Capítulo III: Preparativos

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Punto de vista de Edward Cullen

Nunca me había preocupado el hecho de que Bella estuviera cerca de algún chico, que tuviera amigos, que compartiera.

Pero ahora era diferente, era totalmente distinto.

Ella ya es una adolescente, una adolescente muy hermosa, bastante desarrollada.. y los chicos la miran con otros ojos, con ojos de deseo, de lujuría.

Y de tan solo imaginarme que algún chico profane su cuerpo, que algún chico la tocase, la lastimase, me pone colérico.

- Jake, este es mi tio Edward - me presentó ante el chico con el que ella se estaba abrazando hace unos minutos atrás - Edward, este es mi amigo de el instituto, Jacob - me dijo mirándome con una sonrisa que hacía que mi corazón diera un completo vuelco.

El chico estiró su mano en modo de saludo, el cual no acepté.

De ninguna manera me interesaba ser cordial con ese chico y mucho menos, tratarlo educadamente cuando era más que obvio que el quiere algo con mi niña.. con mi princesa, algo más que una simple amistad juvenil.

- Creo que es mejor que me vaya Bells - dijo el chico acercándose a ella para abrazarla.

Gruñí internamente, no me gustaba para nada la cercanía de ellos dos.

Lo sé, me estoy tomando el trabajo de padre demasiado enserio, pero es que sinceramente no me imagino a mi Bella junto a alguien de esa manera.

No me imagino a mi Bella sufriendo por un chico que no la merece, que no valora sus sentimientos, que no valora su esencia, que no valora con que en realidad ella es.

- Felicidades princesa - le dije abrazándola, luego de que Jacob se marchara, unos largos minutos después para mi gusto.

Hice lo que quería hacer desde el principio que llegué, tenerla en mis brazos, protegiéndola, y felicitándola en un gran día importante en su vida.

No sé cuanto tiempo estuvimos allí abrazados, no sé cuanto tiempo estuve con mi mentón apoyado en su nuca, con mis brazos al rededor de su pequeño y perfecto cuerpo.

Nos separamos por culpa del estruendoso ruido de la bocina de un auto, cuando miramos de donde provenía pudimos ver a Alice y  a Rosalie en el porsche amarillo de mi hermana. 

Gruñí.

¡Siempre llegaba en los mejores momentos! 

Luego de unos minutos platicando con ellas y entregándoles lo que me habían pedido que llevase, me corrieron de la casa, pues, tenían que preparar y poner a Bella más hermosa de lo que ya es, si es que eso era posible, claro.

Me despedí de ella con un abrazo y salí a mi casa a preparar la ropa que me pondría esta noche.

Quería verme muy bien, no quería desentonar a su lado, pues sé de sobra, que Bella se verá hermosa, radiante.

Punto de vista de Isabella Swan (Bella)

Todo está saliendo de maravilla, las chicas ya están escogiendo el maquillaje que utilizaran para mí esta noche, como también están pensando en que peinado hacerme en mi melena color chocolate. 

Me pidieron que me fuera a dar una ducha y que me lavara mi cabello, hice exactamente lo que me pidieron, con ellas dos no se podía discutir, ni quejarse, era más que obvio que tenía todas las de perder, siempre era así.

Ya en la ducha llegaron los recuerdos de lo que había pasado hace un rato atrás.

El simple hecho de haber visto a Edward, a mi tío, me ponía feliz y me daba ánimos para seguir.

El simple hecho de ver como se ponía al ver a Jacob me daba una esperanza para sonreír, aunque fuera mínima. 

Minutos después salí enrollada en una toalla, las chicas tan pronto me vieron empezaron a trabajar conmigo y con todo lo que tenían que hacerme para ponerme hermosa, que la verdad es bastante.

Luego de unas duras horas de trabajo, esfuerzo y agotamiento terminaron de arreglarme, al mirarme al espejo casi ni me reconocí a mi misma.

Me veía mucho más adulta para mi edad, no aparentaba que apenas cumplía 15 años, me veía... hermosa, en todo el sentido y la extinción de la palabra. 

Me quedé allí mirándome frente al espejo, a lo que mis dos mejores amigas iban a vestirse y arreglarse un poco, sentí unos ojos mirándome, voltée a ver y ante mi estaba mi infierno y paraíso, mi ángel y mi perdicción, mi tío.

Tenía una gran sonrisa en su rostro, de esas que me hacían suspirar hasta la perder la respiración.

Bajé mi vista y miré su atuendo, se veía hermoso, elegante y varonil.

Volví a mirarlo a los ojos y el me miraba fijamente, sentía que era un momento mágico entre los dos, o al menos para mí lo era.

- Te ves hermosa princesa - me dijo al oído mientras ponía un mechón de cabello tras mi oreja.

No pude evitar sonrojarme olímpicamente, tenerlo tan cerca me hacía poner nerviosa, ansiosa. Mirar sus labios carnosos, rosados, tan cerca de los mios me hacía perder el control.

Algo que, no podía ser, algo que, aunque lo quisiera era imposible. 

Y como si fuese una pesadilla hecha realidad, entró a mi habitación la persona que ponía la más alta discordía en mi vida, mi hermosa y perfecta tía a Tanya, con la que jamás podría competir.

Se veía hermosa con un vestido blanco y rosa, con su melena rubia cayendopor sus hombros.

Tomó a Edward de la mano y se lo llevó, sin mirarme, sin decir ni una sola palabra siquiera. 

¿Porqué mi tía era así conmigo?

Jamás he hecho nada que la molestase, no es mi culpa que su esposo me quiera como su hija... para mi desgracia.

..O

He aquí otro capítulo, ¿a que no esperaban que subiera uno tan rápido? No las quería dejar esperar tanto tiempo, y como ahora tengo un poco de tiempo libre sin exámenes les quise subir otro pequeño cappítulo.

Como les he dicho antes, mientras vaya subiendo, más largo se volverán los capítulos, se los prometo. Si les gustó no olviden dejar su estrellita y su comentario. Soy muy feliz leyéndolos. 

¡Qué disfruten su lectura!

Lazos Familiares - Fanfic TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora