41.- Lo que debía ser

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1 año después

-No estoy muy segura.- hice un mohín, sintiendo cómo el corazón me latía nerviosos bajo mi pecho.

Él me vio, con una mirada que parecía dulce y comprensible, se acercó para besarme la frente.

-¿Qué crees que pase?-me dijo, y su aliento al hablar me movió los cabellos.

-No sé, Sasuke.- musité, viendo cómo se podía vislumbrar la cúspide del edificio del aeropuerto tras la ventanilla trasera del taxi.- Sé que ha pasado un año.- dije, mientras su nariz seguía revolviéndome el pelo.- Pero te recuerdo que la última vez que hablamos, me dio una bofeteada.- mi entrecejo se arrugó en una expresión de congoja al recordarlo.

Sasuke resopló, divertido. El soplo me acarició el cuello, y luego sus labios se posaron en él dulcemente, haciéndome erizar la piel.

-Tú mejor que nadie conoces a Ino; ella no puede guardar el rencor durante tanto tiempo.- dijo, ahora mirándome.- Además, ahora ya está bien. Tiene a Sai.- me revolvió un poco el cabello.- El tiempo cura las heridas, ¿recuerdas?

-No todas, Sasuke.- contradije, arreglando mi cabello despeinado mientras me ponía cada vez más nerviosa, ya que el taxi aparcaba justo frente al aeropuerto.

Sasuke pagó el taxi y como quien no quiere la cosa bajé de él. Me quedé de pie hasta que Sasuke se colocó a mi lado y pasó una mano por mi cintura. Su tacto me hizo sentir un poco mejor.

-Vamos.- dijo, empujándome amablemente.

Caminé a su lado, mientras la gente iba de un lado a otro con maletas y boletos en la mano.

-¿Por qué estás tan tranquilo? ¿Qué acaso sus últimas palabras para ti fueron "está bien Sasuke, no hay problema que te hayas enamorado de mi mejor amiga. Vete en paz"?- farfullé y pensé que se iba a reír, pero en vez de eso, su rostro se volvió un poco tenso.

-Sabes que no me despedí, pero...mira, si quisieron venir a visitarnos yo creo que ya no hay rencores.- se encogió de hombros.- Tranquila, ¿si?- me besó la cien mientras seguíamos caminando para sentarnos a esperar que el vuelo llegara.

Luego de unos minutos los vimos salir por la puerta por donde emergían los demás pasajeros provenientes del vuelo de Italia y reconocí los cabellos rubios de Ino, su mirada iba baja, indiferente, la seguía conociendo.

-Sasuke...-murmuré temerosa, a nada de decirle que nos echáramos a correr.

-Ahí están.- pero me interrumpió con su voz profunda. Me tomó fuertemente de la mano y me hizo avanzar hacia ellos.- Sai.- dijo fuerte y claro para que lo escucharan.

Fijé mi vista en Ino y nada más en ella; no es que no extrañara a mi mejor amiga pero quería saber cuál era la expresión de Ino si no era tan mala idea echarme a correr. Al momento de oír la voz de Sasuke, levantó la vista y sus ojos al verlo, lucían distintos, era la clase de mirada que das a un viejo amigo que aprecias sinceramente. Luego me miró a mí y aunque me congelé repentinamente tensa, ella esbozó una tenue sonrisita apenas visible y volvió a bajar la mirada, haciéndome sentir confundida y atolondrara...normalmente Ino era muy explosiva.

-Hola, Sai.- Sasuke y Sai se abrazaron con un cariño fraternal cuando estuvimos por fin cerca los cuatro y yo volví a mirar a Ino, cautelosa aún.

-Hola.- me dijo ella con una tenue sonrisita dibujada en su rostro.

-Hola, Ino.- respondí tímida, era raro intercambiar con ella este tipo de palabras tan suaves...y además había pasado un año de que no nos veíamos.

-Ino.- dijo Sasuke y se inclinó para abrazarla fugazmente, pude notar el semblante un tanto incómodo de Ino.- ¿Vamos a algún restaurante? Yo invito, como bienvenida.

SasuSaku |Manual de lo prohibido|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora