𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐬𝐡𝐚𝐦- Dylan O'brien y tú.

XXIV

El papá de Dylan nos recogió y llevó a su casa, mis padres me recogerian con ellos entonces no tendría tanto problema.

Me quedé con Dylan en lo que esperaba a mis padres, estábamos en su habitación en un silencio bastante cómodo a mi parecer.

Dylan: mañana hay escuela.
_____: tienes que descansar, al menos por unos tres días más- el me miro mientras sonreía- ¿qué?
Dylan: ¿irás a la escuela?
_____: no, la policía quiere que descanse unos días hasta que me sienta realmente preparada para reiniciar mi vida.
Dylan: ¿crees que algo cambie?
_____: si, pero aunque me de miedo... creo que es algo que tarde o temprano tendría que pasar.
Dylan: estaré ahí para apoyarte en cualquier decisión que tomes.
_____: ya tome una decisión en todos los aspectos de mi vida, escolar, social, personal, familiar.
Dylan: ¿me tengo que enterar de ello?
_____: en su debido tiempo- le mostré una sonrisa- todavía me falta consultarlo con mi psicólogo y mejor amigo.
Dylan: tu psicólogo parece detective- solté una carcajada al igual que el- de verdad.

Lo mire admirando sus ojos, sus cejas, pestañas, nariz, labios... me detuve a admirar cada centímetro de su rostro, era simplemente perfecto.

Dylan: sabes- dijo acercándose más para que su rostro y el mío quedaran a centímetros- me gustas.
_____: tu también me gustas...

Nos quedamos viendo a nuestros labios hasta que por fin los juntamos, jamás creí mi primer beso seria así de perfecto.

No hubo necesidad de forzar o tan siquiera obligar, no fue un día especial ni mucho menos en un lugar mágico.

De pequeña soñaba que mi primer beso seria con un príncipe rubio, de ojos azules, en un castillo con muchos unicornios de mascotas.

Tan solo pensar en ellos me da risa, no fue con un príncipe rubio y de ojos azules.
Pero si con un héroe castaño y de ojos avellana.
No fue en un castillo con unicornios de mascotas, pero si en una habitación los dos a solas.

A pesar que me sentí una farsa un tiempo, ahora se que hacer con ello y como vivir con todo lo que ahora se de mi vida.
Después de un largo y hermoso beso nos separamos para sonreír, Dylan era todo lo contrario a lo que alguna vez soñé.
Pero sin duda era todo lo que necesitaba para ser feliz.