17.- Negación

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Era la primera vez que soñaba con él, con Sasuke. Suspiré con la cabeza enterrada en la almohada y mi suspiro se convirtió en un vapor cálido que me pegó en todo el rostro. Alcé la cabeza y pude sentir algunos que otros cabellos despeinados a cada costado de mi cabeza. Hoy es Sábado. Recordé angustiada el sueño y llegué a la conclusión de que tenía que contarle esto a alguien porque si no, explotaría tarde o temprano.

Me levanté y me arreglé en media hora y tecleé sobre las teclas de mi celular el número de Sai. ¿Quién mejor que él para entender lo de esta noche?

-¿Hola?- me contestó, del otro lado de la bocina.

-Sai, ¿podemos vernos hoy?- pregunté.

-Claro, dime en dónde y a qué hora.- respondió.

-En la plaza, en una hora y media, ¿está bien?

-Perfecto, ¿puedo preguntar por qué?- curioseó.

-Te lo digo cuando te vea.

-Está bien.

Corté la llamada y me apresuré a salir del departamento, seguro tardaría más de una hora y media si no me daba prisa. Aunque llegar por mis propios medios me costaría trabajo.

Tomé un taxi que tardó casi los sesenta minutos en llegar y pagué con los euros que habían salido de mi bolso o que mejor dicho, Ino había colocado allí para mi uso, debido a que mis billetes y monedas aún eran americanas.

Bajé y me adelanté en el motín de gente que circulaba baja el cielo grisáceo como el día de ayer y me senté en una banquita gris que estaba vacía por puro milagro, como si aguardara por mí.

Le regalé un suspiro al aire y luego miré hacia arriba, a lo mejor llovería hoy. Los nubarrones grises que surcaban el cielo se veían considerablemente amenazadores.

Empecé a divagar entre mis pensamientos, mientras esperaba por Sai; quien hasta el día de hoy se había vuelto casi uno de mis mejores amigos ya que nos contábamos todo y esta vez, no sería la excepción. Hablando de mejores amigos....algún día debo de decirle a Naruto que creo que me estoy volviendo loca respecto a mis sentimientos por Sasuke. Estaba dispuesta a decirle con punto y coma todo, y eso incluía aceptar a Sasuke me atraía y bastante.

A la media hora Sai apareció entre el tumulto de gente, su suéter color negro y su cabello liso corto y despeinado fue lo que alcancé a distinguir primero.

-¡Sai, acá!- manoteé para que me viera y no sólo logré llamar la atención de él sino de algunos otros que me miraron extrañados por hablar en otro idioma...y por ser tan escandalosa. Me encogí un poco cohibida y aún así Sai me alcanzó a mirar y se acercó.

-Hola, Sakura.- me saludó y lo jalé de la mano para que se sentara conmigo.- ¿Por qué tan brusca?

-Silencio Sai, qué bueno que llegaste.- le dije.

-¿Qué pasa?

-Bueno, tengo un muy, muy grave problema.- farfullé.

Sus cejas se elevaron al mismo tiempo en un gesto de sorpresa pero luego pasó a ser un ceño fruncido bañado de un matiz de preocupación.

-¿Qué tipo de problema?- inquirió, un tanto alterado.- Si es tan grave, pudiste haber llamado a tu amigo rubio, ese que pasas las veinticuatro horas del día con él.- dios, Sai....siempre tan honesto en estas cosas.

-¡Shannaro! Silencio tonto, esto es diferente.- le dije amenazándolo con darle un puñetazo.- Mira, seré directa mejor.

Sai sólo se limita a mirarme fijamente, esperando por lo que vaya a decir.

SasuSaku |Manual de lo prohibido|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora