Capitulo 51

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Al abrir mis ojos de nuevo ya no podía sentir dolor, me encontraba en la misma habitación oscura y fría, entonces caí en la cuenta de que esto no estaba siendo una pesadilla; esta era la realidad. Solo que ahora no estaba sola. La figura de un chico se ocultaba entre las sombras, me asuste y le pedí que saliera; así lo hizo. Me puse de pie poco a poco mientras trataba de creerme de que Alberto estaba frente a mí.
-Elena
-Alberto -con las lagrimas empañando mis ojos corrí hasta él.
Al sentir el impacto de mi cuerpo con el suyo las lagrimas salieron de mis ojos. Esto no era un sueño, podía sentirlo, su piel, su calor...él estaba ahí conmigo, no cabía duda
-Alberto, no sabes cuánto te he extrañado
-Tranquila. Estoy aquí, estoy aquí, estoy aquí
-Estoy muy asustada, pensé que no te volvería ver
Me aparte de él y sus manos fueron a mi rostro acariciándolo y borrando todo rastro de mis lagrimas.
-Estoy aquí, ya estoy aquí, Elena
Mis labios fueron hasta los suyos.
-Te amo Alberto, te amo. No me dejes sola
Lo bese de nuevo y al volver a sentir sus labios me hizo saber que todo marcharía bien ahora.
-Elena se valiente
-¿Qué?
-Se valiente, se fuerte, huye y no mires atrás
-No entiendo
-Huye y no mires atrás...vete sin mi
-No te dejare
-Recuerda Elena, que siempre te voy a amar. Te estoy implorado que te vayas
-¡NO!
-Adiós Elena
-¿Porque te despides? ¡No te despidas!
-Vete, sobrevive, no mires atrás por favor -esta vez una lagrima rodo por su mejilla.
-No
-Ellos te van a liberar
-¡No!
Me tomaron por los brazos justamente cuando lo iba a abrazar, estaba luchando contra las dos personas que me llevaban a la fuerza. "Te amo", me dijo Alberto, iba lo suficientemente lejos y lo escuche como si me lo dijera en mi oído. Mire hacia atrás y me mostraba una sonrisa, un objeto se asomo entre la oscuridad que estallo. Alberto cayó al suelo y la sangre se esparció. Detrás de él estaba el hombre que me había golpeado, reía y reía como si lo que acabara de hacer fuera gracioso. Los que me sujetaban iban con capuchas y a uno logre quitársela. Era Eliud. Mi coraje hizo que me liberara de ambos y empecé a pelear con Eliud.
-¡Esto es tu culpa!-dije molesta.
-Ya veo que lo amabas lo suficiente -rio-. ¿Qué se siente perder a alguien dime?
-Han matado a tu hermano por tu culpa -el dolor que me recorría en mis brazos no me importaba.
-Se le llama trueque. Mi vida a cambio de la de mi hermano, yo no quise perder la mía
-¿Porquelo hiciste?
-Él se ofreció
-¿Qué?
-Como lo oyes. No acepto dar su vida por mí, sino por ti. Por eso estas libre -mi boca se abrió ante la sorpresa-. No es mi culpa después de todo ¿o sí?
-¿Por mi?
-No te preocupes, si tanto anhelas estar con mi hermano yo te hare el favor de hacerte sufrir. Por lo pronto tendré compasión de ti
-¿Porque la tendrías?
-Voy a dejar que esos niños nazcan, ese será tu sufrimiento. Con tan solo ver sus rostros, lo recordaras y vivirás en la melancolía por siempre.

Las historias de Elena (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora