capítulo 4 - Horus-

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Un sonido fuerte me despertó, yo no quería levantarme así que no le di mucha importancia y me tape la cabeza con las cobijas, cuando estaba dispuesto a seguir durmiendo otra vez escuche aquel sonido, al aclarar mi mente analizo que el sonido proviene de la parte de afuera del cuarto y se escuchaba los golpes en la puerta, asustado me hice la idea de que era alguien que podría necesitar algo... ¿no?... Pero ¿Qué hora es?, me quito las cobijas y miro el teléfono, resulta que son las 4 de la mañana.

-¡¿Quién coño viene a joder a las 4 de la mañana?!

Con pesadez me levanto y faltando solo unos centímetros de la puerta, levanto mi mano para girar la perilla lentamente, abro la puerta y ¡oh sorpresa, no hay nadie!, con enojo voy cerrando la puerta, pero al bajar la mirada, noto una caja de color marrón, un poco sucia, con unos pocos agujeros en ella, con algo de temor tomo la caja, cierro la puerta y me encamino hacia mi cama colocando la extraña caja sobre ella, meditando todo lo horrendo que podría haber en esa caja, cuando de repente la caja se empieza a mover y la tapa se empieza a levantar lentamente, no podría creerlo, la caja tenía algo vivo dentro, agarro lo primero que veo lo cual fue mi esponjosa almohada como algún medio para "defenderme", de lo que sea que haya en esa monstruosa caja del demonio, decidí acercarme lentamente , cuando la caja ya está completamente abierta y yo totalmente asustado de los pies a la cabeza, sale una pequeña cabeza y con ello un pequeño pero asustado perro blanco, bueno no tan pequeño por lo que veía. Se notaba que era un cachorro y por su tamaño podría notar que sería muy grande , decidí bajar mi "arma" y ponerla de lado, me acerco para tomar al pequeño entre mis brazos, lo miro y el me mira con unos ojos los cuales se puede ver en ellos la calidad y felicidad de un ser muy pequeño, que espera tener una vida grata y divertida, he escuchado que los ojos son la ventana al alma, nunca creí en esos dichos pero al verlo directamente siento que estuvimos mirando nuestras pequeñas almas, de repente saca su lengua y empieza a lamerme, yo rio ante el gesto y me siento en mi cama con el aun en brazos.

- Vamos a ver ¿tienes nombre?- mire si tenía una placa o collar, pero no había nada en él ni mucho menos dentro de la caja.

- Supongo que no.... Pero yo no te pondré uno, no quiero encariñarme contigo, tengo que dejarte en algún otro lugar, no puedo tenerte aquí ahora.

Analice las opciones que tenía y lo mejor era que el fin de semana ya que nos dejaban salir a cualquier lugar, podría llevarlo a un centro de adopción o algo así, no soy tan cruel para dejarlo en la calle, pero el problema ahora es ¿Dónde conseguiría yo comida para este animal?, no sabía y a esta hora menos, no podría hacer mucho. Las clases empezaban a las 8 y tenía que bajar a desayunar a las 7, así que sería mejor dormir otro poco para pensar con más claridad cuando despierte, cerré la ventana y con un par de cobijas, construí una cama improvisada para el cachorro, después de dejarlo ahí, volví a la cama para seguir durmiendo, a los pocos segundos siento un peso al lado mío, entre abrí mis ojos para ver, era aquel cachorro quien se acostó encima mío, con cuidado lo baje de la cama y volví a acomodarme para dormir. Después de un rato se volvió a subir y acurrucarse a mi lado, al cabo de 7 intentos termine riéndome y dejándolo conmigo mientras tanto.

Unos golpes sonaban en la puerta y alguien me estaba lamiendo eufóricamente la cara, al abrir los ojos veo que era mi nuevo amigo, me pareció tierno el gesto , pude esbozar una sonrisa mientras lo acariciaba, escuche la puerta ser golpeada otra vez ,por lo que me levante con el perro en brazos, y lo encerré en el baño haciéndole un gesto para que guardara silencio, el solo movió la cabeza y saco su lengua, después de buscarle un escondite improvisado me dirigí hacia la puerta, cuando la abrí vi a Hina enojada.

-¡MAKOTO NAEGI! ¿Tienes la mínima idea de cuantas veces te he estado llamando para que bajes a desayunar y no contestas? ¡Las clases empiezan en 20 minutos!

El aroma del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora