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6 meses

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6 meses. Cargaba un pequeño de 6 meses dentro suyo.

Estaba feliz, muy feliz. No solo que ahora se sentía cómodamente refiriéndose a Canadá como su pareja con la que formaría una familia, sino que ya había superado la etapa de riesgo.

Ya estaba dicho que su bebé nacería sano.

Sin embargo, toda su felicidad, venía acompañado de las incomodidades que implicaba tener un peso extra en su vientre.
No solo hablar de la dificultad que tenía a la hora de realizar actividades, que antes realizaba sin esfuerzo, también de los dolores de espalda y piernas que tenía.

Le ayudaba bastante el hecho que ahora pasaba más tiempo en su hogar gracias a sus vacaciones, pero solo se limitaba a moverse de asiento en asiento, jugar con su celular o coser algo de su ropa  dañada, también considero el aprender a tejer o aprender nuevas recetas, pero descartó la última pues el vientre aún le incomodaba cuando se acercaba a la encimera.

Nunca pensó que diría eso, pero se sentía ligeramente inútil.

Ahora su mayor entretenimiento era realizar videollamadas con su hermana con la esperanza de saber que aún se encuentra viva al vivir sola.

Con dificultad se inclinó y tomó asiento en su sofá, marcando el número de México, siempre llamaba a la misma hora a la mañana, no quería que perdiera la rutina de levantarse temprano solo porqué no se encontraba con ella.

Después de dos tonos contestó.

— ¡Hola, buenos días hermanito! — saludo Mexico riéndose nerviosamente, con el rostro casi pegado al celular.

— Hola ¿Que andas haciendo? — desconfiado ante su actitud, pregunto. La imagen comenzó a moverse, por lo que imagino que México se encontraba caminando.

—¿Qué? Nada, ¿Que podría estar haciendo? — volvió a reír, mientras bajaba la escalera e ignoraba las miradas raras que recibía de su hermano.

Confundido, decidió ignorar las extrañas risas de México y decidió seguir conversando.

— ¿Cómo has estado? — curvo sus labios en una sonrisa, al ver bien el rostro de su hermana. De verdad extrañaba el despertarse y verla, pero en algún momento se tenían que separarse, de igual manera estaba feliz de haberle dejado la casa para que estuviera cómodamente y sin preocupaciones.

— ehm.. bien. Estuve viendo que carrera elegír para la universidad, mí chikistrikis dijo que haría gestión de empresas, pero a mí eso no me pega para nada — Sonrió mostrando su dentadura ante la imagen de ella administrando, una locura, apenas y se podía administrar ella misma. — tampoco ir a la rama de leyes, me las olvidaría a cada momento — volvió a reír en autoburla, contagiando a Argentina.

— ¿Y por qué solo consideras carreras que no quieres? — cuestionó confuso por los comentarios de su hermana, se notaba a leguas que no le gustaba ninguna carrera que mencionaba, tampoco se imaginaba a su hermana en algún cargo administrativo o de importancia social, ella era más de expresarse y disfrutar la libertad.

— No se, últimamente pienso que necesito elegir alguna carrera que me de para comer más que alguna que verdaderamente me guste — apenada se revolvió su ruloso cabello algo enmarañado, descolocando un poco a Argentina. Toda la vida había deseado que México hiciera lo que le gustase sin preocuparse por los deberes de un adulto, pero ahora ella quería hacer lo contrario a lo que esperaba.

— Mex, no seas tonta ¿Entiendes que la carreras es algo a lo que te vas a dedicar toda tu vida? ¿De enserio quieres pasar parte de tu vida frente a un escritorio contando números solo por dinero? Si te preocupa el dinero, olvidate de eso. Si haces algo que te gusta con verdadera pasión, eventualmente vendrá el dinero. Además no estás sola, me tienes a mí para ayudarte. — explico y medio regaño a su hermana, que silenciosamente se grabo sus palabras para más adelante. Un consejo de su hermano valía millones para ella.

— Cambiemos de tema ¿Cómo está mí sobrino? ¿Ya extraña a la tía? — cambió su tono a uno agudo mientras le hablaba cariñosa al pequeño en el vientre de Argentina, haciendolo reír por su cambio de actitud — por cierto ¿Ya eligieron el nombre?

— Estuvimos viendo varios nombres con Canadá, al final decidimos que se llamaría Aran — sonrió frontando su vientre, que se movió ante su tacto, a veces pensaba que realmente le respondía.

— ¿Aran? ¡Me gustas! Es fácil y corto — festejó mientras dejaba el celular apoyado en la mesa y se sentaba en la silla. Dejando ver parte de su torso, dónde dejaba ver parte de su remera que llevaba las palabras "I am the queen" en brillitos negros.

— ¿Te compraste un nueva remera? No me acuerdo de haberla visto antes — curioso por el diseño pregunto, él que había lavado varias veces la ropa de México, era la primera vez que se la veía puesta.

— Jaja ¿Ésto? Me la prestó una amiga — sonrió tranquilamente mientras posaba frente a la cámara. Pero desde tras suyo apareció otra persona.

— My love, I already told you to stop putting my clothes on after doing it.  Yours is very loose on me. [Mí amor, ya te he dicho que dejes de ponerte mí ropa luego de hacerlo. La tuya me queda muy suelta.] — en ropa interior bajo USA y aparecío en la videollamada, causando que México casi tiré su celular al intentar quitarla del la imagen.

— ¡Eh-! ¡Te llamo luego! — y sin más corto, dejando a Argentina con las cejas elevadas y los ojos algo abiertos. No sabía si le impactaba el haber visto a su cuñada semi desnuda o el lo que habían hecho antes de que el llamará.

Bueno, luego de que Nueva Zelanda, le contara a Canadá que las había encontrado por accidente en la cocina. Es entendible que quieran su espacio.

Sin embargo aún sentía que estaban ultrajando a su pequeña. Sin saber qué era su pequeña la cometía actos lascivos a USA.

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Ustedes bien asustad@s e imaginando cosas porque dije ojala sean felices.

Yo que lo decía con los mejores deseos:




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