Tu mundo y mi vida

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¿Recuerdas lo que dijiste esa vez? ¿No? Está bien, no hay problema, puedo recordártelo.

Estábamos sentados en la azotea de la torre, con los pies colgando hacia el vacío. Me tomaste la mano y me acercaste más a ti, sabías que estaba preocupado.

—Vamos a estar bien, siempre lo estamos.— Soltaste de repente, lleno de determinación.

—¿Cómo estás tan seguro?— Pregunté, porque soy yo y necesito pruebas.

—Porque estamos juntos.— tu voz era suave y tranquila, como un arrullo para mi mente inquieta, como una caricia al alma. —Así de sencillo. Estás conmigo y estoy contigo, somos más fuertes así, más poderosos... Más felices. — me miraste y yo me perdí en el mar calmo que son tus ojos. —No importa qué venga, Tony, si estás a mi lado, sé que podré con todo lo que sea que pase. Lucharé contigo, pelearé a tu lado, y lo más importante, estaré para ti, protegiendo y apoyando lo más valioso que tengo en mi vida. Estaré ahí cada que me necesites.

Te creí, me dejé llevar por tus palabras y todo se sintió maravilloso. Me acerqué a tu rostro y te besé como si la vida se me fuera en ello, trasmitiéndote todo lo que no podía decir con palabras.

—Soy fuerte para proteger al mundo, Tony, pero soy fuerte porque mi mundo está entre mis brazos. —susurraste en mi boca, mirándome como si fuera el centro del universo.

Eso fue todo lo que dijiste esa noche, Steve, y sé que tuve que haber visto venir lo que iba a pasar poco tiempo después.

El ataque iba dirigido hacia mí, pero no, tu tuviste que ser tan malditamente estúpido y ponerte en medio.

Hiciste lo que ya me habías dicho que ibas a hacer, proteger el mundo, tu mundo.

Pero no sabías que, irónicamente, me estabas hiriendo de muerte.

Mentiste, porque no estamos bien, yo no estoy bien.

Tu eras mi vida, Steve, y ya no estás.

𝐌𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐧𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora