Capitulo 21

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Caminamos hasta el estacionamiento y me ordenó que subiera a su auto, como todo un caballero me abrió la puerta y después de subirme la cerró. Cuando se dispuso a arrancar el auto yo ni siquiera me atreví a preguntar hacia donde nos dirigíamos. Lo único en lo que podía pensar era en ese estúpido insulto que odiaba, el cual ni siquiera Alberto lo menciona, ahora lo había cambiado por Ely. Me acomode en el asiento de tal manera que me quede dormida profundamente. Cuando volví a abrir mis ojos, la luz del sol me molesto en los ojos, el auto se había detenido; estaba desorientada y confundida, reaccione buscando la mano de Ricardo; la puerta se abrió dejando ver la figura de Ricardo con su mano extendida hacia mí.
-¿Dónde estamos?
-Bienvenida a mi hogar –me dijo con una sonrisa.
-Pero…
-Tranquila. Dijiste que no querías ir a tu casa, tenía pensado llevarte a comer pero te vi dormida así que decidí traerte aquí. Ojala no lo veas mal, no te traje aquí con otra intención.
-Oh no, me parece bien
-No te preocupes, yo te llevare a tu casa cuando estés lista. No estamos muy lejos.
Baje del auto y nos dirigimos hasta la puerta, inmediatamente recordé aquel dia en que Alberto me invito a su casa… a su casa falsa. Ricardo abrió la puerta y yo me quede afuera, no por miedo si no por nervios.
-Entra, mis padres no están
Enseguida entre a la casa y la calma me invadió, al ver el sofá quise aventarme sobre él y dormir.
-Hola, ¿hay alguien?
-Solo tu hermana y yo –dijo alguien desde las escaleras-. Qué bueno que ya llegaste
Ambos volteamos y vi a una mujer bajar, llevaba un lindo conjunto rojo que combinaba con sus zapatos de tacón color negro.
-mamá –dijo-, no sabía que estarías aquí ¿paso algo?
-Tu hermana me llamo diciendo que se sentía muy mal así que la llevare con el medico
-Está bien
Su madre no lucia como la mamá de Alberto; agradable, sonriente, si no que tenía una apariencia más seria. Enseguida volteo a verme y me dedico una gran sonrisa, muy linda por cierto, yo lo hice igual pero nerviosa…comencé a jugar con mis manos. Era delgada y de la misma altura que mi mamá, su cabello era ondulado y de color castaño y su piel morena, sin duda Leslie se parecía a ella.
-¿No me presentaras a tu amiga, hijo?
-Mamá, ella es una buena amiga mía y de Leslie. Va con nosotros a la misma escuela
-Elena
Se escucho otra voz de las escaleras. Era Leslie, quien estaba muy débil, su voz se escuchaba mormada y sus ojos los llevaba medio cerrados; la enfermedad la había atacado cruelmente haciéndola parecer una completa extraña ante mis ojos. Bajo como pudo y se fue acercando a mí con paso lento, su hermano la ayudo y cuando llego hasta mi simplemente me abrazo. En ese instante me di cuenta de que en verdad estaba muy enferma, ella nunca actúa así conmigo, no desde que empecé a hablarle de Alberto. O quizá estaba actuando como una hipócrita para quedar bien con su mamá.
-Me alegra verte, ¿Cómo están todos?
-Charlie dice que todos estamos muy bien sin ti, pero estamos bien
-¿Y tú? ¿Cómo sigues?
-Bien, mejor que nunca –mostré una sonrisa fingida
-Me veo muy mal, ¿verdad?
-Yo diría terrible –dijo su hermano
-La palabra correcta es irreconocible, no pareces tu
-No me siento yo, siento que soy otra persona cuando me enfermo de esta manera
-Me doy cuenta –Pensé-.
-Eh aquí las consecuencias de comer cosas muy heladas –añadió Ricardo
-Créeme, valió la pena
-Que te lleven al médico no vale la pena
-Claro que si, cuando tienes aun doctor demasiado guapo haces hasta lo imposible por enfermarte –reí.
-Mujeres
-¿No es por eso que te enfermaste? -pregunte
-No tengo demasiada suerte cariño
-Bien, debemos irnos Leslie
-Sí mamá
-Despídete
-Espero verte aquí cuando vuelva
-Lo dudo mucho
-¿Por qué?
-Tal vez tu hermano ya no me quiera aquí
-La opinión de mi hermano no me importa, si no la de mi querida madre
-Eres bienvenida cuando quieras
-Lo ves. Por favor quédate
-Está bien
-Promételo
Esas malditas promesa las estaba comenzando a odiar. No quería prometer algo que no sabía si lo iba a cumplir, últimamente era de las personas que las rompía. Su madre me estaba mirando y Ricardo lo hacía igual, me vi forzada a responder con un <<Si>>

Las historias de Elena (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora