Las historias de Elena (TERMINADA)

Capitulo 47

"La universidad…bueno, mi compañero de habitación se llama Tyler me llevo bien con él, es un buen chico, aun no lo considero “mi amigo”, hay muchas chicas lindas pero ninguna como Amanda, hablo de vez en cuando con Brenda, Alicia pero con la que mas hablo es con Elsa, con Julio casi no hablo ya que a veces no me contesta pero bueno, las clases son algo difíciles pero solo para los que no prestan atención. El baile de bienvenida es hoy y varias chicas me han invitado, pero realmente no quiero ir con nadie; le he dado consejos a Tyler y le han funcionado muy bien. Recordar aquel día en que vi a Amanda irse y yo estar ahí parado sin hacer nada, solo viendo como se iba en aquel avión y no poderla seguir, simplemente me dolía y me arrepentía al no haber pensado mejor en lo que iba a hacer, pero al menos le confesé lo que realmente sentía por ella, he tenido comunicación con Amanda de vez en cuando, solo que conversamos por poco tiempo, cosa que no me agrada del todo. Bendita seas universidad."
Después de tener mi típico bloqueo de imaginación y haber mandado a todos mis personajes a la universidad, decidí que lo mejor era salir a dar un paseo para ver si esa inspiración volvía. Me puse mis tenis de nuevo y le dije a mis padres que saldría un rato. Por suerte el parque no queda lejos, pero si es muy largo; genial para los que les gusta correr o caminar. Había tomado mi celular antes de salir y de fondo de pantalla ya podía ver una foto de Alberto y mía, al verla y recordar el día que la tomamos me hace sonreír. Lo desbloqueo y lo llamo.
-Hola
-Hola -dije.
-¿Ya llegaste o aun siguen ahí?
-De hecho llegue hace como media hora
-Y apenas se te ocurre avisarme
- ¿Donde estas?
-Acostado en un colchón
-¿Qué haces acostado en un colchón?
-Mamá vino con mi abuela por una sala nueva o algo así y mientras se deciden, yo inspecciono los colchones, quizá pueda llevarme uno de aquí.
-Suena divertido
-No tanto como dormir
-¿Cuanto llevas ahí? -pregunté.
-Como unos veinte minutos -guardó silencio por un momento-, los colchones se me acaban
-¿Estas bromeando?
-Es enserio -reí-. Si puedo mencionar uno de los colchones era muy duro, a simple vista se ve suave...me engaño. Ahora estoy como en una nube...me repongo de ese feo colchón -volví a reír-. Desearía que estuvieras aquí.
-No me gusta ir a esas cosas
-En algún momento lo harás
-Mientras no sea ahora -Alberto rio.
-Al fin -dijo en tono de victoria- debo irme. Te llamo en la noche
-¿Porque hasta en la noche?
-Hasta esa hora tengo disponible lo siento
-No te preocupes -dije no muy convencida.
-Bueno, Te amo.
Al decir eso me quede helada, me sentí tan emocionada que esa misma emoción no me dejo hablar ni siquiera moverme.
-Elena, ¿sigues ahí?
-Sí, solo que...tu...me sorprendió
-No estabas lista...
-No, si...bueno, es algo fuerte y...
-Elena
-¿Qué?
-Te amo -volvió a decirme.
-Yo también te amo Alberto.
-Si tan solo te tuviera frente a mí, te llevaría a la cama
-Dices que compraras uno nuevo...
-Excusa perfecta para estrenarlo no te parece
Reí y pude escuchar de fondo la voz de su madre llamándolo.
-Debo irme
-Adiós
-Adiós.
Colgué el teléfono y decidí que era tiempo de volver a casa, la inspiración no había vuelto así que no tenía caso estar aquí; ver a las parejas besarse me hacia extrañar a Alberto.