Feliz

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Avengers Assemble... Otra vez.

•⍟•

Steve hizo su rutina mañanera como de costumbre. Se levantó antes de que saliera el sol, se vistió y salió hacia el parque, allí hizo sus ejercicios de estiramiento y luego empezó a correr alrededor del lugar.

Saludó a las pocas personas que pasaban por su lado, se fijó en los bonitos colores que adquiría el cielo a esa hora y también se entretuvo viendo como un perro perseguía a unos patos.

Así se la pasó hasta que completó 3 vueltas y decidió que era suficiente, entonces emprendió el camino de regreso a la torre.

Cuando salió del parque, un delicioso olor se le coló por la nariz y su estómago rugió gustoso. Notó que el olor venía de la panadería de enfrente, y sin pensarlo dos veces y recordando que no había comido nada antes de salir, se encaminó hacia allá.

"Kowalski. Quality Baked Goods" era lo que rezaba el cartel. Empujó la puerta y la característica campanilla sonó, justo cuando se acercó al mostrador, un señor regordete salió a atenderle.

-Buenos días. -saludó el señor, siendo correspondido por Steve.

Este, sintiendo el aroma más fuerte, cerró los ojos y aspiró profundo, luego sonrió -Pastel de vainilla, ¿cierto?

-El mejor de toda América, si me permite decirlo. -contestó con amabilidad.

Y sí, Steve no había probado el pastel de vainilla en muchas ocasiones, a pesar de ser su favorito, pero sin duda, el de esa panadería era uno de los mejores.

Terminó comiendo tres rebanadas y luego compró uno completo para llevarle a sus amigos como desayuno.

•••

Efectivamente, sus compañeros vengadores también quedaron encantados con el manjar. Tanto que le exigieron que, para la próxima vez llevara más, porque Thor y Hulk se lo había comido casi todo.

Mientras sus compañeros devoraban el desayuno, él subió a su cuarto para tomar una ducha y arreglarse.

Un rato después, a las 10:30 am, tomó lo otro que había comprado en la panadería y una taza de café, luego se dirigió a la habitación de Tony.

Tocó tres veces y escuchó un "déjame dormir" desde adentro, así que abrió la puerta.

-Buenos días, Tony. -saludó, recibiendo devuelta palabras que no pudo identificar de la bolita de sábanas encima de la cama que era el ingeniero.

-Te dije que no te quedaras hasta muy tarde en el taller, pero nunca me haces caso. -regañó suavemente, recibiendo un quejido por parte de Tony.

-Te traje el desayuno, levántate a comer antes de que se enfríe el café.

-No quiero. -respondió Tony con voz somnolienta.

-Anda, debes comer. Estoy seguro de que ayer no comiste prácticamente nada.

-Comí un paquete de doritos.

-Eso no cuenta, Tony. -otro quejido devuelta.

Steve suspiró y rodó los ojos. -Te traje donas. -normalmente insistía en que comiera comida sana, pero al ver que en la panadería del señor Kowalski tenían tan apetitosas donas, no pudo evitar comprarle una caja a Tony.

𝐌𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐧𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora