-Ya no sé si puedas escucharme pero desde aquí te grito esta canción-estaba sentando en el borde de la azotea de un viejo y alto edificio, con los pies colgando hacia el vacío y con la mirada perdida en las luces de la ciudad-, es tu canción... Es tu canción.
-Todavía recuerdo nuestras noches, nuestras tardes, nuestros días-cantaba en volumen bajo, mientras hacía un gran esfuerzo para que no se le quebrara la voz-, todas esas madrugadas que paseábamos sin guía, por toda la ciudad.
-Tú siempre platicando y sonriendo, no parabas de bailabar, por las banquetas y yo que nunca dejé de contemplar-recordaba, al tiempo que ignoraba las lágrimas que se acumulaban en sus ojos-, tu cuerpo tan sensual, tu voz tan majestual, tu ser tan natural.
Ahí, el nudo en la garganta le hizo deternerse. Tomó aire, lo retuvo un momento y luego volvió a respirar profundo. Continúo.
-¿Por qué siempre todo lo que llego a amar se me va?-su voz se quebró y las lagrimas cayeron. En esa frase había demasiada verdad, tanta como para hacerle sentir tan solo como nunca ha estado-. Sabes que yo nunca te quise dañar-no quería, pero terminó haciéndolo, y se arrepentía de ello. Por su culpa, los ojos que amaba habían dejado de brillar.
-Todavía sigo soñando que viajamos al mar-Sí,como él quería que hicieran, como le propuso un noche antes de que todos los problemas llegaran.
Las lágrimas continuaron cayendo. El nudo en la garganta se hizo más grande. Y la decisión se reafirmó más.
-Ya no sé si puedas escucharme pero desde aquí te grito esta canción-se levantó, se paró firme en el borde del avismo y cerró los ojos-. Es tu canción... Es tu canción.
Tomó aire por última vez.
-Lo siento, Tony.
Saltó. Y así, estas se convirtieron en las últimas palabras de Steven Rogers.
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Perdón :(
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Les dejo este fondo de pantalla que hice como recompensa... Bueno, sólo hice el collage