37.- Manuale del proibitio

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Díos mio, Sakura, no puedes ser tan indecisa.

A mi mente venía la imagen de Ino...¿qué pensaría si se enterara? Si hubiese una remota posibilidad de perdón, seguro desaparecería. O Sasuke, a lo mejor creería que lo había utilizado. Ya no podía ser más mala de lo que ya me sentía, ya no soportaría que me catalogaran así.

Caminando, hice un poco más de una hora y cuando llegué, inmediatamente recordé la ubicación de su oficina, en donde Lee había ido el día anterior. Me dirigí hasta allá y le sonreí a la señorita menuda como de treinta años.

-Hola, soy Sakura Haruno, vengo a ver a Kakashi Hatake.- anuncié.

-Sakura Haruno, claro. Permíteme un momento.- me sonrió y descolgó la bocina del teléfono y en un susurro parloteó algo que no pude entender; luego colgó y me sonrió.- Pasa, te está esperando.

-Gracias.- le devolví la sonrisa de manera fugaz y luego entré a la oficina.

Al instante, el olor a pino fresco me rozó la nariz, haciéndome arrugarla levemente. Había visto su fotografía en Internet hace un tiempo, y lo que veo me impresiona bastante. Kakashi Hatake era igual que hace algunos años atrás. Con su pelo gris un tanto desordenado y esa mascarilla que lo identificaba.

-Sakura Haruno.- se levantó.- ¿Qué tal?- me extendió la mano y la tomé, recelosa, con mi ceño ligeramente fruncido.- Siéntate, por favor.

La silla rechinó en el suelo cuando así lo hice.

-Señor Kakashi.- él me ve con sus ojos tranquilos.- Esa fotografía no debió llegar a usted, es que...

Kakashi suspira, y se rasca la nuca. Lo escucho murmurar algo, pero me es inteligible.

-¿Disculpe?-digo sin más.

-¿Cómo que no, Sakura Haruno? ¿Que esa foto no debió llegar a mi, por qué?- se hechó para atrás.

-Es que esa foto era...-luché con mi fuero interno para no decir "prohibida" y buscar la palabra adecuada.- Era...

-¿Fenomenal? ¿Excelente? ¿Cautivadora?- me interrumpió.

Y a pesar de todo lo que dijo, aquello no se acercaba ni un poco al significado que yo le daba.

Me reí.

-No, es que...-resoplé, frustrándome.- Esa foto es personal.

-Piénsalo, sería una muy buena exposición fotográfica.- gesticuló, como imaginándose la escena, ignorando mi comentario. Luego de un segundo, me miró.- Y sin duda sería una gran oportunidad para ti. No me digas que no es lo que quieres. Todo fotógrafo lo quiere.- presionó, y tenía razón.

-¿Qué fotografía le dio Lee?- inquirí, quería saber cuál era la imagen que le había fascinado tanto.

Suspiró al verme renuente, luego se levantó de su silla de cuero y fue por una carpeta azul de su archivero. Volvió a sentarse y me dio el folder. Lo tomé y luego lo abrí. El corazón se me expandió por todo el pecho y el estómago se me encogió. Entre mis manos tenía una de mis fotografías, una de tantas imágenes que no había visto hace tiempo. El hermoso rostro de Sasuke exponía su perfil izquierdo, y las luces de fondo de aquella feria proyectaban un brillo en sus ojos. Era hermoso.

-No sé si vea lo mismo que yo en esa foto.- me dijo Kakashi.- Yo veo una frase de alguna canción romántica, un cuento corto para contarle a unas pequeñas niñas alguna noche. No sé si me doy a entender.- juntó sus manos sobre el escritorio y se inclinó un poco sobre él.- Me gustaría ver todas, por favor.

Entonces lo miré. Luego saqué de mi morral el sobre que contenía las demás, y aun medio vacilante, lo deslicé sobre la madera del escritorio hasta las manos de Kakashi.

SasuSaku |Manual de lo prohibido|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora