con el permiso de su mama.
— ¡Tina! ¡Tina! — llamo Colombia que no llegaba hasta las galletitas y pedía la ayuda de su hermano para alcanzarlas.
— toma bebé — pasó el plato dejándolo más cerca de los pequeños y continuo peleado con Paraguay.
Desde dentro de la casa de abrió la puerta principal, dejando ver a España, que colgaba su abrigo en el perchero mientras cerraba.
Con su "reunion" cancelada, prefería volver a ver a sus hijos y pasar la tarde con ellos. Al pensar en ellos, escuchó la efusiva charla en el jardín, por lo que se dirigió directamente ahí.
Al abrir la puerta, vio el rostro de Argentina iluminarse antes de correr y saltar a sus brazos. Seguido de los llamados de los más pequeños que no podían bajarse solos de la silla.
— ¡Papa! ¡Papa! ¡Viniste! — grito alegre sin soltarse del cuello de su padre que lo sostenía firmemente para que no se cayera. Y se acerca a sus otros hermanos para saludarlos.
— Si, ya vine ¿Tomaron su merienda? — curvo sus labios al ver a todos en la mesa, ya sabía la respuesta, pero igual le gustaba preguntarles.
— si, mama preparó chocolatada — respondió primero Paraguay y Argentina asintió sin despegar su cabeza de su hombro.
— Spagna? [¿España?] — pregunto sorprendido Italia desde atrás, cargando a México con una nueva ropa puesta — Non hai avuto una riunione oggi? [¿No tenías una reunión hoy?] — confundido miro su traje solo de camisa y pantalón y a su hijo aferrándose si dejarlo ir, posiblemente si España lo soltase igual se quedaría colgado.
— Se canceló de último momento — se acercó y acarició el cabello, decorado de trenzas, de México que se reía feliz al verlo. La cargaría si no tuviera a Argentina en brazos y su cintura fuera como la de antes.
— ¡Papi! ¡Aprendí a leer la cenicienta! — feliz despegó su rostro del hombro de su padre y festejó.
— ¿De verdad? Que niño más inteligente — lo felicitó, recordando que le había prometido escucharlo leer el libro a la noche.
— si y te lo voy a leer y a mama también porque se lo prometí — aunque en verdad no de acordaba si se lo había prometido o no, pero igual estaba feliz de leerselo a sus papás.
Era tan feliz en su pequeño burbuja de ignorancia.