Capitulo 43

20 2 0
                                    

Al terminar de cenar, recogimos la mesa en lo que también contribuyó Alberto. Mamá nos sorprendió con un pastel de chocolate como postre que ella misma había preparado. Emma, Ian, Damián, Alberto y yo nos fuimos a la sala donde disfrutábamos de nuestro delicioso pastel mientras veíamos una película; mis padres conversaban afuera pero no sabía de qué; la curiosidad se estaba apoderando de mi. Ian y Emma estaban en el sillón acostados y Damián en el de enseguida acostado completamente, era demasiado chistoso ver aquella escena, dos parejas y solo él estaba solo; Damián tiene novia solo que llevan poco y nunca la he conocido en persona, Emma dice que es muy linda.
-Por lo que veo, nadie levantara su trasero del sillón para poner su plato en el fregadero -Alberto y yo volteamos a verla-. No lo digo por ti Alberto...lo digo por ellos -señalo a mis hermanos.
Emma estaba disgustada por ver los platos sucios sobre la mesita que estaba ahí; mis hermanos se habían levantado a repetir plato y ya no se volvieron a parar.
-No te preocupes Emma, yo lo hago -dije.
-Siempre es lo mismo contigo, mujer -comenzó Damián-, si ya sabes cómo somos...
-Al terminar la película se recoge -siguió Ian-, no hay que perderle ni un momento
-Te levantaste por otra rebanada -le cuestionó Emma
-Lo dices como si no nos conocieras -dijo Damián.
Me levante y agarre los platos llevándolos al fregadero, Emma iba a ayudarme pero la detuve, se supone que la anfitriona era yo y ella la invitada, aunque si ya iba seguido a la casa ya no se que era. Para lo único que se levantaban mis hermanos en estos casos era para servirse de nuevo; es entonces cuando te das cuenta que es mucha su necesidad de seguir comiendo. Al ver el pastel en la mesa decidí guardarlo, pero se veía tan delicioso que quise agarrar más; estaba tan delicioso y suave que no me quedaba de otra más que saborearlo.
-¿Por qué suena como si estuvieras teniendo sexo con ese pastel?
Debido a esa voz deje de masticar y al voltear me tope con Alberto, quien me miraba desde la entrada de la cocina, estaba recargado en la pared y me miraba con una gran sonrisa; me atrapo con las manos en la masa.
-No estoy teniendo sexo con el pastel
-Haces sonidos extraños mientras lo saboreas
-Es la clase de sonido que todos hacen cuando la comida está en su punto
-Esa es la clase de sonido que todos hacen cuando tienen sexo con su pareja
-Gracioso...-dije sin reír.
-¿No te mencione acaso que con ese short tus piernas se ven lindas y hermosas?
-No -contesté.
-Bueno ahora te lo digo -se acercó a mí y puso sus manos en mi cintura para pegarme a él, con mis brazos rodeé su cuello, estábamos demasiado cerca-. Deberías ponerte short más seguido, pero solo para mí.
-Lo pensaré
-Sigues comiendo ¿no?
-El pastel de chocolate es mi debilidad
-¿Y donde quedo yo?
-Tú también lo eres y no solo de mi, si no de todas -lo besé-. Pero más de mi -rio-. Alberto...¿Por qué mencionaste lo de tu...?
-No lo sé -dijo interrumpiéndome-. Sentí que era necesario, que debía hacerlo. Si quiero empezar bien con tu familia debo decirlo ¿no?
-En su momento, mi papá ni siquiera te lo preguntó
-Sentí que era necesario
-No lo era
-Sabes que...ya no importa
Dejándome con las palabras en la boca se acercó a mí para besarme. Tenía esa mala costumbre dejarme con las palabras en la boca. Al inicio, siempre cuando quería reclamarle se iba y ahora me besa...me besa...¿quién hubiera dicho que en estos momentos yo me estuviera besando con él?
-A pesar de ser tu primera vez, te veías muy seguro
-En realidad estaba nervioso, tu papá...
-Intimida a veces
-Solo un poco -sonreí-. Qué tal si me das pastel -Partí un trozo de mi pastel y se lo metí en la boca.
-Nadie se resiste al pastel de mi mamá
-En ese caso, tu eres como mi pastel
-¿Por qué razón me comparas con un pastel? -pregunté riendo.
-Porque no me resisto a ti
Se acercó a mí de nuevo solo que estaba vez no iba a mis labios, cerré los ojos, me estremecí al sentir su respiración y sentí como mordía mi cuello para después besarlo, lo estuvo haciendo por varias veces y lo aparte antes de que comenzara a disfrutarlo.
-Sé que no te resistes, pero estamos en la cocina-dije.
-Lo sé, es mas excitante ¿no crees?
-Quizá podamos...
-No. No por ahora -rio.
Inmediatamente mi sonrisa desapareció...
<<-Alberto no se acuesta con la misma chica dos veces.>>
Las palabras de Paulina cruzaron por mi mente en ese momento, sentí como si me las hubiera vuelto a repetir, como si ella estuviera cerca...como si fuera mi conciencia para recordármelo.
-¿Pasa algo? -me preguntó Alberto.
-No -mostré un sonrisa fingida-. Todo está bien
-No podemos tener nada en la cocina de tu casa...claro que si estuviéramos en la mía...-me sonrió a lo que yo lo hice igual, pero esta vez sin fingir- ¿Puedo volver a besarte?
-Hazlo las beses que quieras
-Lo hare hasta que tú me digas que me detenga
Sus labios cálidos se posaron sobre los míos, Alberto me pego más a él y nos besábamos de una manera tan especia que, era como si nuestros labios encajaran a la perfección. En ese momento quería decirle cuanto lo amaba, pero no era el momento, no quería dejar de besarlo, la forma en que lo hacía me gustaba...por eso me dejaba llevar.

**Desde aquí ya todo comenzará...habrá algo definitivo en su relación. Estarán juntos o no. El destino los unió y quizá él mismo decida lo mejor para ellos**

Las historias de Elena (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora