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Un hermoso día se presentaba

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Un hermoso día se presentaba. El cielo despejado, las aves cantaban y había un clima perfecto o bueno todo esto lo pensaba alguien que definitivamente no tiene resaca como, por ejemplo, Argentina.

Contemos como empezó su día. El sol, sin ninguna nube que lo cubra, le pegó de llenó en la cara porque las cortinas estaban abiertas, con dolor de cabeza y los ojos casi ciego e hinchados, se levantó para cerrar las cortinas y seguir durmiendo. Cuando por fin se acostó, un ave empezó a chillar en su ventana haciéndole pitar los oídos. Con irritación se levantó, listo para lanzar lo primero que se le cruzará a aquel animal molesto, pero en cuanto abrió la ventana este se fue volando.

Habiéndose levantado ya dos veces, se dió por rendido y fue al baño para darse una ducha, sintiendo la presión en la parte frontal de su cabeza y cierta incomodidad en su cuerpo. Cuando se relajaba en el agua caliente que caía sobre él se irritó nuevamente al recordar cómo su hermana, quien lo obligó a ir a esa fiesta, lo dejo en cuanto vio a su novio, para colmo alguien lo beso y lo drogo, al menos no le había pasado nada peor o eso creía.

Cerró la llave de la ducha, para secar su cuerpo, viendo en el camino algunas marcas extrañas en sus glúteos y en un rápido momento pasó algo por sus cabeza. Él sobre un lavado, retorciéndose de placer y un desconocido entre sus piernas. Se mantuvo congelado unos segundos cuando terminó de ponerse los pantalones, se preguntaba con preocupación ¿Quien mierda era?¿Habían usado protección? No sabía nada, pero no sé iba a arriesgar a nada, así que luego iría al hospital para controlar cualquier posible enfermedad.

Malditas fiestas, malditas drogas, maldita hermana, pensaba con molestia mientras bajaba las escaleras, molestia que se fue al ver a sus bebé correr hacia él moviendo con alegría su cola. Aquel dogo, saltó casi tirandolo al suelo, e intentaba lamer su rostro. Con cariño le rascó el cuello y el lomo calmando la emoción.

Ya habiendo saludado a su dueño, se fue corriendo al patio trasero y Argentina continuo su camino a la cocina en busca de los hierbas para calmar su resaca.

Hierbas amargas que bebió de un trago.

Sin ganas de desayunar, tomó un pan y lo mordió, en la mesada su celular comenzó a sonar en un ritmo pegadizo. Atendió sin ver, solo queriendo callar aquel fuerte ruido.

—¿sí…? — pregunto cuando no oyó nada al otro lado de la línea.

— Argentinatejurolosientonosequepaso — la apresurada voz de México se oyó y de todo lo que dijo, él solo pudo entender su nombre.

— ¿Qué querés? —con voz raspoza pregunto intimidando a su hermana que se calló unos segundos.

De fondo, pudo escuchar una voz grave que conocía como la palma de su mano y se indigno momentáneamente.

— vos me estás jodiendo ¿No? — respiró profundamente, confundiendo a México que no sabía que sucedia. — Primero me dejas tirado en una fiesta a la cual ¡Vos me obligaste ir! Me metieron no sé que cosa ahí ¿Sabes? Te busque por muchas horas y desapareciste seguro con tu novio Rusia ¡Y no te atrevas a negarlo, lo acabo de escuchar en el fondo!

—espera espera ¡Rusia no es mi novio! —se defendió como pudo su hermana, pero fue nuevamente interrumpida por su hermano.

—¡Aah! Entonces no negás lo demás ¿Sabes que? Dejá dejá, quédate con él ahí tranquila. No me joda más, chau — y colgó sin escuchar respuesta, sabía que estaba siendo infantil, pero estaba molesto y con dolores.

Y se estaba olvidando de ir al médico.

Collegato [ CanArg ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora