07 Mayo 2021
Diana salió del edificio que componía la Facultad de Ciencias Sociales después de terminar con la única clase presencial de ese día para buscar algún club de esgrima por la ciudad antes de ir a su sesión con la doctora.
Durante el desayuno de la mañana del día anterior, Ramsés había soltado repentinamente la idea de unirse a algún club o curso de deportes. Él no estaba interesado el deportes comunes como el futbol, el tenis, la natación o el básquetbol; en cambio, estaba pensado en boliche, hockey o esgrima.
Cual fuera la decisión, Diana no se sentía cómoda con la idea por dos motivos. En primer lugar, no le gustaban los deportes y era muy torpe en ellos. No conseguía realizar la respiración correcta en la piscina ni lanzar en dirección recta una pelota. También huía del balón cuando debía ser la portera para los pseudo partidos obligatorios de futbol en la clase educación física. Y en segundo lugar, aún era antropofóbica. Estaba segura de que si tenían un switch en medio de un partido, o una simple práctica privada, de lo que sea, le daría un ataque al corazón con la presión de estar atrapada entre tantos espectadores, juzgándola igual que pájaros carroñeros frente a un animal muerto. No podía ni quería; aun así, deseaba que Ramsés tuviera la oportunidad de disfrutar su existencia como todos los demás, quería que estuviera cómodo y tuviera su espacio recreativo después de años de resolver sus problemas. Quería darle algo a todos, así como le dio los videojuegos a Bruno y su habitación privada dentro de la mansión Anderson a Scarlet.
De todas maneras, esas eran las misma preocupaciones que tenía cuando Emily decidió inscribirse a clases de baile contemporáneo hace algunos años. Y seguían vivos. Eso era un logro monumental en sí.
En fin, si Ramsés lo quería realmente, que él se hiciera responsable porque Diana no era de deportes. No podía hablar por los demás.
-No te preocupes por eso, Crescenta. No soy tan irresponsable como Scarlet desea pensar. Los únicos motivos por las cuales no asistiría a un curso que me gusta son indisposición o el surgimiento de una urgencia.
-Siempre puedo cubrirlo yo. Suena interesante la esgrima. Además, servirá de defensa personal. -añadió Bruno.
En cambio, su tía se mostró confusa con la repentina decisión. Comprendió todo tras una explicación y no tenía problemas para pagarlo, no obstante, solo le otorgó un consejo.
<<Recuerden administrar bien su tiempo. El día solo tiene veinticuatro horas y ustedes diez solo poseen una vida.>>
Diana finalmente encontró el edificio que le sugirió un compañero de carrera que cursaba esgrima. Desde la calle se escuchaban los golpes de las espadas y los gritos de quien sospechaba era el instructor. Después de una larga instrucción y mucho papeleo, la chica cumplió su misión.
Las clases de esgrima serían los sábados de seis a nueve de la mañana. Adiós a sus horas extra de sueño.
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Las voces en el jardín
Teen FictionDiana Anderson es una universitaria con Trastorno de Identidad Disociativo que narra su historia de cómo logró la integración con sus alters con ayuda de su novio Allan Myers, mientras que lucha por recordar la serie de traumas que desarrollaron el...