𝐌𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐧𝐲

Sin ti-Parte 3

Tony se encuentra en su taller, trata de entretenerse haciéndole mejoras al traje de Ironman, pero todos sus esfuerzos son en vano, sigue pensando en Steve.

Hace ya semana y media fue la reunión con Fury, donde se enteró de la tortura de su pareja.

Dios, le duele, le duele como la mierda. Es como si le arrancaran el corazón, ver sufrir a la persona que amas y no poder hacer nada es una de las situaciones mas horribles y desesperantes que alguien puede experimentar.

Steve está por ahí, en algún lado (porque Tony está seguro de que está vivo) sufriendo y solo.

Tony está mal, siente que cae en un hoyo de tristeza y oscuridad del cual no puede salir. ¡Por Odín! Extraña demasiado a ese rubio adorable. Lo extraña en las mañanas, extrana despertar en sus brazos y los besos perezosos de buenos días. Lo extraña en el desayuno, extraña las tazas de café y las torres de hotcakes que Steve le preparaba, o a veces, las tazas de chocolate caliente y donas, que le daba cuando él recién salía del taller, para después mandarlo a dormir y llevarlo hasta la habitación, y hacerle mimos hasta que se durmiera. Lo extraña al almuerzo, donde comían tranquilos, entre risas de ellos mismos y del resto del equipo, ese momento donde todos eran una familia. Extraña las tardes en el taller, donde él trabaja y Steve lo retrataba en su libreta; o cuando salían a pasear por la ciudad, y contaban historias o discutían sobre estupideces mientras andaban por un parque. Extraña los atardeceres en la azotea de la torre, donde se dedicaban a mirar el cielo y compartir besos, mimos y caricias. Extraña las noches de películas y de sexo, las caricias en el cabello y besos en la frente antes de dormir, su calor, su aroma, la forma de sus besos y la manera de hacerle el amor. Extraña su voz, escucharlo dar órdenes al equipo en misiones, verlo por ahí dibujando, charlando con Wanda y Visión, entrenando con Natasha, Bucky y Sam, y viendo películas o contándole historias a Peter. Extraña molestarlo y felicitarlo por su avance con la tecnología. Extraña absolutamente todo de Steve.

Tony deja lo que está haciendo, limpia sin cuidado unas lágrimas que han escapado de sus ojos y sale del taller. Empieza a caminar por la torre, pasa por el gimnasio y nota que sin el rubio se ve muy solo. Sube unos pisos y llega al minibar, no debería beber, Steve no lo deja hacerlo desde esa vez (antes de que fueran pareja) que lo encontró hecho mierda. Estaba tan borracho que ni siquiera era capaz de sostenerse, apestaba, no dormía como en tres días, su barba estaba descuidada y su ansiedad estaba a tope. Ese día, el capitán se quedó con él, le preparó un baño tibio, le dió chocolate y donas, y después lo escuchó y lo consoló. Tal vez ese día, hace más de 4 años, ambos se dieron cuenta de que se amaban.

Tony toma una botella de whisky que hay por ahí, la destapa y bebe directamente de la botella.

Empieza a llorar otra vez.

Ha estado buscando y pensando en mil lugares donde podría estar Steve. Muchos le dicen que lo deje, que siga con su vida, que ya no vale la pena, que se rinda, que se está quedando estancado. Pero él no cede, el amor de su vida tiene que estar por ahí, en algún lugar del mundo, y él no descansará hasta encontrarlo.

...

Steve está sentado en el techo de su cabaña. Ve el atardecer, extraña cuando los veía con Tony. La soledad le pega de repente, lo extraña, lo extraña a él y extraña a sus amigos, a su familia.

Siente que su espíritu se apaga poco a poco, está siendo consumido por sus demonios, por sus miedos y la oscuridad, por la culpa que lleva a cuestas. Se ha convertido en un muerto en vida, sólo sabe respirar, y sus ojos, al igual que su alma, están vacíos.

Ya no es él. Ya no es ese símbolo de esperanza y libertad, ya no tiene motivos para luchar y sabe que se rindió hace tiempo. Si aun fuera él mismo, si conservara un poco de su antiguo yo, seguro estaría buscando la forma de superar todo esto, trataría de aprender a vivir con su dolor y seguir sirviendo al mundo... Pero es que, simplemente, no puede, no quiere.