Capitulo 8

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Al terminar de comer me ofrecí a ayudarle, aunque no eran demasiados platos el acepto la ayuda. Después de recoger nos dirigimos a su sala y para así conversar aun más.

-Un pajarito me dijo que te gusta mucho escribir -Mencionó
Estábamos sentados en el sillón, por mi parte había puesto mis piernas encima del sillón mientras jugaba con mis manos; Alberto tenia su brazo apoyado en el respaldo y ambos manteníamos una distancia considerable para poder conversar.
-¿Quién fue ese pajarito?
-Entonces es verdad
-Si
-¿Y de que habla?
-Un trió amoroso, ella está enamorada de su mejor amigo, pero llega otro chico y la conquista, se hacen novios, el mejor amigo se da cuenta de que ama a su mejor amiga y así empiezan los problemas.
-¿No sabe con quién tener sexo?
-Cállate –Le di un leve empujoncito.
-Deberías decirme dónde puedo leerla
-¿Tu lees? –Le pregunte
Alberto no parecía de esos chicos que leen, más bien tenia apariencia de esos chicos que preferían mil veces faltar a clase, salir a fiestas, pelearse, tomar hasta quedarse inconscientes y despertar al día siguiente con alguna chica en la cama o en alguna estacion de policía.
-No lo hago con frecuencia -contestó
-Entonces lo hare
El me sonrió y yo lo hice igual, después de eso solo nos quedamos mirando y de pronto Alberto comenzó a acercarse poco a poco a mi; muchas cosas pasaron por mi cabeza en ese momento. ¿Qué haría si me besaba?, ¿Se lo respondería o no?, ¿Qué tal si no le gusta?, ¿Seguirá hablándome si lo hago?, ¿Pero y si no lo hace? Al diablo, lo que tenga que pasar tendrá que pasar, quiero besarlo, sentir sus labios contra los míos. Siento la necesidad de saber lo que Tessa sentía cuando Will la besaba, Cuando Nora besaba a Patch, o Clary a Jace…quería sentir lo que ellas, solo por una vez quería sentirlo.
Su aliento chocaba con el mío y solo unos centímetros faltaban para que nuestros labios se unieran, de pronto se escucho “Into the Lair” de Zedd…era un mensaje que venía de mi teléfono.
-Diablos –Pensé.
De inmediato agarre mi teléfono y vi que lo había mandado mi mamá << ¿Pasamos por ti o te esperamos?>> a lo que yo le conteste <<Esperen en casa, salgo ya mismo para allá>>, cerré mi teléfono después y Alberto tenía su vista fija en otro lado. Me recargue en el respaldo del sillón y lleve mis manos a mi cara, no se si estaba nerviosa o apenada.
-¿Sucedió algo malo? –Me preguntó.
-No. –Quite mis manos de mi cara y lo mire, se notaba preocupado-. Nada malo
-Entonces, solo debes irte
-Sí, hoy saldremos –él solo asintió.
-Bueno, te acompaño.
Tome mis cosas y lo espere en la puerta, para esto él desapareció por un momento y yo solo me quede pensativa en la puerta <<Iba a besarlo>> me decía <<Solo eran unos centímetros…unos cuantos>>, me rei nerviosa después de recordarlo estando tan cerca de mi y en el largo silencio que se formo después de que estaba leyendo el mensaje.
-¿Lista? –Dijo.
-Si
-Bien
-¿Por qué traes tu mochila? -le pregunte
-Ahh…es que…tengo que hacer un par de cosas y lo que ocupo lo llevo aquí –Alcé una ceja-. Esta bien, me descubriste…ayudo a una chica con una materia
-¿Y esa materia se llama reproducción o algo así, de casualidad?
-Muy graciosa. Anda –Salí de la casa y el cerro la puerta detrás de mi-. Para tu información es solo una niña
-¿Y le hablas sobre eso? –Dije actuando indignada-. Eso no habla bien de ti. Podrías hablarle de eso a menos de que seas su padre…
-¿Y qué tal si lo fuera? –Dijo interrumpiéndome a lo que yo no supe que decir.
El solo me sonrió y seguimos el mismo camino que anteriormente hicimos, fuimos a la misma parada del camión en donde nos bajamos. Lo vi comportarse muy diferente, ya no tenía la apariencia de un chico rudo, más bien ahora parecía un niño, un niño el cual estaba ansioso o nervioso. Alberto jugueteaba con sus manos y solo se la pasaba moviendo su pierna mientras miraba si venia el camión; ya no menciono ninguna palabra. El camión apareció al fin y lo que más me sorprendió de mi fue que me despedí de él, cuando casi nunca lo hago.
-Nos vemos
-Claro –Estaba frente a mí con sus manos en los bolsillos.
Subí a mi camión y pague mi pasaje, busque un asiento vacío y había unos cuantos, me senté casi al final en los asientos más altos, me gustan y no se la razón exactamente. Saque el celular de mi mochila junto con mis audífonos y me los puse para escuchar música. Un aroma familiar invadió mi nariz y vi que a mi lado estaba Alberto con una sonrisa.
-¿Por qué subiste?
-Tal vez puedan asaltarte
-Que buenos deseos
-No te estaba deseando nada

-¿Puedo preguntarte algo?

-Sí
-¿Por qué específicamente a mi me invitaste a salir?, no soy el tipo de chica que saldría contigo o que estas acostumbrado a tener
-Te estás subestimado, ¿sabes?
-No lo hago. Simplemente digo que eso no debería hacerse…
-Salir con chicas como tú no es una regla prohibida. Vivimos en un mundo donde podemos expresarnos y somos libres de escoger. Hay reglas que a veces deben romperse, existen en todos lados está en ti si las sigues o la rompes.
-Me refiero a físicamente, no congeniamos, no soy muy bonita para ti –Reí.
-Otra vez subestimándote por lo que veo –Sonrió-. Anteriormente mencionaste que eras hermosa
-Escuchaste lo que dije…no soy bonita
-Eres más que eso, Elena.
-Deja de coquetear conmigo –Dije.
-Creí que porque tu lo hacías debía hacerlo yo también –Volteó conmigo y lo mire a los ojos-. Dejare de hacerlo si tu lo haces
-Trato
Ambos sonreímos y en todo el camino no nos dijimos nada excepto la parte en donde quito un audífono de mi oído y comenzó a escuchar música conmigo, juzgo mi gusto de música y después dijo que todo era broma. De un momento para otro había cerrado mis ojos recargándome en su hombro y quedándome dormida respirando su aroma mientras me perdía en el abismo de sueños y música.

**Muy bien, antes que nada feliz año nuevo y muchas gracias por leer**

Las historias de Elena (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora