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1 mes después

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1 mes después.

Gracias a la sugerencia de UK, Canadá y Argentina se mudaron juntos a una modesta casa residencial, ambos pagaron la mitad y acordaron dividir los gastos diarios. Recibiendo la constante visitas de sus hermanos y hasta de los padres de Canadá.

Sin embargo ese no era el problema que enfrentaba Argentina en ese momento.

— Mierda — se quejó lloroso frente al espejo, su vientre había creído y la ropa le hacía sentir incómodo. No solo era solo el pantalón de vestir que no cerraba, si no que sus pantalones deportivos estaban sucios en ese momento. — ¡No puedo ir a trabajar así! — sintiendose algo sensible se acostó mientras lloriqueaba por molestia.

— What's going on? [¿Que sucede?] — pregunto Canadá entrando en la habitación y acomodándose la incómoda camisa, mirando como Argentina miraba perdido el techo.

— No me entran los pantalones — murmuró con tristeza y sin moverse un centímetro. Obviamente tendría que moverse luego para ir a trabajar, pero quería aplazar lo más posible el ir a atender a pacientes con pantalón deportivo.

Canadá miró el cierre a medio subir y el botón desabrochado, sentandose a un lado de Argentina mientras acariciaba en vientre descubierto de el albiceleste. No era como si hubiera crecido demasiado, pero a diferencia de las tallas que llevaba su figura delgada, se veía afectado por el aumento.

— We have to buy bigger ones, Argentina [Tenemos que comprar unos más grandes, Argentina] — con cuidado se recostó a su lado, exaltandose al ver los ojos llorosos de Argentina.

— Pero ¿Para que? Si al próximo mes me voy a tener que comprar otros y al otro, otros más. — contestó apretando sus labios de manera reticente, sabiendo que también debería cambiar sus camisas y remeras a futuro, a menos que deseé llevar el vientre al aire.

— It doesn't matter how many times it is.  If next month they don't fit, I'll go and buy you another one and if they don't fit that anymore, I'll buy you another [No importa cuántas veces sea. Si el próximo mes no te entran, iré y te compraré otro y si ya no te entran eso, te compraré otro] — sonrió sin mostrar los dientes, mientras hundía sus dedos en el cabello de Argentina, peinandolo. Argentina se giró y lo abrazó, necesitaba consuelo al saber que debía despedirse de una gran cantidad de ropa que el amaba.

— Igual voy a tener que ir con pantalones cortos — su voz se escuchó ahogada al estar en el pecho de Canadá, pero aún así se entendía. Canadá pensó unos segundos mientras sostenía a Argentina en sus brazos.

— Do you want to wear one of my pants?  We can put a belt [¿Quieres usar unos de mis pantalones? Podemos poner un cinturón] — sugirió, acariciando la espalda de Argentina con suavidad, ayudando a levantar a Argentina que aún se mantenía aferrado a él.

— Está bien. — murmuró resignado, separándose y haciendo un pequeño bulto en sus labios en dónde Canadá dejó un pequeño beso haciendole sonreír inconscientemente.

La convivencia no era tan mala si era con él.

Se probó el pantalón de Canadá y lo aseguro con él cinturón. No era de su gusto el pantalón negro, parecía un hombre de negocios, cuando el prefería vestir sus pantalones claros y más coloridos, esos parecían menos intimidantes.

— You are beautiful [Estás hermoso] — frente al espejo, susurró en su cuello, abrazándolo desde tras. Causando la risa contenida de Argentina ante el halagó.

— ¿Solo hermoso? — sonrió provocativo, viendo por el reflejo la mirada juguetona que le entregó Canadá.

— You know not only that, but if I tell you maybe I stayed longer than I can and I will be late [Tu sabes que no solo eso, pero si te lo digo talvez me quedé más tiempo del que puedo y llegaré tarde] — besó la mejilla de Argentina y se separó para poder terminar de hacer su corbata. Argentina sonrió animado y se giró para ayudarle.

— ¿A qué hora volverás? — pregunto por lo bajo en un susurro, como si alguien más pudiera oír su conversación. Aún con su vista en el nudo de la corbata.

— It won't be too late, I can come back to find you [No será demasiado tarde, puedo volver para ir a buscarte] — contestó de igual manera Canadá, viendo a los ojos a Argentina, encontrándose con sus verdosos ojos devolviéndole la mirada.

Ambos se vieron unos segundos y Argentina titubeaba en hablar, como si lo que quisiera decir estuviera atrapado entre sus labios y era incapaz de escapar de estos.

¿No crees que es raro como nos tratamos con cariño, sin ser nada? Quería preguntar, pero murió en su boca, porque jamás lo dijo.
Estaba bien disfrutar el momento sin cuestionar la razón. Temía que se terminase si se daba cuenta de su actitud

El día transcurrió pacíficamente. Canadá volvió temprano de entregar informes, así que se tomó el tiempo de cambiarse antes de ir a buscar a Argentina. No era demasiado trabajo para él ir, ya que tenía automóvil.

Habían pedido las vacaciones por paternidad, pero solo comenzarían cuando Argentina llegué a los cinco meses, eso sería recien al mes próximo.

Estacióno el auto en el hospital, cerca de salud mental, dónde Argentina trabajaba. Se quedó esperando a que saliese, ya le había mandado mensajes de en donde se encontraba, solo le tocaba esperar.

Su teléfono empezó a vibrar anunciando una llamada y el la tomó sin siquiera ver quién era.

— Salut chéri!  Comment ça va?  Nous sommes venus avec votre père visiter les USA et nous avons rencontré le Mexique!  Tout aussi charmant que l'Argentine [¡Hola cariño! ¿Cómo estás? Hemos venido con tu padre a visitar a USA ¡Y conocimos a México! Igual de encantadora que Argentina] — habló constantemente animada, sin darle tiempo a contestar a Canadá — Et comment est l'Argentine?  Et le bébé? [¿Y como está Argentina? ¿Y él bebé?] — continuó hablando rápido y Canadá escuchó la voz de fondo de su padre, que trataba que su madre lo dejara contestar.

— Alright mom everything is alright [Bien mamá, todo está bien] — respondió a todas sus preguntas y tomó un respiro antes de continuar —tomorrow we have to do the ultrasound and the control.  I will go with him, so that he is not alone [mañana tenemos que hacer la ecografía y el control. Iré con él, para que no esté solo] — comunicó rápido al ver cómo Argentina salía por la puerta, saludando a una jovencita que abrazaba el brazo de una mujer mayor.

— Oh chérie, le Canada ne veut pas te quitter juste une seconde! [¡Oh cariño, Canadá no lo quiere dejar solo un segundo!] — se escuchó alejado, posible le estaba hablando a su padre e ignorando el hecho que se oía por el teléfono—Eh bien, puisque nous sommes de passage, nous nous sommes arrêtés chez lui.  Nous vous attendons ici, nous avons un cadeau au revoir! [bien, ya que estamos de pasó, paramos en su casa. Los esperamos aquí, tenemos un regalo ¡Adiós!] — y nuevamente sin escuchar opinión cortó unos segundos antes de que Argentina subiera al auto.

— Lo siento, me quedé unos minutos de más en la última sesión — se disculpó algo agitado por hablar mientras se subía. Viendo como Canadá le sonreía de una manera que el ya conocía — ¿Que pasó?

— My parents are home again [Mis padres están en casa, otra vez] — incómodo, encendió el auto y arrancó, no sin antes recordarle a Argentina ponerse el cinturón.


Argentina sonrió. No le molestaba la visita de los padre de Canadá, eran una pareja alegré y amorosa. Eran como los padres que a él le hubiera gustado tener.

Collegato [ CanArg ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora