38.- Debía ser libre

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Doble capítulo!
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El olor a alcohol me invadió las fosas nasales y casi llegó hasta mi garganta, haciéndome arrugar la nariz y carraspear. Comencé a abrir los ojos poco a poco y divisé una silueta junto a mí.

-Sasuke.- susurré. Pero la voz que respondió a mi llamado no fue la misma que había escuchado antes.

-¿Ya estás bien, Sakura?

Me tañé los ojos y luego parpadeé repetidas veces para aclarar mi vista. Lee tenía un algodón en su mano izquierda y la mirada bien puesta en cualquier cambio en mi expresión.

-¿D-Dónde estoy?- pregunté, mirando a mi al rededor, pero al instante hubo otra pregunta más importante y volví a pasar la mirada por el lugar, pero esta vez con desesperación.- ¿Dónde está Sasuke?

-Tranquilízate, dime que estás mejor.- insistió Lee.- Estás en la parte trasera del salón.

-¡Estoy bien! ¿Dónde está Sasuke?- el lugar estaba más oscuro que alumbrado, pero lo suficientemente claro como para examinar cada rincón.

La boca comenzó a temblarme con un "no" inquieto en los labios por temor a que todo hubiese sido sólo una alucinación en mi cabeza. Tomé a Lee del cuello de su camisa, inclinándome hacia él y percatándome de que estaba recostada sobre un sofá viejo con olor a humedad.

-¡Lee! ¿¡Dónde está Sasuke?!- casi grité, desesperada, creyendo que me estaba volviendo loca, si es que aún no lo estaba.

El silencio de Lee me hizo pensar lo peor y sentí que el corazón se me encogiera acongojado en el pecho.

-Él está...está hablando con una chica, justo afuera de la habitación.- dijo y los ojos se me abrieron como plato. Mi corazón le ganó al pensamiento en mi cabeza y revivió con estruendosos latidos golpeando contra mis costillas.

Me levanté del sofá, como impulsada de éste e ignoré el lacónico mareo que me sucumbió la cabeza. Caminé agitadamente hasta la puerta del lugar y estando entre abierta logré ver lo que mi corazón pedía a gritos volver a sentir. Reconocería aquella espalda entre millones y no dudé en salir a su encuentro, pero el nombre que pronunció me congeló los pies en el mismo sitio sin músculo movible alguno; trayéndome a la memoria el segundo antes de desmayarme.

-Karin, escucha.- dijo Sasuke, fríamente pero con un tinte de tartamudeo, pero volver a oír el sonido de su voz fue como para un ciego volver a ver la luz del sol.- No entiendo nada de lo que dices.

-¿Qué es lo que no comprendes, Sasuke?- la voz de la chica me incitó a fijarme en ella, tenía el cabello rojo...igual de rojo que la Sra. Kushina...sólo que era más corto y desordenado. Era más baja de estatura que Sasuke y muchos allí, ya que le llegaba un poco por arriba de los hombros. Su boca ancha al igual que su frente y nariz. Tenía los ojos del mismo color que su cabello y usaba lentes.- Te lo estoy diciendo de la manera más sencilla que puedo.- continuó.- ¡Terminar fue un error! Me afectó tanto cuando me enteré que te habías ido.- dijo, con fingida melancolía, hasta yo pude notarlo.- Viajé a Venecia, supe que te fuiste allá y ahora vengo hasta L.A buscándote...¿no lo ves? ¡Haría todo por ti!

Así que ella era Karin. Cuando recordé lo que Sasuke me había contado, casi quise salir a arrancarle los pelos con mis propias manos.

-Sakura.- Lee me llamó pero no me moví, seguí allí, tras la puerta, escuchando y viendo todo.

-Karin.- Sasuke tardó un momento en continuar y luego hablo despacio.- No es mi problema que vayas persiguiéndome de aquí para allá.

-¡Pero Sasuke! Cambié...te quiero a mi lado, siempre te quise.- yo solo quería darle un buen golpe en la cara.

SasuSaku |Manual de lo prohibido|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora