32.- Despedida

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A la media hora, Naruto apareció bajando de un automóvil negro. Un mustang, si no me equivocaba. Le hice señas con las manos para que me viera y luego corrió hacia mi.

-¡Sakura-chan! ¿Qué pasó?- preguntó preocupado, cuando se acercó a mi.

Me le quedé mirando por un minuto, su bello rostro inmaculado con el aspecto de un ángel, era algo que seguro iba a extrañar. Las lágrimas me traicionaron en ese momento y escaparon de mis ojos.

No dije nada y abracé a Naruto con todas las fuerzas de mi corazón, y él, al principio confundido, me devolvió el abrazo, acariciándome la espalda.

-¿Qué pasa, Sakura-chan? Por favor, no me asustes.- musitó a mi oído.

Me separé de él, nostálgica.

-Me voy, Naruto.- farfullé, limpiándome las lágrimas.

-¿A dónde?- preguntó, sin entender.

Caminé hacia su auto y él fue detrás de mi.

-¿A dónde vas?- insistió.

-Vuelvo a Estados Unidos.- dije, cuando hube llegado hasta el mustang antiguo.

-¡¿Qu haces qué!?-su rostro de ángel se desencajó y aquello me causó un nuevo dolor.

-Volveré a L.A, Naruto.- sollocé.

-¿Por qué? ¿Por qué tan pronto?- inquirió, más confundido que antes.

La voz se me atoró en el nudo de la garganta, impidiéndome hablar. Me sentía fatal de confesar mi pecado.

-Hice algo muy malo, Naruto.- admití y halé la puerta para abrirla, luego me subí al auto. Todo lo hice tan rápido que no le di oportunidad para hablar.

Corrió hacia el otro lado del auto y subió de la misma manera que yo.

-¿Qué tan malo pude haber sido como para que te obligue a irte?- quiso saber.

-Muy, muy malo.- las lágrimas eran el vivo recuerdo de la noche anterior e incluso de esta misa mañana.

-Por favor, Sakura- chan, no me asustes. ¿Qué hiciste?

Lo miré, con los ojos empañados aún y mis labios temblaban con las palabras a punto de salir.

-Anoche me embriagué...

-Oh, vamos Sakura-chan....eso no es tan malo.- él alivió el rostro cuando continué hablando.

-...y besé a Sasuke.- confesé, tratando de ahogar el nudo de mi garganta.

Entonces se le desplomaron las cejas de sorpresa y desconcierto.

-¿Q-qué?-preguntó, incrédulo.

Me llevé las manos a la cara, intentando al menos ocultar mi rostro avergonzado y las lágrimas que lo bañaban, ya que no podía pararlas.

-Pero...¿por qué besaste a Sasuke? ¿Cómo?-sus preguntas sólo sirvieron para que el dolor me sucumbiera más, sin contar que la cabeza estaba por explotarme.

-¡Por estúpida, Naruto!- solté, retirando las manos de mi rostro para elevarlas en modo de desesperación.- Ino se dio cuenta de que Sasuke no era el mismo y el domingo pasado a la muy idiota de mí, se le ocurrió bailar con él en plenas narices de su novia. Debí imaginarlo, ¿sabes? hasta la persona más estúpida lo hubiera reflexionado, pero se trata de mi, ¡claro! la idiota de mi.- farfullé, atropellando las palabras.

-Sakura-chan...tranquila.- me tomó del brazo y sentí su tacto cálido sobre mi piel.- Cuéntame con más calma y sin insultarte.- me pidió.

SasuSaku |Manual de lo prohibido|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora