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— Así que ya se lo dijimos

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— Así que ya se lo dijimos... Salió bien ¿no? — reflexionó mirando el techo de la habitación. A su lado Canadá se encontraba, al igual que él, mirando él techo.

Ambos se encontraban en la habitación que le pertenecía a Canadá cuando se quedaba a dormir allí. El techo se iluminaba con el proyector de estrellas y manchaba las paredes de constelaciones, embelesando a Argentina quién veía por primera vez ese artefacto.

— Yes very good. [Si, muy bien.] — respondió algo perdido, concentradose con esfuerzo en las constelaciones que paseaban y tratando de ignorar el contacto con el cuerpo a su lado.

— Can ¿Estás seguro que no querés que duerma en otro lado? — murmuró incómodo ante la rigidez de su acompañante. Quería cambiar de posición, pero la cama era un poco estrecha y no quería molestar a Canadá.

— It would be weirder if out of nowhere we stopped sleeping together [Sería más raro si de la nada dejamos de dormir juntos] — respondió por lo bajo, manteniendo la misma postura, tratando de mantenerse lo más al borde posible y así dejarle espacio suficiente a Argentina.

— Bueno, entonces. Me voy a dormir ¿Sí? Buenas noches — susurrando se despidió. Giró dándole la espalda a Canadá y cerró sus ojos esperando así dormir tranquilamente.

Canadá miro las sábanas y jugueteó un rato con ellas, retorciendolas y volviendo a alisarlas, luego giraba su rostro para observar un la nuca de Argentina, pero se arrepintia a los segundos y volvia con su entretenido juego con las sábanas, sucesivamente.

Sintiendo una eternidad pasar, miró las estrellas bailar por su habitación y se decidió seguir con su mirada la constelación de Libra que, para su mala, paró en la espalda de Argentina.

Tragó con fuerza, mientras seguía mirando su espalda, ahora sin constelación. Sin saber si seguía despierto o si ya se había dormido luego de todo ese tiempo.

— Argentina Are you awake? [Argentina ¿Estas despierto?] — susurró casi inaudible, temiendo terminar despertandolo con su pregunta. Al no recibir respuesta luego de unos segundos, se movió con suavidad hacía la dirección de Argentina y con cuidado envolvió su brazo en él, apegandose a su cuerpo y sintiendo la fragancia natural que desprendía Argentina.
Su mano reposaba sobre el vientre de Argentina y, aunque no sobresalía todavía, acariciaba con suavidad la piel del albiceleste.

Pensaba que al menos, ahora estaba dormido y no le daria tanta vergüenza como despierto.

Y Argentina sonreía, mordiendo sus labios tratando de contener una risa que tentaba con escaparse.

__________

Por la mañana, sol entraba de lleno en la habitación. Despertando solo a Canadá, quien talló sus ojos intentado adaptarse a la luz que le chocaba el rostro.
Al intentar girar, sintió los brazos y piernas de Argentina enredados con los suyos. Sin llegar a reaccionar del todo, se volvió a acostar junto a Argentina, quien se protegía de la luz con el pecho de Canadá.

Sin embargo, no duró mucho el descanso post-dormir, pues las animadas charlas de sus sobrinos hicieron que volviera a despegar sus ojos, está vez se levantó adormilado, despertando a Argentina quién se sentó en la cama aún más dormido que él.

Canadá abrió la ventana y con los ojos entrecerrados por el luminoso día visualizo a su hermano junto a sus sobrinas más grande.

—Australia, please turn down the volume![¡Australia, por favor bajen el volumen!] — grito llamando la atención de los anteriormente nombrados, sintiendo como Argentina ponía una prenda en su hombro y luego se dirigía al baño.
Escuchó las risillas de sus sobrinas y vió la mirada divertida de Australia, sin embargo no le dió importancia y volvió a la cama donde se tapó para seguír durmiendo.

__________

— Canadá, despierta, vamos a desayunar.— susurró melódico, cerca del oído de Canadá, que se removió antes de despegar un ojo para espiar quien lo llamaba.

— What time is it? [¿Qué hora es?] — preguntó ronco, estirándose en la cama tratando de quitarse la pereza de encima.

— Casi las diez. Vamos a dasayunar, con tu madre preparamos panqueques  — sonrió enternecido, mientras aprovechaba la distracción para acariciar lo rulos de Canadá, que últimamente se avergonzaba ante el contacto lo que le daba gracia, pues el hijo que llevaba no se había hecho exactamente tomándose de la mano.

—Pancakes?  The ones with candy inside? [¿Panqueques? ¿Los que tienen dulce dentro?] — un poco más despierto, abrió correctamente ambos ojos y siguió recibiendo caricias sin notarlo. Le gustaban los panqueques que hacía Argentina, era extraños y muy dulces, pero adictivos.

— sí, le enseñe cómo hacerlos y se emocionó — se carcajeó recordando las tres fuentes de panqueques que prepararon en la mañana junto con Francia, y como de vez en cuando Uk o Australia se robaban unos y lo compartían con los niños antes del desayuno.

—mhm ... well come on [ mhm... Bueno, vamos]— se sentó en la cama y dió un largo bostezo, mientras Argentina palmeaba su pierna y llamaba su atención.

— Ponete la remera mi vida, te vas a enfermar — se rió mientras volvía a pasarle la remera. No sabía que tenía el hábito de desnudarse dormido, después de todo, en las pocas veces que durmieron juntos, no iban con ropa puesta.

Argentina sonrió y le dijo que lo esperaría en el comedor juntó con los demás.

Y Canadá se quedó observando con confusión la prenda de ropa en sus manos. Hasta que por fin recálculo y se dió cuenta que tenía el torso desnudo y su remera estaba en sus manos en vez de puesta.

Ahora entendía porque había sentido tanta brisa a la mañana.




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