El aroma del amor

Capítulo 19 -prólogo del miedo-

Miedo, una palabra, cinco letras, 3 sílabas y aun así su significado es mucho más profundo que eso.

Para la psicología el miedo era una intensa sensación de desagrado dada por la percepción del peligro, para la biología era la reacción generada por la hormona de la oxitocina, para la filosofía era un sentimiento primario cuya incidencia en el acto no puede ser regulada conscientemente antes que todo suceda. Y si así se desease se podrían seguir dando los mil y un significados a un sentimiento como el miedo.

Pero había algo que estaba seguro; el miedo es un sentimiento que todos podemos experimentar. Podrías tener miedo de que tu madre te grite por sacar malas notas en la escuela o tener miedo de que te despidan de tu trabajo.

El miedo viene de diferentes formas y en diferentes intensidades, miedo era lo que estaba consumiendo a Naegi, miedo era lo que estaba causando la desesperación en toda la escuela, no, mejor dicho, en todo el mundo.

Pero para llegar a este punto debemos remontarnos una semana atrás, donde Chihiro no estaba teniendo un ataque de pánico y su expresión aún era una sonrisa enamorada, una semana en la que se pensaba que ya nada podría ir mal, ahora mismo se estaban dando cuenta de lo equivocados que estaban.

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Por fin había llegado la mañana, Makoto a pesar de estar lleno de miedos e inseguridades decidió ir a la escuela, le dio una última mirada a Horus antes de salir de su cuarto y sonrió con algo de indecisión debía admitir que se sentía extraño volver, pero no se iba a arrepentir de su decisión ahora mismo.

Camino lento hacia su salón de clases, al llegar no pudo evitar quedarse quieto mirando la puerta del aula, miró su reloj de muñeca, dándose cuenta que faltaban cinco minutos para que las clases empezaran.

Suspiro cerrando los ojos y pensó en todo aquello que lo había llevado a estar en esa posición, más sin embargo segundos después abrió los ojos mientras deslizaba la puerta del aula y se volvía el foco de atención del lugar. No iba a mentir, el silencio era sepulcral junto con todas las miradas se dirigían a él lo pusieron nervioso.

Sonrió como pudo y fue hacia su asiento, dejó sus cosas y miró a Chihiro que para esa clase era su compañero, le dio una sonrisa y ambos empezaron a hablar ignorando que todos los estaban observando. Con el paso de los minutos cada quien volvía a lo suyo y el pequeño grupo se reunía alrededor de la mesa de los castaños aprovechando que el profesor no había llegado aún.

— ¡Makoto, no pensé que realmente fueras a venir hoy!— Habló con emoción el programador.

— Agradezco haber pedido mi día libre hoy, no me hubiera gustado perderme tu regreso triunfal por nada del mudo— Asahina abrazó con calidez al omega y le dio un beso en su frente.

— ¡Bro si volviste!— Abrazo al más bajo y lo alzo para ver como este hacía un puchero y empezaba a dar patadas en el aire, adoraba molestarlo.

— ¡Bájame Hagakure! — Dijo tratando de hacer que lo bajara pero no logro nada.

En eso llegó el profesor Gundham haciendo que todos volvieran a sus sitios rápidamente. La clase continuó con normalidad, el profesor le dio la bienvenida al omega y empezó a explicar.

No es que Naegi fuera paranoico, pero durante toda la clase sintió como el rubio lo taladraba con la mirada y sabía que el pobre alfa ardía en celos por que ese aroma llegaba hasta a su puesto, trago duro al recordar que después de aquella escena ayer Hagakure lo encontró todo sonrojado y mirando a la nada como si hubiera sido poseído o algo así.