Al escuchar la palabra muerte mi mundo se vino abajo, empecé a imaginarme cosas, muchas cosas. No quería perder para siempre a Alberto, si a Eliud le sucedía algo no me importaría en lo más mínimo, pero Alberto…él era importante para mí; Alberto se llevo sus manos hasta su cabeza en señal de desesperación mientras respiraba hondo. Esto ya me comenzaba a molestar, si él no quería hacer nada yo si lo haría…
-Es tu hermano el que está amenazado, no tu
-Me confunden con Eliud a diario, Elena. Ya no se qué hacer…hable tantas veces con él –hizo una pausa larga-. No solo mi vida la ha puesto en peligro sino también la de mi madre. Si te llegan a ver conmigo no quiero ni imaginarme lo que te llagaran a hacer
-No lo harían…si les decimos que…
-Ya lo intente. Me crees demasiado idiota ¿no? No me creyeron.
-¿Qué pueden hacerme?
-No quiero ni saberlo. Elena, no te deben ver conmigo, sabes que me duele el separarme de ti, pero…
-¡Basta! –Se quedo callado-. Se acabo
-¿Qué?
-Dije que se acabo Alberto
-¿Qué se supone que se acabo? –preguntó exaltado.
-Escucha, quiero ser feliz, llevar una vida tranquila. Si no puedo llevar una relación contigo como todos los demás debo alejarme. Tu hermano es una excusa para todo, yo me rindo. Si me amaras estarías conmigo a pesar de todo. Tu hermano ha hecho tantas cosas que te lastiman y no aprendes…. ¿por qué no te alejas de Eliud?
-Es mi hermano
-Y no hace nada para agradecerte. ¿Qué va a hacer Eliud el día que te maten?... ¿Has pensado en tu mamá?, ¿En los que de verdad te necesitan?
-No puedo dejar de ayudarlo, Eliud es mi hermano
-Ricardo tenía razón –Me miro-. Ahora entiendo porque está decidido a cortar todo lazo contigo
-No, no lo sabes. Ricardo no puede hacerlo, no puede abandonarme
-Si tu plan es irte, ¿Por qué sigues aquí? La puerta está allí –señale la puerta y se hizo un nudo en mi garganta-. Vete y déjame tranquila
Los ojos de Alberto lucían cristalinos y sus manos se cerraron formando un puño.
-Cuando por fin todo acabe…estaré aquí… tal vez
-A terminar…te refieres… ¿a la muerte?
-Si –él asintió molesto-. Te amo Alberto, pero mientras Eliud este de por medio…
-¿Qué paso con el “si me amaras estarías conmigo a pesar de todo”? ¿No es lo que me acabas de decir?
-Basta
-Quieres parar porque sabes que tengo razón
-Tú eres el que quiere alejarse no yo –Dije enojada y derrame una lagrima que después limpie
-¿Qué quisiste decir con el tal vez?
-Alberto… vete
-No hasta que me lo digas –Me quede callada-. ¡Dímelo! –Exigió-. ¿Hay alguien más? –Cerré mis ojos-. Así que tenias todo planeado… si esto no funcionaba te irías con el otro. Estuviste jugando conmigo todo el tiempo. ¿Qué tiene él que no tenga yo?
-Tranquilidad –dije-. Eso es lo que él me ofrece, además no tiene un hermano que de problemas, ellos viven rodeados de amor, atención y lecciones, algo de lo que tú y Eliud carecen
Alberto contuvo sus ganas de llorar, lo sé…lo note porque comenzó a juguetear con sus manos. Me sentí la peor persona del mundo cuando dije aquello…pero tenía que hacerlo.
-¿Y supongo que Ricardo no se alejara de ti? Porque estas hablándome de él ¿no?
-Ricardo me ama, Alberto
-Me siento mucho mejor ahora –sonrió irónicamente
-Te digo la verdad
-¿Y qué quieres que te conteste? –dijo molesto-. Es obvio que tu también lo amas, ¿crees que no se que se han besado?, todos mis amigos me lo han dicho. –Apreté mis labios-. Dime Elena, dime que de verdad lo amas…
-Sí. He tomado una decisión y no pienso declinarla. Voy a estar con Ricardo.
-Muy bien –volvió a sonreír de la misma manera-. Púdrete en todo su maldito dinero, vive feliz, cásate si quieres, pero a mí no me vuelvas a hablar; ya no vendré a buscarte jamás. Entrégale tu virginidad a Ricardo y él se ira.
-El no haría eso, como cierta persona que tengo enfrente
-Yo a ti no te hubiera hecho algo como eso…de haber querido no estaríamos manteniendo esta conversación.
-Lo estabas intentando, además me resistí
-Ni siquiera lo intente –Se dirigió a la puerta.
-Ya te veré limpiando las lagrimas de tu hija cuando se tope a un chico como tu
-Nunca pasara –Me sonrió-. Por cierto recibí mas amor por parte de mi madre que por ti; recuerda que no eres la única que me ha amado Elena.
Sin más desapareció y escuche como azoto la puerta, lo seguí y lo vi saltándose la barda de mi casa. A pesar de que tenía una sonrisa grabada en su rostro yo veía las lágrimas que estaban por salir, estaba realmente enojado…ahora, debido a mis palabras Ricardo está involucrado. Las únicas palabras que pude decir en cuanto lo vi marcharse fueron: <<Lo siento, Alberto>>
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Las historias de Elena (TERMINADA)
Romance¿Un amor de dos chicos?, eso solo pasa en la novelas, pero no en la vida de Elena. Ella no sabe lo que es tener su primer novio, su primer beso...jamás ha sentido esa sensación de lo que es estar enamorada, solo lo sabe por medio de sus libros. Le e...