Este capitulo es dedicado a mis tres pasivas favoritas, Laina, Kai y Lumine, os amo un montón y este cap es para ustedes mis bellas niñas uwu.
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Chihiro estaba sentado en su puesto al lado de Yasuhiro mientras hablaban de cosas sin sentido. El gamma se sentía observado, miro a su alrededor en busca de aquella mirada, pero no encontró a nadie. Se encogió de hombros mientras seguía hablando con el alfa. Las horas pasaban rápidamente y no se dio cuenta de que por fin había llegado el momento de ir a su "cita". Hagakure desordeno su cabello y le deseo suerte, dijo que iría por Makoto y con algo de suerte podrían encontrarse en la noche, Fujisaki se quedo solo en aquel salón de clases y con algo de miedo se dirigió al sitio en el que le habían citado, estaba nervioso. Jamás había tenido que enfrentar este tipo de cosas y no pensó tener que hacerlo nunca. Respiro profundo y con todo el valor que pudo reunir llego a su destino. Allí se encontraba un chico pelinaranja, aquel que había encontrado el otro día siguiéndole y habían actuado de forma bastante extraña. El alfa estaba dándole la espalda y no parecía darse cuenta de su presencia hasta que hablo.-H-hola, este, ¿tú eras quien quería verme aquí? - pregunto sacando la hoja de su mochila negra.
El aludido giro a ver al chico detrás de él, tuvo que controlarse para no empezar a balbucear de nuevo y adularlo como idiota por el lindo atuendo que llevaba- Si, yo era el que quería verte.
-¿de que quieres hablar?- la situación empezaba a tornarse algo incomoda y sinceramente ninguno de los dos sabia que hacer-en la nota decía que querías conocerme mejor.
Leon suspiro y calmándose le contestó- Te seré sincero, tu me gustas, eres la chica mas bonita, dulce, amable y atenta que jamás he conocido y me gustaría que, bueno, me dieras la oportunidad de salir en una cita contigo- el beisbolista se sonrojo un poco y llevo una mano a su nuca mientras soltaba una risita nerviosa.
Chihiro se sorprendió al escuchar esas palabras, la verdad es que el chico no le caía mal ni nada, en otras circunstancias habría aceptado pero esta vez había un problema, el seguía pensando que era una chica y no era justo hacerle eso al pobre. Su mente estaba maquinando una excusa para declinar su propuesta hasta que la voz de Makoto resonó en su cabeza "si no lo hago, no cambiara nada", vale que le gustaba su forma de vestir eso no lo negaba, pero para todos seguía siendo una chica y eso no era de su agrado. El castaño tenia razón, estaba cansado de esconderse como una rata y evadir sus problemas. Era momento de enfrentar sus debilidades, ¿y que si le gustaba vestir como chica? ¿y que si era alguien débil?, eso ultimo estaba decidió a cambiarlo, al demonio con todo, que todos se enteren de que era hombre, poco o nada le va a importar porque con que solo sus amigos y familia lo aceptasen todo estaba bien. Suspiro y vio al chico frente a él, su mirada estaba fija en su persona esperando una respuesta.
-Me temo que no puedo aceptar tu propuesta- el pelirrojo se decepciono bastante, se sentía fatal y estaba dispuesto a irse, pero el gamma continúo hablando-principalmente porque no soy chica- soltó una risita al ver la cara confundida de Kuwata.
-Espera ¿Qué? Rebobina por favor - su mente estaba pensando a toda máquina, ¿no era una chica? Joder eso sí que volvía su mente un lio.
-Como escuchaste, soy un chico, así que no creo que quieras salir conmigo ahora-su voz se apagó un poco al decir eso ultimo- pero gracias por el cumplido, yo, bueno supongo que me iré ahora.
Fujisaki dio media vuelta dispuesto a irse de ahí, pero la mano de Leon sobre su hombro lo detuvo, se volteo y miro a los ojos al chico frente a él, no se veía asqueado, solo algo sorprendido, creyó que le pediría perdón por la confusión y que luego ambos se marcharían y no se volverían a hablar nunca más en su vida, pero no fue así.
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El aroma del amor
FanfictionMakoto Naegi, un chico común que no precisa de ninguna habilidad en especial, su vida es tan ordinaria como la tuya o la mía, se podría decir que es inclusive aburrida. Pero gracias a kibougamine eso deja de ser así, en aquella academia a la que sol...