Las historias de Elena (TERMINADA)

Capitulo 19

-¿Y tu hermana porque?
-Es algo que no debo decir, me prometí no decirle a nadie
-Soy una tumba
-No soy el indicado para decírtelo. Si Leslie aun no te lo dice es porque aun no te tiene la suficiente confianza o tal vez porque no se siente segura al contártelo. Casi nunca lo menciona…
-Tienes razón
-A Leslie llego a gustarle Eliud –Mis ojos fueron hasta los suyos-. Sabe que vivimos con algunos lujos y quiso aprovecharse de eso, le dijo que podían huir juntos y cosas así, sin embargo, Leslie comenzó a darse muchas falsas esperanzas. Se lo mencione a Alberto y juntos ideamos un plan y eso era separarlos para que no hiciera más daño.
-¿Acepto?
-Claro. Leslie y yo salimos para divertirnos y pasar un tiempo como hermanos que somos, muy a lo lejos pudimos ver una pareja que se besaba como cualquier otra que va al centro comercial, esta no era una pareja cualquiera, eran Alberto y una chica muy linda…fue incomodo y Leslie simplemente salió corriendo de allí
-Eso fue cruel por parte de ambos
-Es algo de lo que no me siento muy orgulloso, en vez de hacer un bien, hice un mal que a fin de cuentas fue un bien
-No deberías, hay demasiadas maneras de persuadirla… a ver ¿Cómo estuvo eso último?
-Ese resulto no ser Alberto, sino Eliud. Estuvo engañando a Leslie todo el tiempo con flores, cartas y lindas cosas de amor. Si el llegaba a cumplir su propósito todo iba a irse a la basura manteniendo a no se cuanta chica
-¿Y Alberto?
-Al parecer no pudo llegar o algo así…
-Las primeras semanas de escuela, Leslie me advirtió sobre Alberto y tu igual…
-Leslie no quiere que te suceda lo mismo, lo conoce, piensa que por ser hermano de Eliud, él también se comporta así.
-¿Y lo hace?
-Alberto jamás usa sus encantos para ganarse dinero, el solo usa sus encantos para ganarse a las chicas y obtener algo de placer…ya sabes a lo que me refiero –asentí-. Lo que te puedo decir es que, jamás había visto a Alberto actuar como ahora, falta menos a la escuela…
-¿No venia?
-Solo a veces, pero siempre se ponía al corriente, pido los apuntes y yo se los doy. Elena, él se siente mejor cuando tu estas a su lado, puedo verlo cuando te mira
-Eso no quiere decir que me ame
-Yo no dije eso, pero tal vez tu si –me le quede mirando nerviosa-. ¿Lo amas cierto?
-Yo…-me interrumpió.
-Tranquila Elena, no me enfadare
-No estoy segura de lo que siento, un día es feliz y al otro ya no
-Tenle paciencia, cualquiera puede ser así…hasta yo
-De ti lo dudo
-Jamás dudes de los que parezcan inocentes
Terminamos de cenar y él se ofreció para llevarme a mi casa. Estábamos frente a la puerta y no sabía que decirle, la mayoría del tiempo estuvimos hablando de Alberto, algo que me hacía sentir incomoda, no era el momento de hablar sobre él
-Ricardo, lamento haber arruinado la cena
-¿Arruinado?
-En vez de seguir hablando sobre otras cosas hablamos sobre Alberto
-No lo arruinaste, es la cita más divertida que he tenido –sonreí y me sonroje-. Yo ya sabía a lo que me enfrentaba si salía contigo
-¿De qué hablas?
-Sé lo que sientes por Alberto y no me molesta
-No sé si lo amo o solo lo hago por lastima, ahora que se la verdad…luego estas tu…siento que solo estoy ilusionando
-No lo digas, enserio, no te sientas mal. Llevemos esto con calma, como amigos
-Me parece bien –Ricardo me sonrió.
-Debo irme
-Si
Ricardo me volvió a sonreír y se acerco a mí para despedirse, deposito un beso cerca de la comisura de mis labios y sentí algo muy extraño dentro de mí, lo mismo que sentí con Alberto cuando nos besamos…solo que esto no lo podía explicar, había sido algo diferente. Nos dedicamos una última mirada, se aparto de mí y se dirigió a su auto
-Ricardo –dije-, espera
Baje de la banqueta poniéndome frente a él y sin pensarlo puse mis labios sobre los suyos, mis brazos rodearon su cuello y me puse de puntas para poder alcanzarlo. No sabía si me estaba gustando o solo era un capricho, era algo por lo cual jamás había pasado, esto comúnmente lo pasaban los personajes de mis libros ¿Qué harían ellos?...ah sí, elegir, estúpidas elecciones, me sentía demasiado estúpida. Esto era lo que Amanda sentía cuando estaba con Daniel y Cesar, Daniel era Alberto; Cesar era Ricardo y yo…yo era Amanda.